Villatuerta, zona cero
LA ESPECTACULAR tROMBA anegó buena parte del barrio de abajo y dejó daños en garajes, comercios y vehículos
la estampa en el conocido como barrio de abajo de Villatuerta era dantesca ayer por la mañana, y eso que en la madrugada del lunes las labores de limpieza se prorrogaron hasta las 3 de la madrugada. Buena parte de los viales, especialmente la calle Regueta, se encontraba cubierta por una gruesa capa de lodo y agua, y cada dos pasos había ramas y suciedad acumuladas, así como distintos daños materiales. Lo mismo se puede decir del patio del Colegio Público San Veremundo, la plaza Mayor, el patio de la guardería Hijas de Santa María de Leuca, varias bajeras y huertas, comercios, y otras calles, como Ozalder, Mayor, San Ginés, Morartia o Rúa Vieja.
“Por las marcas que ha dejado el agua, había entre 80 centímetros y un metro en esta calle”, decían ayer los vecinos, que seguían limpiando con mangueras, escobas y a mano toda la suciedad acumulada, que era mucha. “En varios coches entró el agua, algunos los arrastraba el río y habrá por lo menos cuatro o cinco para siniestro total”, comentaba el exalguacil y vecino Juan Ramón Landa, quien colaboraba ayer en las tareas de limpieza provisto de katiuskas.
Decenas de vecinos de todas las edades se echaron a la calle para colaborar, también por supuesto los trabajadores del Ayuntamiento así como seis empleados de la empresa local Construcciones Ibáñez con su propio material y vehículos. “La riada llegó desde la zona de Murillo de Yerri, cruzó la carretera NA-1110, que se cortó, y llegó con mucha fuerza hasta la calle Regueta y desde allí fue llegando hasta más allá del centro de salud. Había más agua por la carretera que por el regacho incluso”, añadía Landa.
La fuerza del agua hizo que el improvisado río alcanzase una anchura en algunos puntos de decenas de metros, como en la plaza del polideportivo. Más adelante tiró pequeños muros, y se coló en las bajeras de un grupo de viviendas o en la propia guardería. La directora, la madre Poncia, explicaba que ayer era el primer día de clase y que muchos padres decidieron no llevar a los pequeños. “Lo peor está aquí, en el patio (donde se acumulaba gran parte de lodo), y dentro del edificio el agua llegaría a unos 15 o 20 centímetros”. Aun así, el centro abrió con relativa normalidad después de que muchos voluntarios, unos 25, estuviesen ayudando a achicar agua hasta las 2 de la madrugada.
El agua y el barrio también llegaron hasta el vaso pequeño de las piscinas municipales e incluso arrastraron al menos un pesado banco de piedra y otro de madera varios metros, y arrasaron parte de un parque infantil.
Entre los voluntarios había ayer un grupo de adolescentes a los que se les hizo tarde el lunes de madrugada, y a las 10 ya estaban al pie del cañón. “Hay que ayudar al pueblo”, decían. Entre ellos estaban Ainara Donamaría, Maider Azpilicueta, Rafa Amador, María Goñi, Óscar Gallart, María Izcue, Xabi Sanz, Miguel Zúñiga, Íñigo Arellano, Andrea Apesteguía, María Vicente, Marta López, Maialen Araiz, Ander Azpilicueta, Xabi González, Óscar Senosiáin o Alba Araiz.
hacía 65 años Los más mayores de Villatuerta señalaban ayer que no recordaban algo así desde aproximadamente el año 1950, lo que da buena cuenta de la ocurrido. Por eso, las tareas se prolongaron durante toda la jornada, también con apoyo de Mancomunidad de Montejurra.
Y hoy el Ayuntamiento de Estella-Lizarra ayudará a la localidad vecina con operarios de la empresa de limpieza Cespa, que se trasladarán con un camión de baldeo y mangueras. “También tienen a su disposición vehículos y personal de la brigada según vean la necesidad, y hago un llamamiento a los ciudadanos de Estella a que colaboren en la limpieza con nuestros vecinos de Villatuerta, que han sufrido graves desperfectos; toda ayuda es poca”, señalaba ayer el alcalde, Koldo Leoz, tras reunirse con su homólogo, Asier Urra.
Este, por su parte, señaló que “hay que destacar sobre todo la colaboración de los vecinos” ante un hecho así. “Es muy aparatoso por el agua y el lodo, aunque en lo que se refiere a daños creemos que no será al final tanto: jardinería, algo de mobiliario... Por suerte no entró dentro del colegio ni del polideportivo. Aun así, estaremos unos días limpiando”, agregaba ayer por la tarde, cuando cerca de 100 personas, y varios vehículos, seguían con una tarea que ha unido el pueblo.
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