Pamplona - La Policía Foral detecta al mes una media de entre 3 y 4 casos de acciones ilícitas a través de redes wifi ajenas. Así lo constatan fuentes de la sección de Delitos Informáticos del cuerpo, que señalan esto como uno de los mayores peligros que puede tener que una persona acceda a la red wifi personal.

En el momento en el que se contrata una conexión a Internet con un proveedor, ésta queda asociada a través de una dirección IP que identifica a cada usuario en la red. Esto tiene muchas utilidades positivas, aunque puede ser un arma de doble filo y en manos equivocadas puede resultar muy perjudicial. Cuando alguien con conocimientos informáticos consigue introducirse en una red wifi ajena se apropia también de la dirección IP, por lo que cualquier acción delictiva que se cometa se asociará directamente con la persona contratante de la conexión. El jefe de la Unidad de Delitos Informáticos de Policía Foral, Juan Santiago, explica: “Hacen esto porque si la policía investiga lo primero que va a encontrar es, por ejemplo, al vecino. Él no ha hecho nada, pero es el dueño de la red a través de la que se ha cometido el delito”.

Santiago ilustra esto con un caso en el que insultaron al jefe de una empresa en la que recientemente se habían hecho despidos y la investigación les llevó a una casa en la que no tenían ninguna relación con el suceso. “Estuvimos investigando y, rascando un poco, vimos que uno de los despedidos casualmente vivía en el portal de al lado -relata-. Algunas veces no encontramos al culpable, pero otras vamos concatenando indicios y finalmente damos con él”.

Otro motivo que puede llevar a un pirata de wifi a actuar puede ser un simple ahorro económico. En estos casos, según señala Santiago, la gravedad se reduce considerablemente, ya que en el Código Penal está catalogado como una simple falta siempre y cuanto la cuantía estafada no supere los 400 euros. Algo muy complicado, ya que tendrían que pasar muchos meses hasta que se sumase esta cantidad y, además, tendría que poder demostrarse. “En principio no nos consta mucha actividad a nivel de denuncia”, comenta el jefe de la Unidad de Delitos Informáticos, quien añade que desde Policía Foral no es una problemática que consideren importante.

wifi pública y abierta Los piratas no solo se dedican a introducirse en redes wifi ajenas esquivando sus sistemas de seguridad, también hacen buena cuenta de las que se encuentran abiertas y de las públicas, aquellas a las que cualquier persona puede acceder y que, por lo tanto, presentan un gran y variado tráfico de datos.

A través de una red abierta es muy sencillo para el administrador o los usuarios leer la información que se transmita a través de ella sin necesidad de disponer de unos conocimientos técnicos elevados. Por este motivo se recomienda no utilizar información personal como contraseñas o datos bancarios cuando se acceda a Internet a través de una red wifi pública. “Puede no pasar nada, pero es peligroso usar estas redes, ya que monitorizar la información es tan fácil como conectar un pequeño portátil”, apuntaba Juan Santiago.

Los dispositivos que se encuentran dentro de la red están visibles a los demás usuarios, por lo que también son más susceptibles de recibir cualquier tipo de ataque desde el resto de equipos conectados, que pueden desde transmitir algún virus al dispositivo a robar los datos almacenados en él.

En estos caso, no es suficiente con ser precavido con la información que se da a través de Internet. Por esto se debe mantener siempre el equipo actualizado, contar con un antivirus de calidad y utilizar un cortafuegos que no permita las conexiones de entrada al dispositivo.

Además, se recomienda desactivar la sincronización automática de aplicaciones como la agenda o el correo electrónico cuando se utilice una red que no se considere segura y eliminar de la lista de puntos de acceso memorizados aquellos esporádicos que no resulten de confianza para que el dispositivo no se conecte automáticamente.

A juicio de Santiago, la concienciación entre los ciudadanos va creciendo, aunque lentamente, y subraya que “todavía queda muchísimo por hacer”. A su vez, durante su trayectoria ha visto cómo los sistemas de seguridad han ido creciendo en calidad, aunque puntualiza que la seguridad total no existe.

Riesgos del robo de wifi. Cuando se realiza una acción a través de una dirección IP, esta se identifica con quien contrata el servicio, por lo que si se comete un delito desde una red wifi ajena la investigación irá directa hacia el usuario. Además, alguien con los conocimientos adecuados puede robar la información que se transmita a través de la red y entrar en los equipos conectados. Por último, hay que tener en cuenta que cuantos más dispositivos haya conectados y mayor sea el uso de la red, menor será el ancho de banda.

Rendijas de entrada

Red sin contraseña. Aunque cada vez es menos habitual, aún existen redes inalámbricas abiertas en las que no hace falta disponer de una contraseña para acceder a ellas. Cualquier persona puede conectarse, por lo que corren riesgos tanto el usuario de la red como cualquiera que la utilice.

Seguridad obsoleta. Con el paso del tiempo, la seguridad de algunos router queda desactualizada y ya no pueden hacer frente de forma eficaz a las nuevas amenazas. Algunos están configurados con un sistema conocido como WEP, con el que es fácil descubrir la clave de acceso si se tienen conocimientos informáticos avanzados.

Clave débil. Siempre se recomienda que las contraseñas de acceso a la red tengan cierta complejidad, ya que de nada sirve que el sistema de protección sea de calidad si la clave es fácil de descubrir.

Contraseña por defecto. En ocasiones la contraseña que la red trae de serie viene por defecto y puede ser conocida.

Cómo proteger tu wifi

Cambiar la contraseña. Hay que huir de las claves por defecto y palabras o combinaciones sencillas como “12345”. Lo aconsejable es utilizar una contraseña de acceso a la red de 12 caracteres como mínimo, que carezca de sentido propio y en la que se combinen mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.

Modificar el nombre. Se aconseja modificar el nombre de la red wifi y el SSID, ya que normalmente vienen definidos por defecto. Lo ideal es que no dé información acerca de cuál es el operador y que no tenga ningún tipo de relación con al contraseña de acceso.

Clave de configuración. La contraseña de acceso al panel de configuración suele ser muy sencilla, por lo que es recomendable cambiarla.

Apagar el ‘router’. Para evitar problemas lo mejor es apagar el router si este no se va a utilizar por el usuario.

Sistema WPA2. En aquellos casos en los que el router cuente con un sistema WEP o WPA lo mejor es cambiarlo por un WPA2, una versión más eficaz.

LA frase

Juan Santiago “No es suficiente poner rejas en casa y después dejar abierta la puerta virtual”

La concienciación es un aspecto muy importante para prevenir ataques a través de las redes wifi y conocer los peligros y medidas preventivas puede resultar clave.