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Proyectos para el nuevo año

Para muchos navarros, el año que comienza será el momento en el que acometan ese proyecto pendiente o decidan, definitivamente, dar un vuelco a sus vidas. Cinco navarros cuentan por qué 2016 no será un año cualquiera.

Proyectos para el nuevo año

PAMPLONA. Más allá de que el inmediato 2016 será un año bisiesto, las expectativas en diversos ámbitos hacen presagiar que será un año especial. La mejora económica, el cambio político o incluso el hecho de que se vayan a celebrar unos Juegos Olímpicos modificarán las vidas de muchos navarros, de aquellos que han decidido crear su propio negocio, comenzar nuevos proyectos o entrenar más duro para cumplir el sueño de cualquier atleta.

La duda de si los esfuerzos invertidos en los últimos trece años en investigaciones para luchar contra el cáncer han merecido la pena se le despejará este 2016, con toda probabilidad, a Maite Agüeros Bazo. La aplicación de la nanotecnología para mejorar la eficiencia farmacológica de los medicamentos ha sido una de las obsesiones de esta investigadora que en 2013 dejó su puesto en la Universidad de Navarra para dedicarse con exclusividad a InnoUp, empresa de la que es fundadora y que tiene un ambicioso proyecto en el horizonte: comercializar su primer producto contra el cáncer a finales de 2019.

Para ello se sirve tanto del capital humano de su empresa, de la que forman parte Juan Manuel Irache y Manuel Rodríguez Mariscal, como del uso de la tecnología a través de nanopartículas en los fármacos que tratan el cáncer con el objetivo de disminuir la toxicidad y aumentar la eficacia en menores dosis. “Todavía sería muy precipitado aventurarse en los posibles beneficios que sobre el paciente de cáncer tendría este avance en el fármaco, pero la idea es optimizar los tratamientos y hacerlos más seguros”, indica Maite Agüeros. Su labor de investigación y el carácter emprendedor que le llevó a invertir más de un año en encontrar financiación para un proyecto ambicioso le valió, el pasado mayo, para ganar el Premio Emprendedor XXI en Navarra, dotado con 5.000 euros y la participación en un curso de aceleración de negocio en la Universidad de Cambridge.

Pero antes de la crucial cita de 2019, fecha marcada por los promotores de Innoup para lanzar al mercado el producto, 2016 se postula como un año muy importante en el proceso. “Es un año crítico. En buena medida, del transcurso de los acontecimientos este año dependerá el resto de la investigación”, advierte Agüeros. Lo que pasará a lo largo del año entrante es que InnoUp conocerá varios resultados de las pruebas realizas en animales y que arrojarán conclusiones sobre si la aplicación de la nanotecnología en los fármacos contra el cáncer se podrán utilizar en humanos. Por eso, desde Innoup, Maite Agüeros confía en que la pasión, la entrega y el esfuerzo de todo el equipo se mantenga como hasta ahora. “Me conformo con que la ilusión y las ganas de trabajar las manteamos durante este año”.

objetivo: río de janeiro Si Javier Colomo Alfaro quiere pasar el mes de agosto de 2016 en Río de Janeiro tendrá que esforzarse por ser medio segundo más rápido. Lo que a priori y sin más datos podría no parecer algo demasiado complicado cambia si Javier Colomo resulta ser un deportista navarro en la élite europea del atletismo y que el próximo agosto en Brasil se celebran los Juegos Olímpicos. Como en casi todas las especialidades del atletismo, pero quizá de manera más sensible en su disciplina, los 110 metros vallas, arañar al crono cada décima supone un esfuerzo adicional en el plan de entrenamiento. Un esfuerzo que está dispuesto a realizar en vistas a cómo ha empezado la temporada. “En estos primeros entrenamientos ya estoy haciendo marcas iguales que las mejores de todo el año pasado”.

Después de romper registros en Navarra, el vallista navarro comenzó un particular periplo dorado en 2014. Fue entonces cuando por primera vez participó en el Campeonato de España Absoluto de Atletismo que se celebró en el mes de julio en la localidad madrileña de Alcobendas. Pero además de la experiencia del debut en la máxima competición a nivel nacional, Javier Colomo volvió de Madrid con una medalla de oro colgada del cuello. La hazaña, por si el debut con triunfo no hubiese sido suficiente, la terminó de redondear imponiéndose en la final al mítico Jackson Quiñónez, deportista olímpico y un clásico del atletismo mundial, con un tiempo de 13’74.

