Donostia. El texto judicial, al que ha tenido acceso este periódico, considera probado que el autor del crimen abordó a la mujer de 39 años el 16 de marzo del año pasado en el parking del Eroski de Zarautz, le sustrajo dos tarjetas bancarias que más tarde utilizó para sacar 600 euros y la agredió brutalmente con una piedra antes de abandonarla ya muerta en las aguas del embalse de Ibai-Eder (Azpeitia). La jueza del caso, por lo tanto, fija el robo como móvil del crimen y juzga "inverosímil, extravagante y no merecedora de crédito" la versión esgrimida por el acusado, quien había rectificado su confesión inicial y afirmaba haberse visto envuelto en el crimen pertrechado por una tercera persona.
Sin embargo, el abogado defensor adelantó ayer mismo que interpondrá el correspondiente recurso en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, al entender que la sentencia analiza "de manera incompleta" las pruebas y no las considera "en su conjunto".
Ante la "gravedad de los hechos" y con la finalidad de que el joven "asuma las consecuencias de sus actos", el fallo dicta que el asesino cumpla diez años de internamiento "en régimen cerrado". Este castigo se le aplicará en un centro de menores -actualmente se halla en el de Zumarraga-, donde deberá someterse a "una intervención terapéutica" y participar "en los programas específicos que resulten necesarios". Si su conducta no satisficiera los fines correccionales de las medidas, sin embargo, podría ingresar en una prisión convencional al contar en la actualidad con la mayoría de edad.
El fallo obliga asimismo a Ander E. a indemnizar a los allegados de Amaia Azkue "por daño moral", con una suma total de 922.000 euros, según detalló la agencia Efe.
Inicialmente, las acusaciones también imputaban al encausado un delito de profanación de cadáver porque, al parecer, intentó apoderarse de un anillo que la fallecida llevaba en un dedo, si bien durante el juicio esta solicitud fue retirada por el abogado de la familia al entender que quedaba abarcada por el delito de asesinato.
Por su parte, el letrado defensor de Ander E., Joanes Labayen, había reclamado la absolución de su cliente al considerar que existían muchas "lagunas" en el caso y había solicitado a la jueza que se "profundizara" en la investigación.
El inculpado cambió su versión en una segunda declaración en la que atribuyó la autoría del crimen a una tercera persona que conducía el coche de Amaia Azkue y que le interceptó mientras hacía auto-stop aquella mañana. Esta es la versión que Ander E. ha mantenido durante todo el juicio y que reiteró en el ejercicio de la última palabra, aunque la sentencia publicada ayer por la jueza desecha tajantemente esta opción.