La más pequeña y la más grande
la tamborrada infantil en la que desfilan 5.000 niños el día de san sebastián se remonta a 1961
Da la casualidad de que siendo la tamborrada más pequeña, teniendo en cuenta la juventud de los participantes, es la más grande en número de los tamborreros -en torno a 5.000-. Y también es ya veterana: el pasado año, la tamborrada de los txikiscumplió medio siglo de vida.
Fue en 1961 cuando varios colegios se unieron para desfilar por la ciudad. En aquella primera edición la marcha la abrieron los niños de Euskal Billera, seguidos del general Manin Caravaca y su ayudante. Tras ellos, caminaron con paso firme las compañías de Marianistas, Escuelas Francesas, Sagrado Corazón, la banda militar de música, la Escuelas del Almirante Oquendo y del Asilo Reina Victoria y, por último, San Ignacio.
No obstante, ya existía un antecedente. La sociedad Euskal Billera, según La Geografía e Historia de Donostia, fue la primera, en el año 1927, en hacer desfilar a los más pequeños de la casa por las calles de la ciudad.
El historiador y cronista donostiarra José María Sada en su libro 50 urte konpainian / 50 años en compañía expone que en 1960 se tomó la determinación de crear una "nueva tamborrada". "Entre los acuerdos tomados -expone Sada- se estableció que los participantes irían uniformados de forma vistosa y suntuosa representando a la Infantería, Artillería, Caballería e Ingenieros con trajes a la antigua usanza; que cada colegio intervendría con cincuenta niños cuyas edades oscilarían entre los ocho y los doce años".
Asimismo, se estableció que al ser la compañía fundadora Euskal Billera, ésta debía abrir la marcha. A su vez, San Ignacio pidió desfilar en último lugar dado que al "tratarse de una compañía de artillería que llevaba cañones, su marcha podía ser algo más lenta que la de los demás".
origen
Bella Easo, General y Tambor Mayor
"Desde mediados del siglo XIX San Sebastián venía eligiendo, dándole distintas denominaciones, a la joven que, en los Carnavales, representaría a todas las mujeres donostiarras", indica Sada. Y añade que cuando se suprimieron los Carnavales, Euskal Billera continuó con la costumbre "nombrando a su Bella Easo, que pasaría a presidir la Tamborrada Infantil".
En el año 1964, en cambio, se estipuló que este puesto sería cubierto por "la señorita que en verano era elegida Reina de San Sebastián". Tres años después, "dentro de la llamada Semana Grande del Niño, comenzó a celebrarse la elección de Reina en su categoría infantil", que el año siguiente presidiría la marcha infantil. En 1972 volvió a denominarse el cargo como Bella Easo y en 1976 dejaron de celebrarse los concursos de este tipo. Cada colegio comenzó, entonces, a presentar a sus candidatas que eran seleccionadas mediante sorteo. "La elección del centro se realiza por sorteo entre los que con anterioridad no han tenido ocasión de elegir a la Bella Easo", aclara el cronista donostiarra.
En cuanto al cargo de General, fue creado también en 1961 con el objetivo de pasar revista a las compañías. No obstante, cuando la tamborrada superó los 5.000 participantes, se prescindió de esta función. Como anécdota, cabe destacar que en 1965, el nieto del dictador Francisco Franco fue el General de la Tamborrada Infantil. A partir del año 1981 se estableció que tanto la Bella Easo como el General, así como sus ayudantes, fuesen estudiantes del mismo colegio.
En 1975, además, surgió el cargo de Tambor Mayor, que desde la balconada del ayuntamiento dirige a todas las compañías. "El primero fue el de Euskal Billera y los siguientes los de las distintas compañías por orden de antigüedad", asegura el libro.
color
Vestimentas e instrumentos
Como previamente ya se ha citado, desde un inicio se estipuló que las vestimentas de los participantes fuesen "vistosas" y "suntuosas". De hecho, la Tamborrada Infantil es sinónimo de vivos colores.
Sada explica que hubo problemas a la hora de financiar aquella primera edición. "El costo de cada uniforme era de 300 pesetas, a las que debían añadirse otras 200 por el morrión (sombrero militar)", relata el historiador, y añade que CAT (Centro de Atracción y Turismo) "se comprometió a abonar el costo de la música y la infraestructura así como, en algunos casos, morriones, tambores y barriles".
Los colegios privados no tuvieron demasiadas dificultades para financiar los trajes, pero los públicos tuvieron que pedir donativos y aportaciones de la ciudadanía. Desde hace muchos años, el Ayuntamiento destina una subvención a este respecto.
Los uniformes correspondían a la Infantería, Artillería, Caballería e Ingenieros de la Guerra de Independencia "que tanto afectó a San Sebastián, con la posibilidad de ampliarla a algunas décadas anteriores o posteriores, llegando a figurar compañías que intervinieron en las guerras carlistas".
Más tarde, en 1963 los centros Los Ángeles e Ignacio Zuloaga comenzaron a incluir uniformes marineros. A su vez, con la llegada a la Alcaldía de Ramón Labaien en 1983, la cuestión de las vestimentas tuvo un especial revulsivo, dado que fue asesor de gran cantidad de compañías formadas. De un tiempo a esta parte, además, con la inclusión de las mujeres en la tamborrada se ha establecido también como común el traje de aguadora.
No solo los trajes han evolucionado, también los instrumentos. Los tambores "grandes" y "pesados" de antaño han dado paso a otros más ligeros "y se han sustituido los parches de cuero, en muchos casos, por otros de plástico perfectos para enfrentarse a las jornadas de lluvia".
Dejando a un lado la lógica evolución de las tradiciones más arraigadas, la realidad es que muchos donostiarras acudirán el viernes a ver la Tamborrada Infantil, no solo por ver a un descendiente o joven familiar, sino también para recordar que hace tiempo ellos también desfilaron con trajes de vivos colores.
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