Desde entonces, Javier Colomo lleva subido a una ola de la que no ha querido bajarse: oro en el Campeonato Promesa de Tarragona en junio, plata en el Europeo sub-23 celebrado en Tallin (Estonia) y un cuarto puesto en el Campeonato de España que tuvo lugar en Castellón hace cuatro meses y que no le dejó con buen sabor de boca. “Tuve algunos problemas y el viento de cara, y por eso hice peor marca”, explica. Tiempo para demostrar que puede parar el crono antes tendrá en este 2016, un año para él plagado de citas comenzando por el Campeonato Mediterráneo sub-23 de Túnez, los Iberoamericanos de Brasil o el Europeo Absoluto, para lo que necesitaría una marca de 13,63. Pero sin duda el objetivo de este año son los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Una cita lejana pero que ya tiene en mente. “Voy a optar a todas las competiciones: al Europeo Absoluto quiero llegar, pero qué duda cabe que todo atleta lo que quiere es disputar unas olimpiadas”, asegura.

No lo tendrá fácil y es totalmente consciente. El reto será llegar a los 13,55, cifra necesaria para adquirir el billete para Brasil. “Necesitas una marca buenísima. Tengo a varios competidores por delante y va a estar muy complicado, pero voy a pelearlo”. En cualquier caso, su juventud (21 años) todavía le augura un buen futuro, y la próxima cita olímpica le pillará, presumiblemente, en el cénit de su carrera. “Dicen que cuando mejor está un atleta es a los 26 años, pero si puedo aprovechar ahora? es con lo que todo atleta sueña”.

mi primer estreno de cine Culminar un proyecto al que lleva dándole vueltas más de cinco años. Eso, entre otras cosas, es lo que va a hacer Andrea Jaurrieta Bariáin a lo largo de este 2016. Tras mucho tiempo puliendo la idea de rodar y estrenar su primer largometraje, la personal apuesta de la joven directora navarra verá la luz en octubre. Con 18 años, Andrea Jaurrieta se mudó a Madrid para estudiar Arte Dramático en el laboratorio de William Layton, algo que compaginó también con una licenciatura en Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense. Después de completar sus estudios y obtener, en 2009, el premio final de carrera con un corto titulado S.E.D., a Andrea Jaurrieta le concedieron una beca para un curso en la Real Academia de España en Roma para continuar progresando en aspectos como la realización y la dirección.

Una conversación con un amigo en un fugaz viaje a Murcia, en 2010, prendió la chispa que luego alumbraría, al menos sobre el papel, la idea de un primer largometraje que nació con título: Ana de día. La historia narra la vida de una mujer que, un buen día, descubre que una doble la ha suplantado en todas sus labores diarias, momento en el que la protagonista se percata que solo entonces es verdaderamente libre. “A mi vuelta de Roma, en 2011, pensaba que ya estaría lo suficientemente preparada para rodar la película. Pero la perspectiva del cine español que me encontré al llegar aquel año no era nada agradable”.

A pesar de que su plan inicial se vio truncado Andrea Jaurrieta no perdió el tiempo y buscó alternativas para seguir involucrada al mundo cinematográfico. Hizo un máster de dirección en Barcelona, rodó siete cortos, confeccionó proyectos fotográficos y audiovisuales e incluso empezó a dar clases en un centro de interpretación de Vallecas. Trabajos “alimenticios”, como los califica, que le permitieron ganarse la vida. “Hice de todo: fui chófer de una compañía de teatro, di clases de castellano a chinos e incluso vendí mi pelo para costearme un viaje a Francia para ir a un festival”.

Su perseverancia le valió la llamada que todo joven aspirante a director de cine hubiese envidiado: después de ver sus trabajos y su actitud en los rodajes, el equipo directivo de Pedro Almodóvar se fijó en ella, fichándola como meritoria de dirección en Julieta, el próximo estreno del cineasta manchego y que llegará a las grandes pantallas en marzo de 2016. “Trabajar en el equipo de Pedro Almodóvar es una oportunidad que no podía dejar pasar. Aunque me hubiesen dicho para barrer el plató hubiese aceptado”, afirma.

