El cielo pareció asustarse y se pudo celebrar la kalejira, con miles de espectadores que se acercaron a la localidad bajonavarra con el fin de celebrar un día que "muchos tienen ya marcado en el calendario", según explicó Xan Leon Indart, de la sociedad Basaizea, organizadora de la jornada desde 1978.
"No conquistaron el alma de Navarra, que todavía sigue viva. Prueba de ello es que continuamos celebrando este día, porque queremos demostrar nuestra identidad navarra", apuntó Indart, que añadió que "nos hace mucha ilusión que venga gente de todas las merindades y siempre intentamos invitar a grupos de cada una".
Hasta la plaza de la localidad se acercaron txalapartalaris, txistularis, bertsolaris, gaiteros, trikitilaris y panderos venidos de varios puntos, dantzaris de Tudela y Baigorri, gigantes de Irurtzun y Baigorri (que antes eran de Sangüesa), joaldunak de localidades vecinas y txarangas de Ezpeleta y Uztaritze, entre otras, que sobrepasaron el barullo formado por los numerosos grupos de personas que conversaban y tomaban algo en las diversas barras que se establecieron. Mientras tanto, hubo quien se deleitó en los puestos artesanales y quien se pringó las manos con un talo de chocolate derretido.
"Hoy -por ayer- podemos encontrarnos con la gente de la otra parte de Navarra y hay muy buen ambiente. Este año es más especial por los 500 años; es un buen día para eliminar las fronteras oficiales", explicó la pamplonesa Ana Bados, de 30 años, que acudió con su hermana y una amiga. Las tres formaron parte de los 1.200 comensales que, hacia las 14.30 horas, disfrutaron de la comida preparada por los voluntarios de la ikastola Ama de Baigorri.
Por otro lado, cuadrillas como la de Edurne Hualde, de 22 años, que se desplazó desde Valcarlos-Luzaide con unos veinte amigos, optaron por un plan alternativo: "Hemos traído unas tortillas y comeremos por aquí cerca", señaló la joven.
Desde Bizkaia llegaron dos autobuses, entre cuyos pasajeros se encontraba Unai Uriarte, de 33 años, quien indicó que el Nafarroaren Eguna de este año es especial "teniendo en cuenta lo que ha significado para la historia de Navarra y de Euskal Herria", e indicó que "hay que moverse".
Tras recuperar fuerzas, las actividades continuaron por la tarde, con exihibiciones de danza, canto o deporte, conciertos de grupos como Skatu o Egurra ta kitto y karaoke pasada la medianoche.