pamplona. Amarillo brillante e inalterable, el oro reluce con la recesión. Las crisis económicas suelen disparar su adquisición como valor refugio, pero sí unos ven en el noble metal una ocasión para invertir, otros recurren a él como salvavidas frente a la convulsa situación financiera. Son los navarros que se ven obligados a renunciar a parte de su patrimonio en joyas para afrontar apuros económicos. Y son muchos si nos atenemos a los datos. Las joyerías y establecimientos de compra de oro instalados en la Comunidad Foral constatan que desde 2008 la cifra de personas que acuden a vender objetos confeccionados con este noble metal, así como piedras preciosas se ha multiplicado por tres.

"La mayoría busca liquidez porque les urge pagar alguna deuda", explica el encargado de la Joyería Joyel, Jorge Jiménez Fraile. Sin embargo, aunque la crisis ha inducido a un gran número de personas a desprenderse de sus joyas para conseguir dinero instantáneo, no se ha registrado en la Comunidad Foral un boom de comercios dedicados en exclusiva a la adquisición de oro -una media docena en Pamplona-, como sí ha sucedido en otras comunidades autónomas. "Ahora se percibe un importante aumento del negocio, pero eso se debe a que en Navarra no había hasta ahora conducta de venta de oro", explica Gerardo Fischer, propietario de la joyería Reinas de Navarra.

Un fenómeno que sí refleja el auge de la compra-venta de metales preciosos en la Comunidad Foral es la aparición de publicidad en calles y coches. "Compramos oro", es el mensaje que en letras gruesas y bien visibles encabeza las octavillas que a diario ocupan parabrisas y farolas de la Comunidad Foral. Fischer, no obstante, llama a desconfiar de los anuncios en los que el oro se paga a más de 30 euros. "Ese precio es imposible de abonar, no lo vale ni el oro puro, se publica como gancho para atraer clientes". De hecho, aunque con la crisis el precio del oro ha subido este oscila en la actualidad entre los 12 y los 15 euros por gramo para el de 18 kilates, la calidad más frecuente. Una alianza sencilla, por ejemplo, pesa unos 3 gramos, y se puede conseguir por ella unos 35 euros.

Pero los artículos de oro no tiene porqué ser los más cotizados. "Siempre será más valioso un brillante de tamaño razonablemente grande", explica Jiménez, quien aclara, no obstante, que el oro ofrece otras ventajas: "Es más práctico para estas transacciones y su valoración más objetiva: se pesa y se multiplican los gramos por el precio". Aunque no todas las piezas se pagan igual, su valor puede variar si incluyen metales que no son oro o lo son pero de menos kilates, matiza a su vez Fischer. La venta media oscila mucho, pero la más baja suele ser de 5 o 10 gramos de oro. El destino del oro adquirido por los establecimientos es ser fundido y parte de él comercializado de nuevo, al igual que sucede con las gemas.

La crisis, además de provocar que las operaciones comerciales con el dorado metal y piedras preciosas, especialmente brillantes, se disparen en Navarra, también ha modificado el perfil de las personas que acuden a ceder la propiedad de sus tesoros, algunos de ellos herencia familiar o de incalculable valor sentimental. "Aquí han venido personas que se quitan la medalla, la besan y la venden. Eso te parte el alma", explica el propietario de Reinas de Navarra, quien confirma que el actual vendedor de oro pertenece a una clase social más alta que antes de la crisis, una realidad en la coincide con Jiménez: "Son personas acomodadas que se ven en dificultades y deben deshacerse de parte de su patrimonio".