El ecuatoriano hallado muerto en el Ebro llevaba 13 años en Navarra
Wilson Yanza Heredia tenía 33 años y vivía con su pareja y su hijo recién nacido en Tudela - Regentó un comercio en San Jorge y en febrero se instaló en la capital ribera
tudela - El varón hallado el jueves en el río Ebro a su paso por Castejón, de origen ecuatoriano y no colombiano como afirmaron el viernes fuentes próximas al caso, es Wilson Alejandro Yanza Heredia, de 33 años y residente en Tudela. El joven llevaba afincado en Navarra desde hace 13 años, vivía en pareja y tenía un hijo de apenas un mes de vida.
A través de las huellas dactilares, la Guardia Civil dio con el nombre del joven que, según la autopsia que le fue efectuada el viernes en el Instituto Navarro de Medicina Legal, falleció por asfixia, lo que evidencia que fue víctima de un homicidio o asesinato y después fue lanzado al río. Fuentes cercanas a la investigación, que se centran en el entorno del joven, apuntaron ayer que se han producido avances notables en el caso y es posible que en los próximos días se produzca el esclarecimiento del crimen.
Según indicó ayer la pareja del fallecido, Irene del Fátima Sabino, de 36 años, el joven llevaba desaparecido desde el miércoles y el viernes por la mañana, casi 24 horas después de que fuera localizado el cuerpo, interpuso una denuncia por su desaparición. Ese misma noche la noche agentes de la Guardia Civil le comunicaron que el cadáver localizado en Castejón el día antes correspondía a su pareja, un cuerpo que aún ayer no había podido ver ya que el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Tudela mantiene decretado el secreto de sumario.
sin noticias desde el miércoles La mujer, de origen brasileño, relató que Wilson Alejandro Yanza Heredia abandonó su domicilio el miércoles por la tarde para ir a comprar y ya no volvió a saber de él. De hecho, señaló que el fallecido tenía una cita el jueves por la mañana con su director espiritual en el centro cristiano El Camino, en el barrio de la Milagrosa y que el pastor de esta iglesia le llamó el jueves por la tarde para preguntarle por él ya que no había acudido al encuentro. Afincado desde hace 13 años en Navarra, el joven se instaló con su compañera en Tudela en febrero de este año tras regentar un negocio de productos latinos en el barrio de San Jorge de Pamplona, un comercio que no terminó de despegar, y en la capital ribera tuvo otros trabajos, el último en una panadería. Tenía cuatro hermanos, uno de ellos viviendo en Navarra y padre de tres hijos, y el resto en Ecuador.
Fátima destacó que Wilson atravesaba una buena etapa en su vida y estaba contento con el nacimiento de su nuevo hijo. Todo lo que acontecía en su vida lo comunicaba al padre espiritual con el que se encontraba muy unido. Sus allegados lo definen como “un joven alegre y muy luchador, que trabajó duro cuando no le fue bien la tienda que montó en Pamplona”. “Era un chico sin problemas”.
A través de la comunidad ecuatoriana en Navarra la pareja del fallecido ha recibido el apoyo necesario para llevar a cabo los trámites de repatriación del cadáver y la petición al Consulado General de Ecuador en Barcelona para que se esclarezca cuanto antes el caso. La autopsia, que no detectó la presencia de signos de violencia externos en el cadáver, sí reveló que el fallecimiento de Wilson Alejandro Yanza Heredia se había producido por asfixia, lo que implica la participación de terceras personas en el deceso y lo configura como una muerte violenta u homicida, una circunstancia llevó al juez instructor a decretar el secreto de sumario.
El cuerpo del joven ecuatoriano fue localizado el jueves minutos antes de las 13.00 horas en la orilla del río Ebro, en las proximidades de la estación de aforos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), muy cerca de la central térmica de Elerebro en Castejón. Hasta el lugar se accede por un camino de grava que discurre paralelo al cauce del propio río.
El varón, que se encontraba flotando semisumergido muy cerca de la orilla, no portaba ningún tipo de documentación ni efecto que permitiera en ese momento conocer su identidad. Aunque hasta el lugar se desplazaron bomberos del parque de Tudela y agentes de la Policía Foral de varias unidades, finalmente fue la Guardia Civil la que se hizo cargo de la investigación, bajo la dirección del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Tudela.
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