Bajan los humos de los cigarrillos y se enciende la demanda de la picadura de pipa para liar pitillos
Las gráficas evidencian un descenso del consumoTambién crecen a menor ritmo los cigarros y el tabaco de liar, y el fumador cada vez mira más el precio y menos la marca
pamplona. Según los datos que publica el Comisionado para el Mercado del Tabaco, la venta de cigarrillos durante el presente año hasta el 31 de julio ha descendido en Navarra un 15,5% respecto a las mismas fechas del año pasado. En el ámbito nacional la caída de las ventas han sido de más del 19%. Si bien es cierto que este frenazo en el consumo de tabaco resultó todavía más marcado durante el primer mes del año, cuando se notó de veras los efectos de la nueva legislación que prohibía fumar en bares y otros espacios públicos. Por entonces, la caída de las ventas en enero fue del 48,7%, en febrero resultó del 3,6% y a partir de marzo volvió a caer hasta un descenso del 26,3%.
El mes que más cigarrillos se han vendido ha sido junio, con 6.435.431 cajetillas de veinte unidades, coincidiendo con el buen tiempo que permite permanecer y fumar más en la calle. En total, en los siete primeros meses del 2011 se han vendido 36.133.991 cajetillas por los 42.727.407 del pasado año. Es decir, en Navarra se han vendido seis millones y medio menos de unidades físicas (paquetes de cigarrillos) durante este año.
cambio de hábitos Sin embargo, los cigarros y los cigarritos, de apariencia muy similar a los cigarrillos y que también se comercializan en cajetillas de veinte unidades, se han convertido en una alternativa óptima para los fumadores "puesto que al disfrutar de una carga impositiva menor tienen precios mucho más bajos, lo que ha provocado que muchos consumidores modifiquen sus hábitos de consumo y hayan cambiado los cigarrillos por los cigarritos", afirma Salomé Ibáñez Baquedano, presidenta en Navarra de la Asociación de Estanqueros.
"La modificación de hábitos de los consumidores también es evidente al observar la tendencia de las picaduras -señala Ibáñez- para hacer tabaco de liar". Además de la tradicional picadura para liar propiamente tabaco, que sufrió un importante repunte ya desde el año pasado que ahora se ha estancado seguramente porque ha subido su precio, Ibáñez se refiere a la "mención aparte que merece la picadura de pipa que de enero a junio de 2011 incrementó sus ventas, en kilos, nada menos que en un 324,99% a nivel nacional, respecto al mismo periodo de 2010". De hecho en Navarra, hasta el 31 de julio se han vendido 238.513 kilos (normalmente se comercializa en bolsita de 30, 50, 100 o 200 gramos).
impuestos, más y menos Obviamente, este crecimiento de hasta el 75% en las ventas en Navarra de esta picadura está muy relacionada con el bajo precio al que se comercializa, algo susceptible de ser modificado por una nueva subida de impuestos del Gobierno, que podría hacerlo en el caso de que observe un incremento importante de las ventas de este producto. "El consumidor es más susceptible al precio que a la marca. Cada vez se pregunta más cuánto cuesta ese paquete y menos si quiere una cajetilla de tal marca", aclara la presidenta navarra de la Asociación de Estanqueros. Por el momento, aunque crezca a marchas aceleradas, la venta de picadura de pipa todavía no es significativa dentro del conjunto pero, sin duda, va a más sin parar.
De todas formas, a este tabaco, más fibroso y grueso y que está distribuido para fumar en pipa, se le ha cambiado el uso. "La picadura de pipa y la de tabaco de liar se diferencian en el tamaño del corte. El tabaco es más pequeño y los milímetros del corte vienen estipulados por ley. Lo que hace la gente que compra picadura de pipa es hacerla más pequeña, triturarla o pasarla por un molinillo, y así liarse un pitillo. El fumador joven lo está convirtiendo en una moda", detalla Ibáñez.
Si una cajetilla de cigarrillos ronda en un estanco un precio entre 3,50 euros y 4,25 euros cada una y una bolsa de 50 gramos de picadura de liar oscila entre 6,40 y 6,75 euros, los 200 gramos de tabaco de pipa cuestan 23 euros.
Al descenso generalizado de las ventas como consecuencia de la Ley Antitabaco y de la crisis, "hay que sumar la inestabilidad del mercado de tabacos que desde mayo padece debido a la guerra de precios entre las casas tabaqueras", analiza Ibáñez, propietaria de un estanco en el barrio de San Juan. Esta misma semana se ha vivido una subida de precios de marcas de Philip Morris y Altadis, dos de los monstruos del sector, que están empezando a zanjar el zafarrancho realizando subidas acompasadas. Pero no todo ha sido al alza este año. Incluso Alfonso Landívar, de la expendeduría de la calle San Saturnino de Pamplona, aclara que el tabaco "mantenía ahora los precios de finales de 2009", tras un montón de bajadas y subidas.
una ley con efecto Este estanquero, responsable del establecimiento desde 1998 y tercera generación del mismo (abierto desde 1952), teoriza sobre las causas que han frenado las ventas: "La Ley Antitabaco ha afectado mucho, pero creo que lo ha hecho a todo el consumo en general, no sólo al de tabaco. Es evidente que el sector hostelero, que ha retirado muchas máquinas expendedoras, es el que ha sufrido más fuerte la bajada de ventas pero es un frenazo lógico. Antes, el que entraba a un bar y se tomaba tres cañas, se fumaba un par de cigarros; ahora es probable que se tome solo una cerveza y se vaya sin fumar. Y también, así como antes estabas pendiente de los cigarros que te quedaban y en previsión te comprabas alguno más, ahora, al no fumar en el bar, vas con lo justo". Landívar aclara que de cada cajetilla de tabaco "tres euros son para Zapatero y, por eso, empezó a consumirse más tabaco de liar, porque estaba menos gravado de impuestos. También es un tabaco que al tener que liarlo, probablemente reduzca el número de cigarros que fumas".
Los estancos han estado este año al albur de esa guerra de precios entre las tabaqueras, de las leyes cada vez más restrictivas, de los cambios de hábito de los fumadores, pero aún así capean el temporal. Su negocio está limitado. En las 200 expendedurías que existen en Navarra (donde se pueden vender aparte de tabaco y artículos derivados, productos de librería y papelería, sellos, postales y recargas de teléfonos móviles) no solo tienen que estar pendiente de la crisis, sino que también asoma el problema del contrabando. "En Navarra somos unos privilegiados pero en otras zonas de España como Andalucía la situación es alarmante por el tabaco falsificado que viene de China. Y ese tabaco no se sabe ni lo que contiene. Por eso nos preocupa la subida impositiva, ya que hará que aumente el contrabando y la falsificación de cigarrillos. Esta medida, lejos de solucionar el problema, vendría a agravar una situación ya deteriorada. Quizá el tabaco legal se convierta en un artículo de lujo, pero bajarán las ventas y habrá más contrabando", apunta Salomé Ibáñez.
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