Una niña a la que no le dejaban ser
Siempre supo que es una niña, pero ante la convicción del resto de que era un niño tuvo que demostrar su identidad. Para que sus compañeros pudiesen comprenderlo, su madre escribió ‘Yo soy Mia’
Nahiane es una niña desde el momento en que nació y, a medida que fue desarrollando su personalidad, lo expresó cada vez con más claridad. Tuvo que gritar bien fuerte para hacerse oír, y es que sus genitales masculinos y el veredicto de los médicos coartaron su personalidad durante los primeros años de su vida.
Sus padres le compraron ropa de niño, juguetes de niño y lo educaron como a un niño porque, aunque parezca cosa del siglo pasado, el rosa sigue siendo para ellas y el azul para ellos. No le gustaban esos juguetes ni esa ropa, prefería los vestidos y muñecas, pero seguía dándose cabezazos contra el muro de “eso no es para ti, es para niñas”.
Sus padres empezaron a advertir que su hijo, al que habían decidido llamar Nahier, no estaba contento con su condición desde que solo tenía dos años. “A esa edad empezó a expresarse y a decirnos lo que era, pero nosotros en ese momento no pensábamos para nada que era una niña con pene”, explica su madre, Nerea García, quien argumenta que tan solo apreciaron ciertos aspectos que no eran habituales en los niños sin pensar que podría ser algo más profundo. No fue hasta dos años más tarde cuando se plantearon que su hijo tenía un verdadero problema al que había que poner solución, pues le estaba minando anímicamente.
Al advertir que sus gustos eran los propios de una niña le dejaron jugar y expresarse como tal en casa, pero eso no le valía, necesitaba mostrarse como una niña ante todo el mundo. “No le gustaba que le pusiésemos ropa de niño y se frustraba, nosotros le frustrábamos porque no le entendíamos”, reconoce lastimando que el cambio no llegase tan rápido como quizá Nahiane lo habría necesitado.
Incapaces de conseguir la felicidad de su hijo, sus padres acudieron a su profesora para comprobar que su comportamiento era el mismo en el colegio y, tras verificarlo, se lanzaron a la búsqueda de información sobre casos similares para saber qué hacer. “Busqué información, pero todo eran historias de adultos -recuerda-. No sabía dónde me podían ayudar, así que fui al pediatra y allí me derivaron al centro sexológico de Emaize. Comprendieron por fin que lo que tenían no era un hijo, sino una hija, y que desde su más tierna infancia todos le habían negado su identidad. Emprendieron así un camino junto a ella para lograr que la sociedad le viese como lo que realmente era.
cuento educativo Con el objetivo de explicar a sus compañeros de clase que Nahier no era un chico como les habían contado sino una niña, su madre escribió un cuento infantil para que lo pudiesen comprender. “Iban a vivir un tránsito y el cuento, al que le añadimos algunas fotos de ella, fue una idea de su profesora para explicárselo de la mejor manera posible”, apuntó sin esconder el miedo que sintieron ante la idea de que esta decisión le conllevase más sufrimiento a su hija ante la falta de aceptación.
Tras una reunión con los padres de los alumnos en la que Nerea explicó al resto su historia y lo que estaba viviendo su hija, se leyó el cuento a los alumnos. El resultado fue un éxito. “Fue bastante emotivo y lo entendieron muy bien, no tuvieron ningún problema y pasaron a llamarle Nahiane con total normalidad”, afirmó su madre.
Ahora este libro está disponible bajo el título Yo soy Mia/Ni Nerea naiz para todo aquel que necesite explicar de una manera sencilla esta realidad que sufren muchos niños y niñas o quiera comprender qué le sucede a su hijo o hija. Está ilustrado por Ángel Remírez de Ganuza y cuenta también con una guía elaborada por Emaize que pretende ayudar a familias y profesorado a tratar con los niños la diversidad sexual en general y la transexualidad infantil en particular.
Nerea lastimó la falta de apoyo que, asegura, han recibido desde las instituciones vascas. “Creyeron que era una historia sexista porque la protagonista necesita un vestido de princesa para ser una niña, pero no es así, esta es la manera que tienen las niñas con pene de expresarse, necesitan el vestido para que se les vea como la niña que son”, asegura.
Nahiane, que ahora tiene nueve años, continuará con su propia historia y, tal y como narra el libro escrito por su madre, este cuento aún no se ha acabado. “Ella es feliz porque está viviendo su infancia con total normalidad, pero se va a seguir encontrando muchas trabas a lo largo de su vida”, subraya su madre.
Navarra apuesta por la igualdad
Atención. La Comunidad Foral aprobó el pasado mes el Decreto Foral de Salud Sexual y Reproductiva, en el que se incluyen servicios específicos para las personas transexuales. Entre ellos están ofrecerles información sobre las opciones clínicas especialmente dirigidas a ellos, el diagnóstico y tratamiento médico y quirúrgico integral relativo a la transexualidad y la atención psicológica y sexológica que puedan precisar. Además subraya que en ningún caso se podrán realizar terapias de aversión o cualquier otro tipo de procedimiento que suponga un intento de anulación de la personalidad de la persona transexual. Además, Navarra cuenta con una ley específica desde el año 2009 por la no discriminación por motivos de identidad de género y el reconocimiento de los derechos de las personas transexuales. Aquí se abordan sus derechos en materia educativa, laboral, sanitaria y social, entre otras.
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