Sobre la manera de trabajar de Almodóvar, un cineasta siempre rodeado por la controversia, asegura que “son jornadas de rodaje muy largas, muy intensas y de las que salen pocos planos”. Pero será en 2016 cuando a Andrea Jaurrieta le toque, por fin, asumir la dirección de su primer largometraje, del que se rodará gran parte en Navarra la próxima primavera. “Cada vez soy más escéptica, y hasta que no veo las cosas hechas no me las creo. Por eso a 2016 le pido que pueda terminar de rodar bien la película, ya que no puedo pedir que los días tengan 32 horas”.

Volver a vivir de mi profesión Con la sensación de que el mercado está tomando otro rumbo, Aingeru Bozal López, un arquitecto pamplonés de 37 años que sufrió los rigores de la crisis y de la explosión de la burbuja inmobiliaria allá por 2012, se ha embarcado en su propio proyecto: un pequeño estudio de arquitectura que todavía está habilitando en su propia casa.

Como en el caso de otras tantas personas, la crisis económica se llevó por delante su puesto de trabajo. Con doce años de experiencia en una gran empresa de construcción, se quedó en la calle hace cuatro años . “Ya se veía venir, pero desaparecimos de la noche a la mañana. La empresa en la que trabajaba prescindió de casi todo el personal: se había acabado el trabajo”. En su departamento, en el que trabajaban diez personas, solo quedaron dos y él no fue uno de ellos.

Desde entonces y hasta ahora, Aingeru Bozal se ha dedicado a subsistir empalmando trabajos puntuales, todos ellos ajenos a su especialidad. “He trabajado en hostelería, en Correos, en peluquería? todo lo que me diese dinero para pagar la hipoteca”. Pese a la desconexión forzosa de su ámbito profesional al que se vio abocado, Aingeru Bozal no descuidó su perfil y siempre tuvo en mente volver a su especialidad. “A veces me surgían trabajos muy puntuales como autónomo, pero no tenían demasiada continuidad”. Al mismo tiempo, recicló su perfil, se especializó en seguridad y prevención de riesgos realizando tres másteres en la materia y potenció su conocimiento en idiomas. Por si fuera poco, el escaso tiempo libre del que disponía lo invertía en el Orfeón Pamplonés. “El director me decía que yo era un auténtico superviviente”, recuerda entre risas.

“Durante dos años y medio yo hice dos entrevistas de trabajo de lo mío, lo cual denotaba que no había trabajo en mi sector”. Tal fue la sequía que Aingeru vivió que estuvo a punto de abandonar definitivamente su carrera como arquitecto. “Tras quedarme en paro estudié algo de peluquería, y estaba a punto de abrir mi propia peluquería. Pero una llamada lo cambió todo”. Era de una obra prevista para Toulouse, en Francia, y no dejó pasar la oportunidad. A su vuelta del país galo, Aingeru vio su horizonte profesional con otros ojos. “Vi que muchos de mis compañeros estaban volviendo al trabajo, pero de otra manera. Ya no existían esas grandes empresas de construcción en las que podían encontrarse todos los departamentos. Ahora es a menor escala: pequeños estudios o profesionales autónomos muy especializados”.

El proyecto con el que pretende darle un nuevo impulso a su vida laboral se llamará ArqT y echará a rodar en enero. “Ahora veo la estabilidad en el mercado que no veía antes”. Se dedicará, sobre todo, al peritaje, al diseño de locales y a la seguridad y prevención. Aingeru Bozal, además, se servirá de los últimos avances tecnológicos para ofrecer un plus en sus trabajos. “Hay que explicar todo bien al cliente, y para ello me apoyaré en el diseño 3D, algo que también he estudiado y considero muy interesante para mi trabajo”, indica. Para que todo salga bien, Aingeru le pide a este nuevo año 2016 que proporcione la confianza necesaria a las personas para superar la crisis.

exposición en solitario Leire Urbeltz Munuce (Pamplona, 1985) no se pone plazos demasiado largos ni se figura escenarios que vayan más allá de los primeros seis meses de 2016. Prefiere ir paso a paso y centrarse con calma en las dos principales actividades que marcarán buena parte del nuevo año que se inicia: empezar a impartir clases en la UPNA y, sobre todo, organizar su primera exposición en solitario en la Ciudadela de Pamplona.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Deusto, Leire Urbeltz Munuce realizó un posgrado en ilustración en Barcelona, y poco después de terminar sus estudios una escritora ya quiso incluir sus dibujos en varios libros editados por Elkarlanean en euskera. Sin embargo, sus primeras publicaciones y la adaptación al mundo editorial le generaron dudas sobre qué rumbo tomaría su carrera, por lo que decidió volver a la Universidad para realizar un predoctorado.

