"La sabiduría maternal no tiene límites: sus consejos nos persiguen toda la vida"
Pamplona. La periodista Amaya Ascunce ha sido redactora en diferentes medios como El Semanal, AR y Reporter. Pero alguien le ha marcado más que todos sus méritos profesionales, y esa es su madre. Durante la infancia, juventud, y todavía a día de hoy, su madre le ha dedicado míticas frases que se han quedado grabas en su memoria para siempre, pequeñas joyas que ha recopilado en su nuevo y primer libro Cómo no ser una drama mamá, el cual salió a la venta el pasado tres de mayo.
Un libro inspirado en un blog que surge a raíz de una conversación telefónica con su madre... ¿Qué le dijo?
Me llamó por teléfono desde Pamplona a mi casa de Madrid, y al terminar la conversación me dijo: "Antes de salir, apaga los fuegos de casa". Al colgar pensé: ¿cómo es posible que mi madre, a 500 kilómetros de distancia, siga diciéndome esto? Así fue como se me ocurrió la idea de empezar a apuntar todas las frases que decía mi madre, e hice 100 de un tirón. Primero se me ocurrió hacer un libro, pero me parecía muy complicado, y como yo me dedico a Internet, preferí empezar con un blog. Pero recibí tantos consejos y visitas que, al final, me lancé con el libro.
En el libro hay una protagonista indiscutible, la drama mamá. ¿En qué se diferencia del resto de las madres?
Son aquellas madres que, en vez de decirte una cosa, tienden a aterrorizarte ante algo para ver si con el miedo, te portas bien. Por ejemplo, en vez de explicarte que tragarte un chicle es malo, lo que te dicen es que si tragas un chicle se te van a pegar las tripas. O en vez de decir que no es bueno meterse al agua recién hecha la digestión, lo que te dicen es que si te metes al agua te va a dar un corte de digestión, te vas ahogar y te vas a morir. Otra cosa que les caracteriza es que te siguen educando sin importar la edad que tengas. Tienes 40 años y tu madre te sigue diciendo que te pongas recta y te retires el pelo de la cara.
¿Se nace siendo una drama mamá o sólo quienes hayan tenido una podrán serlo algún día?
No tengo ni idea. Sólo sé que no sólo mi madre era así. Lo eran mi madre, mi tía, mi abuela... Me parecía que era cosa de mi entorno. Pero cuando empecé a recibir los comentarios en el blog de muchísima gente de países como México, Estados Unidos... a las que les dicen exactamente las mismas frases, ¡ni si quiera la misma idea, sino la misma frase!, me di cuenta de que esto es algo internacional, que de alguna manera está metido en el gen de la maternidad.
Su madre ya es famosa... ¿qué tal lo lleva?
Sí, ¡pobrecica! La verdad es que no lo lleva bien (risas). Y bueno, tengo que reconocer que a mí me encanta exagerar un poco. Algunas de las historias del libro son de mi abuela Aurora, ¡ella sí que era una perfecta drama mamá! Mi madre ha dicho todas las frases en algún momento, pero está un poco asustada de que todo el mundo piense que está tan loca como la pinto en el libro.
Asustada, pero sacando pecho. Seguro que la publicación le hace tanta ilusión como a usted...
Sí, sí. ¡Ya ha ido a tres o cuatro librerías para pedirles que lo coloquen en un buen lugar del escaparate! Nada más tener el primer ejemplar entre manos se lo llevé, y las dos estuvimos como un par de chiquillas con él. Desde que me dijeron que estaban interesados en la publicación todo han sido celebraciones. De todo hay foto, como si fuese algo histórico... ¡hasta de cuando mandé el contrato con la editorial por correo!
De todas las frases que reúne en el libro, ¿tiene alguna favorita?
Me encanta la de Por si acaso. Esa se me ha quedado clavada. Yo hago todo por si acaso y siempre llevo cosas de por si acaso en el bolso, en el coche, cuando viajo...
Vamos, que las drama mamás a veces, además de asustar, dan algún que otro consejo.
Sí. Muchos son muy útiles y tienen mucho que ver con ser mejores personas. Pero otros, ni si quiera son verdad. El de comer muchas zanahorias para ver bien en la oscuridad, ¡es mentira!
Y en un futuro, ¿procurará no utilizar alguna frase o todas las tendrá presentes por si acaso?
Hay alguna que me gustaría no utilizar. Por ejemplo, la de "retírate el pelo de la cara". Hay gente a quien le queda bien y hay gente a quien no le queda bien. No me parece que sea algo tan importante. Sus hijos no van a ser mejores ni peores por según qué cosas... Y bueno, lo del por si acaso es gracioso, pero llevar una muda limpia por si acaso tienes un accidente, pues hombre, me parece que hay cosas mucho más importantes en qué pensar si tienes un accidente que en si la muda esta limpia o no.
Para valorar las frases cuenta con la colaboración de algunos expertos, ¿qué piensan ellos de las drama mamás?
Me he documentado especialmente para valorar las partes que tienen que ver con temas de salud, pero también hablé con Rocío Ramos-Paul (Supernanny) y con Javier Urra, defensor del menor desde 1996 hasta 2001. La verdad es que ninguno de los dos son muy contrarios a las dramas mamás. En el fondo son bastante partidarios de la corrección sobre los niños, de intentar disciplinarlos.
¿Hacen falta más drama mamás hoy en día?
No lo sé. Yo no soy madre y no sé nada de maternidad, por eso mi libro está escrito desde el punto de vista de una hija. Pero con el blog he podido ver que ahora hay mucha teoría sobre la maternidad que te dice qué tienes hacer y qué no tienes que hacer. Nuestras madres no tenían nada de toda esa teoría y bueno, ¡tampoco hemos salido tan mal! Lo han sabido hacer muy bien, al menos con mi generación, que yo considero bastante educada.
Y a su padre, ¿también lo menciona en el libro o prefiere mantenerlo en la sombra?
Sí, claro que lo menciono. Aunque mi padre no era un drama papá sino todo lo contrario. No le daba importancia a muchas cosas que mi madre sí le daba. Por ejemplo, el día que yo decidí que quería hacerme un piercing en la nariz, mi madre se escandalizó y me dijo que ni se me ocurriese. Mi padre, sin embargo, me dijo que sí, que no había ningún problema, pero que él se iba a poner una pamela en la cabeza y me iba a acompañar a la puerta del colegio a buscarme todos los días. Y sé que lo hubiera hecho. No era dramático, pero si algo no le gustaba, conseguía quitarte la idea de la cabeza.
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