En 1947, la mitificada mujer latinoamericana descansó durante unos días en Biarritz y, a pocos kilómetros de esa localidad labortana, la artista estadounidense ha disfrutado del mar y las montañas vascas durante la pasada semana.

Concretamente, la cantante de origen italiano ha pernoctado en una mansión situada cerca de Guéthary, según confirmó el bloguero norteamericano Perez Hilton, todo un gurú de los chismes relacionados con el mundo del espectáculo y las celebrities.

Madonna aterrizó en el aeropuerto de Biarritz el miércoles tras festejar su 53º cumpleaños en Londres. La cantante viajó hasta tierras vascas acompañada de sus hijos y su última conquista, el bailarín francés Brahim Zaibat, a quienes rodeaba un séquito compuesto por varios guardaespaldas.

La visita de la ambición rubia ha resultado discreta y han aflorado pocos detalles de su recorrido por la glamourosa costa de Iparralde, aunque sí la vieron descender de un despampanante automóvil Corvette, que a nadie pasó desapercibido.

bicicleta

Playa

El jueves tomó un café en uno de los coquetos bares orientados al mar ubicados en Guéthary, donde no resulta casual toparse durante el periodo estival con afamados personajes como el diseñador de moda Jean Paul Gaultier.

Otro de los establecimientos contó con la visita de la ilustre artistas, donde degustó pizza, mientras que en el conocido bar Hétéroclito tomó un refresco, según el blog del periodista de Sud Ouest Christophe Berliocchi.

Madonna demostró, no obstante, que sabe sumergirse en la gastronomía local y también disfrutó en otra cena con unos sabrosos chipirones a la plancha, servidos en el restaurante Maupiti, local especializado en recetas de la tierra, situado frente al frontón de la localidad.

El sábado comió en la propia mansión vacacional, situada en Ahetze, un menú preparado por la cocinera Lili Campos. A los sones de la txalaparta, la reina del pop dio buena cuenta de un carpaccio de atún, brick de boniato, ensalada de pasta y blinis de patata.

Para quemar las calorías ingeridas durante estas jornadas, Madonna y los suyos recorrieron en bicicleta los numerosos senderos que bordean el mar y se introducen en los montes labortanos.

La playa de Angelu también acogió a la comitiva, donde la cantante y su pareja evidenciaron su amor con arrumacos y besos, mientras sus hijos disfrutaban del mar y la arena sin que su presencia destacase entre los visitantes de la zona.

El sábado, la influyente artista se desplazó a Biarritz, donde recorrió un mercadillo de ropa vintage en busca de alguna ganga.

La tarde de ese día, hacia las 17.00 horas, la artista estadounidense tomó un avión privado desde el aeródromo biarrota acompañada por su nutrido séquito.

Descansada y bien alimentada, la diva norteamericana prepara ahora su duodécimo disco de estudio, después de tres años de silencio musical. Su presencia en tierras vascas demuestra que atrás quedó su época como Material girl y que ya vive en un mundo real.