La normativa especifica que los burladeros deben medir 1,60 m pero no el hueco para entrar en ellos
se entiende que el fallecido era un participante en el festejo porque se exponía al riesgo en esa ubicación
pamplona. En concreto, es la resolución 201/2013 la que regula las medidas provisionales en relación con la instalación de barreras perimetrales y burladeros en los espacios habilitados para la celebración de festejos taurinos populares. Un año antes, la Orden Foral 374/2012, de 29 de mayo, ya había regulado las características de los vallados que delimitan los recorridos o lugares de celebración de los espectáculos taurinos populares, concursos de recortadores y corridas vascolandesas, que son los únicos espectáculos taurinos que no llevan aparejada la muerte de las reses.
La referida disposición conceptualiza los vallados como estructuras compuestas por tres o más elementos (tablones) paralelos, dispuestos horizontalmente y soportados en sus extremos mediante dos postes verticales, estructura esta que responde a una tipología tradicional del vallado. Con el mismo objetivo de regular otras instalaciones propias de los festejos taurinos, como son los burladeros, el director general de Interior dictó la resolución 201/2013, que determina las características y las condiciones de instalación de estos refugios usados por los participanes, profesionales taurinos o colaboradores ante la embestida de las reses.
Según consta en el Anexo II de la mencionada resolución, se entiende por burladeros "aquellas estructuras o vallas habilitadas específicamente como refugio para evitar la acometida de las reses en los espectáculos taurinos populares". Formalmente, deberán estar construidos "con madera" y deberán contar "con suficiente resistencia mecánica para soportar la embestida de las reses".
compactos y rotulados Asimismo, la normativa se establece que deben ser "compactos" y tener una altura mínima de 160 centímetros, sin mención alguna al espacio que debe quedar entre el burladero y el vallado para asegurar la entrada y salida de la estructura. Los burladeros, además, deberán estar rotulados con la inscripción "espacio reservado para corredores, personal sanitario, profesional taurino y/o colaboradores, según el caso".
En el caso de la cornada fatal sufrida por el murchantino Ángel Jarauta, tanto las pruebas gráficas o documentales, como los testimonios de las personas que presenciaron el suceso, indican que el hombre se encontraba participando en el festejo, siguiéndolo desde el burladero y exponiéndose de ese modo al riesgo propio que representaba la vaca que acabó corneándolo.
En ese sentido, lo ocurrido entraría en el terreno de la fatalidad y se trataría de un desgraciado accidente, en nada imputable a las instalaciones donde se produjo. El alcalde y la teniente de alcalde de Fustiñana ya rechazaron ayer que la herida mortal sufrida por Jarauta se debiese a alguna negliencia y aseguraron que el vallado y el burladero contaban con las autorizaciones pertinentes.
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