Pudo evaluar su nivel creativo con un viaje a China que le sirvió para captar influencias, y a su vuelta la burbuja del mercado editorial ya se había pinchado. Tras completar sus estudios con un máster en Madrid, en 2012 volvió a Navarra para formar parte de la plantilla de educadores artísticos del Centro de Arte Contemporáneo de Huarte. Desde entonces y hasta 2015 ha ido compaginando su trabajo con encargos esporádicos como ilustradora y colaborando en Kocograpa, espacio de creación gráfica propiedad de su hermana. Pero todo con mucha calma. “Llevo pintando y dibujando desde muy pequeña, y para mí esto es algo con lo que disfruto. Estresarme haciendo algo que me gusta tantísimo me da pena”, indica.

Quizá fuese esa actitud la que en abril le permitió alzarse con el primer premio en Artes Plásticas y Visuales de los Encuentros de Arte Joven del Gobierno de Navarra. El premio incluía 4.000 euros que tendrían que ser invertidos en un proyecto artístico. Y con esa cantidad, Leire Urbeltz realizará su primera exposición en solitario en la Ciudadela de Pamplona. Será en marzo de 2016. “Es una pena que Pamplona no cuente con una estructura como la de Bilbao Arte, pero exponer en casa siempre tiene un plus. Además, el dinero también me ha permitido hacer un viaje sola que me ha servido para inspirarme y seguir investigando”.

La exposición, que se titulará I’m temporary here (Soy temporero) narrará las historias de las mujeres temporeras en Navarra, ampliándose también a algunos pasajes en Rumanía. Urbeltz pretende, con sus obras, llegar a lo que ella denomina como “expansión de la ilustración”. “En el mundo editorial tienes unos códigos que tienes que respetar para poder vender un producto. Y eso, algunas veces, va en contra de la creatividad. Quiero hacer otro tipo de narraciones”, precisa. Para ello se vale de los juegos de sombras, el uso de estructuras e instalaciones. Una propuesta diferente tanto en lo formal como en lo conceptual. “Hacer una exposición es como desnudarse; partes de un punto de partida vulnerable, te estás exhibiendo. A este 2016 le pido motivación, fuerza y autoestima”.

Pamplonesa de 30 años, Leire Urbeltz es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Deusto y premio Encuentros de Arte Joven del Gobierno de Navarra 2015. Como ilustradora, celebrará en marzo de 2016 su primera exposición en solitario en la Ciudadela de Pamplona.

Lleva desde 2014 siendo la referencia navarra en los 110 metros vallas. Javier Colomo, campeón de España absoluto y subcampeón europeo sub-23, todavía tiene posibilidades de acudir a Brasil. El atleta, de 21 años y natural de Pamplona, tiene por delante ocho meses para preparar la cita de Río de Janeiro 2016.

La directora pamplonesa Andrea Jaurrieta, de 29 años de edad, es licenciada en Comunicación Audiovisual y Arte Dramático. Ha rodado siete cortos y en el año que ahora empieza estrenará su primer largometraje. Ana de día se grabará en un 70% en Navarra.

Después de tres años alternando trabajos que nada tenían que ver con su sector, Aingeru Bozal abrirá este enero un estudio de arquitectura. De 37 años y natural de Pamplona, es arquitecto especializado en prevención y seguridad con más de 12 años de experiencia. ArqT será su proyecto para 2016.

2016 será un año crítico para una investigación que ya va por los 13 años. Maite Agüeros, de 37 años y natural de Valcarlos, es especialista en Tecnología Farmacéutica y CEO de Innoup, una empresa que trabaja en la aplicación de la nanotecnología para hacer más seguros y eficaces los fármacos contra el cáncer.