pamplona. Ugal Grávalos (que cambió su nombre de pila de Serapio por Sergio) fue conducido ayer en un furgón de la Guardia Civil a las 18.30 horas al Palacio de Justicia, aunque no comenzó a declarar hasta las 20.00 horas. Asistido por su letrada, y ante la juez instructora y el representante del Ministerio Fiscal, admitió haber apuñalado a Simeonov en el bar Tolo, después de una discusión entre ambos, pero negó que tuviera intención de matarlo.
esquizofrénico paranoide y ebrio Alegó, asimismo, que actuó en defensa propia, porque temió que la víctima fuera "a sacar una pistola de un costado" después de realizar un ademán sospechoso durante el enfrentamiento que mantuvieron. El acusado, de etnia gitana, y al que le constan antecedentes policiales relacionados con delitos contra el patrimonio, está diagnosticado de esquizofrenia paranoide, según su letrada, y arrojó una tasa de 0,43 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en la etilometría que se le efectuó.
Además del delito de asesinato, penado con entre 15 y 20 años de prisión, la juez ha decidido imputarle también un delito de conducción temeraria y otro de resistencia a agente de la autoridad, dado que el autor de los navajazos, vecino de Pamplona y de 38 años de edad, intentó huir tras cometer los hechos.
En cuanto a la imputación por asesinato y no por homicidio, la magistrada aprecia la existencia de indicios de alevosía en su actuación, es decir, que actuó a traición (la alevosía es el empleo de medios, modos o formas en la ejecución del hecho que tienden a asegurar el delito, sin riesgo para el autor de acciones que procedan de la defensa que pudiera hacer el sujeto pasivo o un tercero).
El arma homicida fue recuperada por la Policía Municipal de Ansoáin, que acudió al recibir la llamada de SOS Navarra y pudo impedir la huida de los tres varones de etnia gitana implicados en los hechos. Los dos menores tendrán que comparecer ante la Fiscalía de Menores.