Electrochoque, ¿terapia de siglo XXI?
Con una fama siniestra, el electrochoque es una terapia que se sigue aplicando en el Hospital de Navarra y la CUN para luchar contra enfermedades mentales como la depresión resistente. Los estudios prueban su eficacia, pero también la de las nuevas terapias psicológicas.
Los tratamientos en psiquiatría avanzan al ritmo que se extienden las patologías mentales en nuestra sociedad y aunque alguno de ellos parece propio de otro siglo, como la terapia electroconvulsiva (TEC) -que consiste en aplicar al paciente una corriente eléctrica en la cabeza que provoca una breve convulsión-, la realidad prueba, según sus defensores, que su eficacia sigue haciéndolo recomendable aún hoy para ayudar a pacientes desahuciados por otros métodos curativos a luchar contra enfermedades mentales como las depresiones resistentes. No exento de polémica entre la profesión médica, el electrochoque, que se aplica en el Hospital de Navarra y la Clínica Universidad de Navarra, fue defendido esta semana por Jorge Pla, del departamento de Psiquiatría y Psicología Médica de la CUN, en el marco de las Jornadas Científicas de Atención Integral en Salud Mental organizadas por la Fundación Argibide por su 35º aniversario. "El electrochoque no sólo no desaparece como tratamiento sino que se mantiene y progresa", resumió.
En el mismo acto, Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica de la Universidad del País Vasco, habló de las terapias psicológicas, opción que, sólo en apariencia, se encuentra en el extremo opuesto a la TEC. "No son excluyentes, tanto el electrochoque como las terapias psicológicas, pero también las farmacológicas pueden ser una primera opción de tratamiento dependiendo de los casos", aclaró.
tratamientos biológicos
Antiguas y nuevas fórmulas de estimulación cerebral
"La eficacia del electrochoque está demostrada, por eso entre la profesión cada vez hay menos miedo al que dirán por emplearlo. Es más, cabe pensar en mala praxis profesional si no se ofrece este tratamiento a personas en las que han fracasado otros", sostuvo Pla, quien, frente al cartel de la película Alguien voló sobre el nido del cuco - en la que Jack Nicholson encarna a un delincuente que se hace pasar por loco y es ingresado en un manicomio donde se emplea la TEC para controlar a los pacientes-, admitió que esta técnica "tiene mala prensa tanto en el ámbito médico como en la opinión pública". Pla aludió en su intervención a varios estudios que prueban la utilidad del electrochoque, en uno de ellos el 75% de los pacientes que participaron experimentaron una remisión completa de los síntomas. "Es eficaz para la depresión, el 60%, incluso en aquellos casos en los que se produce resistencia al tratamiento farmacológico", expuso. El experto reconoció, no obstante, que la TEC tiene limitaciones: dificultad de mantener la respuesta en el tiempo y efectos secundarios cognitivos. Estos últimos pueden ser confusión, anomias (dificultad para recordar los nombres de las cosas) y amnesia. "Hubo un paciente que olvidó las calles de su ciudad. No sabía desplazarse", mencionó.
Pla, además, enumeró otros tratamientos biológicos más novedosos que el electrochoque, como la estimulación cerebral profunda, que consiste en introducir electrodos en el cerebro para modular un circuito conectados a una batería colocada bajo la piel. Está indicada para el trastorno obsesivo-compulsivo, la depresión y el síndrome de Gilles de la Tourette (trastorno caracterizado por tics que incluye palabras y frases inapropiadas), entre otras patologías. La estimulación cerebral profunda se aplica a pacientes en los que hayan fracasado cuatro tratamientos y dos tercios de los enfermos de depresión resistente mejoran. "Es una alternativa eficaz y segura, pero con preguntas aún sin resolver, como posibles cambios en la personalidad del paciente a la larga", apuntó.
La estimulación magnética craneal repetitiva, que exige generar un campo magnético capaz de introducir cambios en las neuronas, y la estimulación del nervio vago con un electrodo que precisa un generador subcutáneo son otros dos de los nuevos tratamientos biológicos. "Están más cuestionados porque sus resultados son inciertos", explicó Pla.
terapias psicológicas eficaces
Un solución breve para problemas aquí y ahora
Echeburúa, por su parte, reclamó más difusión de los tratamientos psicológicos breves y efectivos. "Son avances menos conocidos que los experimentados en el conocimiento de las bases biológicas de muchos cuadros clínicos y de los nuevos psicofármacos porque carecen del respaldo de la industria farmacéutica, es decir, de patrocinio económico". Según explicó, para ordenar la proliferación de las terapias psicológicas, entre las que habló incluso de "curanderismo", surgió en 1989 un movimiento cuyo fin es comprobar su eficacia. La conclusión fue que las más efectivas son la terapia cognitivo-conductural y la psicoterapia interpersonal. "Tienen en común que se centran en la solución de problemas en el aquí y ahora, son breves, entre 12 y 18 sesiones, y sometidas a verificación". Según el catedrático, estas terapias, que exigen un terapeuta competente, no se están desarrollando ahora en los centros de salud o lo hacen en infradosis.
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