oñati. Un perro pastor vasco del Gorbea de siete años de edad se proclamó ayer campeón de campeones en las campas oñatiarras de Santa Lucía junto a su dueño, el navarro Antonio Alustiza. La 51ª edición del Concurso Internacional de Perros Pastor de Oñati tuvo como vencedor a un binomio en el que las suaves órdenes de Alustiza fueron ejecutadas con agilidad por Ttiki, capaz de interpretar, incluso, los silencios del pastor navarro, natural de Areso.

Alustiza dejó la vida en el caserío para trabajar en la papelera de Leitza y ahora reside en una vivienda, aunque mata el gusanillo del pastoreo en sus ratos libres. En agosto comenzó a preparar a Ttiki para afrontar en Oñati la competición más apetecida de esta modalidad.

El dominio de los rebaños resultó complicado para los participantes debido a que el frescor de la jornada unido al xirimiri provocaron que las ovejas se desenvolviesen con escasa mansedumbre. "Estaban muy vivas y a eso tenía miedo, pero he tenido suerte. No esperaba lograr nada porque este es otro tipo de campa, al que no estoy acostumbrado y hay que trabajar con el perro desde más lejos. Tengo una ilusión inmensa", señaló el nuevo campeón, que ya había participado en este certamen en 13 ocasiones.

lujo Para encumbrar a Ttiki, los participantes se enfrentaron a una primera prueba, con un máximo de 6 minutos, en la que los pastores debían detener en dos puntos diferentes a los canes para, después, ordenarles que condujesen el rebaño ladera arriba para hacerles atravesar unos portillos.

Culminada esta demostración, el jurado decidió que accediesen a la final cinco concursantes, un número inusual, dado que rara vez se superan los tres o cuatro finalistas.

El plantel que exhibió sus habilidades en esta última parte fue de lujo: Alustiza con Ttiki (campeón de Navarra, que finalmente se impuso con 455 puntos), Pierre Pommies con Usso (campeón del Béarn, que quedó segundo con 419 puntos), José Mari Jauregi con Leze (campeón de Álava), José María Pleguenzuelos con Nuca (campeón de Cataluña) y Juan Egurrola con Lur (campeón de Bizkaia). Precisamente, éste último pasó al definitivo escalón con una ventaja de un punto sobre Alustiza, pero el ejercicio se complicó ante la imposibilidad de introducir al rebaño en el redil, aunque en varios momentos Lur logró situarlo en las misma boca.

Ese fue el principal caballo de batalla de los pastores en esta segunda prueba, con una duración máxima de 7 minutos, en la que además de hacer pasar a las ovejas al interior de un recinto y luego sacarlas, el perro debía antes demostrar su compenetración con el dueño recorriendo un trayecto delimitado por una docena de banderines.

El ejercicio del redil fue superado por el vencedor con sutileza y paciencia, ya que las ovejas se quedaron quietas en las puertas del recinto durante largo tiempo, mientras Ttiki correteaba a izquierda y derecha para impedir que éstas se desviasen del objetivo.