Gil (Asfi) admite que desvió a sus empresas 1 millón de los 1,6 que se le acusan y que nunca falseó cuentas
El administrador de fincas dice que siempre que “usaba el dinero lo reponía” hasta que se le encarceló Afirma que no va a pagar por “aquello que no he tocado” y no culpa a ninguno de los otros acusados
pamplona - Él dijo ser el único que manejaba a su antojo esas cuentas y cubrió también a su exmujer, que gestionaba una firma de servicios jurídicos para Asfi pero que los investigadores sospechan que no realizaba los trabajos encomendados. Además, Gil vino a presentarse como víctima de un exceso y desproporción “porque aquí muchos se suman al carro y se están pasando” a la hora de reclamar y preso de un colapso financiero porque “desde que me encarcelaron, me pusieron una llave con candado y nadie ha tenido interés en resolver esto. Yo usaba dinero de comunidades y siempre lo reponía, hasta que no pude hacer nada cuando me metieron en la prisión. No tengo ningún cliente que haya dejado de ser cliente mío y al que le haya dejado algún importe pendiente”, afirmó ayer Gil en la primera de las 18 sesiones de juicio que le esperan. Casi dio a entender el acusado que, si no le llegan a apresar, hubiera puesto todas las cuentas en orden y aquí, oigan, paz y después gloria.
Bien sabe Gil que esto está lejos de ser cierto, pero en su estrategia de defensa parece centrarse en su dominio de la gestión de fincas, en cuya escena nada como pez en el agua. El empresario villavés, que se sentó en el banquillo y se enfrenta a entre 8 años (que le pide la Fiscalía) y 25 años de prisión (le solicitan las acusaciones particulares) por apropiación indebida y falsedad continuada en documento mercantil, se enredó ayer con la fiscal en un toma y daca sobre las cantidades que desvió de las comunidades de vecinos a otro tipo de fines, como eran sus otras empresas dedicadas a servicios y promociones inmobiliarias y en las que desde luego no le estaba yendo demasiado bien. Entre ellas destaca un negocio en Dos Hermanas (Sevilla) pendiente de ser juzgado y donde Gil invirtió mucho del dinero apropiado indebidamente. Ayer, del mismo dijo: “Un proyecto de 32 millones no se hace con 800.000 euros que desvías de otro negocio. No pude reparar el daño porque mis cuentas se bloquearon y no pude completar ese proyecto”, defendió.
Durante el interrogatorio, se empezó por ver a un Gil templado que terminó en su salsa, pormenorizando detalles de cada una de las 81 comunidades de Pamplona y comarca que administraba. Asimismo negó una de las acusaciones más graves, la que le imputa haber falseado también documentos mercantiles para adueña se del dinero de otros. Gil reconoció irregularidades, de todo tipo, traspasos entre comunidades, dinero a favor de sus empresas, y afirmó que no lo hacía con el consentimiento de los propietarios. Pero matizó las cifras. Se le acusa de desviar 1,6 millones y él reconoce 1.031.329 euros, aunque dice que como a Asfi no se le pagó el último mes de trabajo cuando fue detenido, esa cifra se rebaja a 1.001.000 euros. El desfase de 600.000 euros entre una y otra cantidad lo atribuye Gil a que la Guardia Civil le carga abonos que no son para lucrarse, la mayoría lo atribuye a honorarios y material de oficina que pagaban trimestralmente los vecinos”. Y advirtió: “Pero no pienso pagar lo que no es mío, ni un céntimo de lo que no he tocado. Me quieren hacer pagar gastos bancarios, de la luz, del gas, derramas que hicieron los vecinos o transferencias de unas comunidades a otras que yo no voy a pagar. No voy a pagar dos veces. Si se cortaron los suministros de alguna comunidad fue porque a mí me detuvieron. No es mi responsabilidad y tampoco que una comunidad tenga superávit a costa de otra, eso se lo tendrán que reclamar entre ellas”, afirmó el administrador.
“hAY COMUNIDADES QUE ME DEBEN”
En Artica y Orkoien. En su análisis de las 81 comunidades en las que se detectaron movimientos irregulares en las cuentas que gestionaba Asfi, Iñaki Gil rindió cuentas de cada uno de los desgloses que se le atribuyen para apropiarse de cantidades e incluso llegó a decir que hay comunidades de vecinos que “ a mí me deben dinero, o a Asfi mejor dicho. “Hay transferencias que son gastos que me tienen que pagar y me están reclamando también”. Una de ellas, de la calle Madres Plaza de Mayo de Artica, dijo que le “adeuda 10.979 euros porque le dio Asfi dinero no se si porque tenía problemas. Y Rafael Alberti, de Orkoien, me debe 6.000”.
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