Tortuga a la salmonella
El Departamento de Sanidad alerta a los facultativos vascos ante los casos de la enfermedad en menores con estas mascotas
Donostia. Y es que, a pesar de que el grueso de contaminaciones están vinculadas al consumo de alimentos en mal estado, estas pequeñas, inocentes y simpáticas mascotas son también una importante fuente de infecciones.
De hecho, el Departamento de Sanidad y Consumo del Gobierno Vasco ha enviado una circular interna al conjunto de sus facultativos para ponerles sobre aviso ante la propagación de esta enfermedad asociada al contacto con las tortugas de uso y disfrute doméstico. Principalmente entre niños de más corta edad, más vulnerables a este y otro tipo de contagios ya que sus defensas inmunológicas aún no están desarrolladas del todo y es habitual que, después de jugar con ellas, se lleven las manos a la boca, puerta de entrada sin peaje para indisposiciones.
No en vano, la salmonella se transmite a través de la saliva y este animalito, como cualquier otro reptil, es portador habitual en su tracto intestinal de esta enfermedad aunque no presenten síntomas visibles. Eso sí, eliminan esas bacterias dañinas a través de las heces que contaminan el agua donde vive y cualquier otra superficie que entre en contacto con el galápago. En este sentido, las tortugas "conllevan un riesgo especial" ya que es frecuente que los adultos las adquieran como mascotas para los niños, recoge el documento al que ha tenido acceso este periódico.
Por eso, expertos en salud pública y profesionales del mundo de las mascotas recomiendan siempre que todas las personas -especialmente los niños- que entren en contacto con estos animales (y otros como los hámsters o los pollitos) se laven las manos después de haber jugado con ellos. "En algunos casos puede haber complicaciones severas, produciéndose bactieremia (septicemia, meningitis), especialmente en niños pequeños y personas inmunodeprimidas", alertaban desde el Departamento de Sanidad.
En cualquier caso, las infecciones por salmonellaasociadas al contacto con tortugas (Paratyphi B var Java) parece ser menos dañina. En la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Bizkaia (responsable de analizar la incidencia, por ejemplo, del brote de gripe AnH1N1, enfermedades tropicales, de transmisión sexual, hepatitis, tuberculosis,...) fueron detectados ocho casos de infección por ese tipo de salmonella y otros tres de una posible "variante monofásica", señala la misiva. "Estos casos no tienen relación entre sí, y presentaron una clínica leve, con síntomas de gastroenteritis", describe.
En el 67% de los casos Sin embargo, el dato más llamativo en las estadísticas elaboradas por este centro de investigación es que, quitando a una joven de 24 años y a un hombre de 62, todos son niños de entre tres meses y diez años: siete varones y cuatro mujeres", detalla la nota difundida entre el personal sanitario. Asimismo, y tras activar su protocolo de actuación y localización del foco de la enfermedad, pudieron comprobar que seis de los nueve niños afectados (67%) habían tenido contacto con tortugas acuáticas en los días previos al desarrollo de los síntomas, bien en casa (4 episodios), bien en el domicilio de algún familiar (1) o bien en el colegio (1).
"Se analizaron muestras de agua de los acuarios de las seis tortugas y tres de ellas fueron positivas a salmonella Java, con el mismo perfil de electroferesis que el de las bacterias aisladas en las muestras de los niños que estuvieron en contacto con ellas. Los tres resultados negativos corresponden a muestras tomadas mucho tiempo después de producirse los casos, más de cinco meses", concluían desde la Unidad de Vigilancia Epidemiológica de Bizkaia.
Se trata de la segunda vez que los investigadores de este centro constatan una relación directa entre el contacto con tortugas y la infección por salmonella, después de que en 2008 confirmaran que casi la mitad de los contagiados (46,2%) eran niños de entre 1 y 4 años; y el 17,4% presentaba como factor el contacto con las tortugas. Profesionales del mundo de las mascotas aseguraban a este periódico que cuando venden uno de estos ejemplares "siempre recomendamos que los pequeños se laven bien las manos para evitar la salmonella", expresa Eider, de la tienda Kume en Erandio.
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