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Un rincón con encanto entre Arre y Villava para disfrutar del Parque Fluvial

Un rincón con encanto entre Arre y Villava para disfrutar del Parque Fluvial

VILLAVA-ATARRABIA. La belleza del río Ultzama muestra todo su esplendor en un rincón donde naturaleza e historia se dan la mano: es la confluencia entre Arre (Valle de Ezcabarte) y Villava-Atarrabia, la localidad más castigada en las últimas inundaciones por el enfurecimiento de sus aguas.

En este privilegiado enclave el puente medieval de la Trinidad de Arre -también se dice que puede datar de la época romana- sirve a los peregrinos que van a Santiago y bajan de Esteribar para sortear el río Ultzama y adentrarse en la villa comarcana. Ahí se encuentran, de primeras, con un emblemático edificio, el Batán de Villava, que a lo largo de la historia ha pasado por diferentes usos. El edificio es de origen medieval y comenzó su actividad como molino harinero, transformándose después en batán hidráulico. Más recientemente ha servido de taberna, curtiduría y vivienda, y en la actualidad se ha recuperado como Centro de Información y Educación Ambiental del Parque Fluvial de la Comarca.

Frente al batán, al otro lado del río y de sus espectaculares presas, caminantes y ciclistas disfrutan del trazado del Parque Fluvial. Gabriel Salvador Armendáriz, natural de Guirguillano y vecino del barrio pamplonés de Iturrama, es usuario habitual de esta vía verde y, si el tiempo lo permite, pasea con su bici todos los días por este rincón de la Cuenca. "Tengo muy controlado al río Ultzama. Normalmente baja con bastante caudal y cuando llueve un poco se nota enseguida", explica. Este usuario de 71 años recorre diariamente de 35 a 40 km con la bici, desde su casa hasta Sorauren y vuelta por este paraje. "Es una zona muy bonita y el Parque Fluvial está muy bien, porque podemos andar aquí tranquilamente sin peligro de que nos atropellen", dice Gabriel.