“Si quieres encontrar una aguja en un pajar, no busques la aguja, retira la paja y entonces saldrá”
Hablar nueve idiomas y tocar seis instrumentos parece demasiado para una sola vida. Anxo Pérez lo ha conseguido subiendo cada uno de ‘Los 88 peldaños del éxito’
pamplona - Polifacético. Si Anxo Pérez fuera una entrada del diccionario, la RAE hubiera optado por esa palabra para definirlo. Empresario, conferenciante y escritor, habla nueve idiomas y toca seis instrumentos. Con 15 años dejó su natal Finisterre -el lugar del fin del mundo para los romanos- para ir al nuevo continente. Empezó desde abajo cortando el césped para gente con dinero y repartiendo pizza y terminó trabajando para el FBI como intérprete y para Barack Obama como traductor. Después de hacer las Américas, se volcó en su sueño: conseguir un método efectivo para aprender idiomas. De ahí nació su empresa 8Belts, que permite aprender chino en 8 meses. Y como el 8 es el número de la suerte en la cultura china, optó por escribir su libro Los 88 peldaños del éxito que presentó en Pamplona hace unas semanas.
¿Existe un concepto universal del éxito?
-No, yo intento alejarme de todo eso porque no me corresponde a mí. El libro no define el éxito, sería demasiado pretencioso; lo que sí hace es que, aquello que el lector defina como éxito, darle 88 aceleradores para llegar al objetivo.
¿Es mayor el miedo al fracaso que el deseo de éxito?
-Puede ser; el libro dice que al éxito no se llega apostando a no perder sino apostando a ganar y eso implica riesgo. Y de hecho, habla de la importancia de perder y la importancia de fracasar; a más fracasos, casi siempre, más éxitos, porque cuanto más fracasas es indicativo de que estás arriesgando más, y con mayor riesgo, mayor probabilidad de éxito.
Asegura que todo el mundo es Michael Jordan en algo, ¿en qué es usted Michael Jordan?
-A mí me encantan los idiomas y la música, me gusta comunicar y escuchar a las personas, esos son los pozos de petróleo que yo tengo y cuando en las conferencias me presentan como un crack siempre digo: sé que no me vais a creer pero soy un desastre en casi todo. Y no es falsa modestia, lo que pasa es que soy muy bueno en unas poquitas cosas, y así funcionamos todos. Somos muy malos en casi todo y muy buenos en unas pocas cosas y el éxito no se obtiene mejorando nuestros numerosos defectos sino explotando nuestras grandes virtudes
Ha tratado de condensar las ideas al máximo en el libro, pero, ¿88 peldaños no son muchos? ¿Todo el mundo tiene fuerza para subir esa escalera?
-Si tardas 3 o 4 horas en leerlo me parece un esfuerzo relativamente bajo para alcanzar aquello que deseas. Los 88 peldaños son aceleradores del éxito que realmente funcionan, por eso se está vendiendo tan bien, porque a la gente le funciona, acorta el tiempo entre el esfuerzo y el resultado. Puedes leer el libro por la mañana y aplicarlo por la tarde en tu vida.
En el peldaño número siete de su libro afirma que los tesoros se encuentran fuera de casa. ¿Qué diferencia hay entre encontrar ese tesoro y la fuga de cerebros?
-No es una fuga de cerebros, es un intercambio de cerebros, pero la clave es seducir a esos jóvenes que se marchan para que después vuelvan, hay que procurar las mejores condiciones para que el talento regrese, no para que no se marchen y así nos beneficiaremos todos porque estamos compitiendo en un mundo global. Yo lo que digo es que tenemos que conseguir que emerjan los mejores. Los mejores políticos, economistas, deportistas, creando un entorno donde se incentive a los mejores. Que reine la meritocracia.
Cita que sólo hubo éxito porque antes hubo crisis. ¿Qué éxito va a sacar la sociedad de la crisis que hemos vivido?
-Un montón. Casi todas las mejoras que tengamos en 2018, 2019, 2020, vendrán de la crisis. Solo te pones en marcha cuando tocas fondo y gracias a ese problema consigues solución a temas que de otro modo no lo harías. Si nos dieran a elegir entre estar renqueante y estar en crisis, todo el mundo elige lo primero, pero esa es la situación más peligrosa porque puede durar mucho tiempo.
¿Tenemos que huir de la crítica sistemática y aplaudir más a las personas que lo hacen bien?
-En España reina la crítica y es una crítica dura y a veces sistemática al emprendedor, al empresario: yo creo que es un error. Si tenemos un problema de paro, el emprendedor no es parte del problema, es parte de la solución. Mi mensaje es: para merecer lo bueno, hay que saber aplaudirlo. Una crítica te corrige un defecto, pero un elogio te corrige diez.
Su mantra es: “El enemigo de la vida no es la muerte, es el desaprovechamiento”. ¿Por qué nos desaprovechamos?
-Son dos cosas; la primera es que no conocemos el potencial que llevamos dentro y la segunda, que tomamos caminos. Si quieres encontrar una aguja en un pajar, no busques la aguja, retira la paja. Es como un puzzle, si lo empiezas por la cara no sabes si el cielo es azul o gris, no sabes si está en un campo lleno de flores, pero sabrías de qué trata el cuadro. Al estudiar idiomas sucede lo mismo, hay que ir a las piezas centrales del puzzle. Mira, si cogemos de cualquier tema que te interese, con dos horas muy aprovechadas, sin perder un segundo, sabrías más que el 99% de la población en ese tema.
Tiene cinco títulos universitarios que pagó en EEUU cortando hierba y repartiendo pizza entre otras cosas. ¿Qué aprendió cortando hierba y repartiendo pizza?
-Cada euro que tú ganes vale por 10 que otros te den. Más allá de eso, conocimiento no obtuve, no tenía nada de indigno pero me estaba desaprovechando. Un día me di cuenta y anoté en una hoja de papel todo lo que sabia hacer que aportara mucho más valor al mundo que todo eso.
En las conferencias toca instrumentos, habla en varios idiomas a la audiencia, cosas que podrían catalogarse incluso de locura. ¿Hace falta más locura?
-Sí, si definimos locura como romper moldes y superar tus límites. Hay muchas cosas que se pueden hacer y salen de lo común. En la empresa establecimos la regla del 10%, que quiere decir que un 10% de nuestro tiempo lo dedicamos a cosas locas. Nueve de cada diez no funcionan, lo que pasa que la décima que sí que funciona compensa todas las demás, por eso el libro dice: La derrota es el hermano del éxito.
Habla nueve idiomas, toca seis instrumentos y sus alumnos aprenden chino en ocho meses. ¿Cree que hay algo en la vida que no se pueda conseguir?
-Que las utopías no puedan conseguirse, no significa que no deban buscarse. A mí me interesa que lo intentes, que le declares la guerra al desaprovechamiento, ahí esta el valor real: que lo consigas o no es secundario.
Denos su mejor motivo para comprar su libro.
-Os voy a dar dos motivos: el egoísta es porque te va a revolucionar la vida, el altruista es porque lo recaudado por el libro es donado a un orfanato chino.
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