“Descubrir la ‘Helicobacter pylori’ ha cambiado la vida de muchas personas”
Su descubrimiento supuso la mayor revolución de la medicina gástrica de la historia. Ahora, Marshall habla sobre el antes y el después del ‘Helicobacter Pylori’
Pamplona - Tranquilo y sereno, el Premio Nobel Barry Marshall atiende a los medios tras la conferencia por el décimo aniversario de 3P Biopharmaceuticals. Sabe que, después de muchos años de duro trabajo por demostrar algo en lo que él siempre creyó firmemente, ahora la ciudadanía le escucha. Y lo más importante, le cree.
¿Por qué decidió inocularse la bacteria Helicobacter pylori después de tanto tiempo investigando sobre ella?
-Me suelen hacer esa pregunta. Una de las reglas para demostrar que una bacteria no es negativa para los humanos suele ser utilizar un modelo animal, como un ratón. Pero el Helicobacter pylori no se puede utilizar con animales porque es una bacteria que afecta a los humanos. Después de hacer experimentos fallidos en animales decidí que había que infectar a una persona sana. En ese momento, yo era el único que sabía lo suficiente sobre esta bacteria para saber que era un experimento seguro. Es verdad que había un riesgo, pero preparé la bacteria a partir de un paciente que estaba sano y por eso tenía la seguridad de que podría erradicarla. Observé que mi estómago era normal, no tenía infecciones y tampoco úlceras y, entonces, me bebí la bacteria. A los ocho y los diez días posteriores me realicé endoscopias para demostrar que la bacteria había causado una inflamación en el estómago, es decir, gastritis. El sistema inmune luchaba para eliminar la bacteria. Sabía que podía surgir una úlcera, aunque creía que lo haría a los años.
¿Qué ocurrió después, cuando ya comenzaba a tener síntomas?
-Pocos días después comencé a vomitar. Esto demuestra que cuando se contrae la bacteria se suelen tener vómitos, aunque no todos los pacientes lo recuerdan, ya que, algunos de ellos, la contraen con solamente dos años. De hecho, este contagio puede ser a través de la misma madre. Hasta hace pocas décadas no sabíamos que había muchísimas personas infectadas por sus progenitores, lo que les causaría problemas de salud para el resto de su vida. En este momento, si examinamos a la población mayor de 50 años seguramente la mitad de las personas tengan la bacteria. En la gente más joven, la tasa de infección es del 30% o 40%. Puede que este menor número de contagios se deba a que las familias cada vez tienen menos miembros, el agua potable es más segura, hay más limpieza...
Durante los diez años que duró el proceso para descubrir la bacteria, fue tratado como un científico loco. Tras el reconocimiento a través del Nobel de sus investigaciones, ¿se le han abierto más puertas y ha tenido más facilidades en el campo de la investigación?
-La verdad es que no me esperaba o no pensaba que el doctor Robin Warren y yo ganaríamos el Nobel, un reconocimiento tan prestigioso. Nuestro objetivo era diseminar el conocimiento sobre la bacteria para que se pudiera curar a los pacientes, para poder diagnosticar la enfermedad y saber cómo tratar a las personas. Ese ha sido el trabajo de mi vida. Yo no estaba esperando ganar el Nobel, y fue una verdadera sorpresa muy agradable cuando en 2005 nos concedieron el premio. En aquel año, en Australia las úlceras ya no eran particularmente problemáticas, pero recibimos el Nobel porque las úlceras y el cáncer gástrico era muy prevalente en otros países del mundo. La concesión del Nobel por el descubrimiento del Helicobacter pylori fue un paso más en diseminar ese conocimiento y de salvar seguramente a millones de personas no solo del sufrimiento de las úlceras, sino también del cáncer gástrico y de la muerte. Al final, era una bacteria que hace unos años afectaba a cerca de un millón de personas al año en todo el mundo.
Sin duda, obtener el Nobel es algo increíble, pero su principal logro ha sido conseguir la mayor revolución de la medicina gástrica de la historia.
-La gente me suele decir que ganar el Nobel es un acontecimiento tremendo, y es verdad. Pero lo más emocionante para un científico y para un médico es descubrir algo que cure y que ayude a la gente. Cuando empezamos a ver a las personas con úlceras solamente se las podía operar, y su calidad de vida era muy pobre. Por eso cada vez que curábamos a un paciente sentíamos que ya habíamos ganado. No necesitábamos ningún reconocimiento como el Premio Nobel. Estábamos encantados con poder curar a cada paciente. Cuando doy una charla me suelen preguntar si hay personas que vienen y me dan las gracias. Y lo cierto es que sí, siempre viene alguien que me dice que sufría de úlceras o que conoce a alguien que pasó por un cáncer gástrico. Y, claro, el descubrimiento del Helicobacter pylori evitado muchos de estos casos. Ha cambiado la vida de muchas personas. Antes, estos pacientes, desde la infancia o la adolescencia, sufrían durante toda su vida los efectos de esta bacteria. Este descubrimiento ha supuesto un cambio tremendo, ya que ha permitido que haya una cura y que, por tanto, tengan una vida normal.
El Helicobacter pylori, ¿se ha hecho más resistente a lo largo de los años debido a los agentes externos que se utilizan para eliminarla? ¿Cuál es la tasa de curación actual?
-Cuando descubrimos el tratamiento la tasa de cura era del 70%, aproximadamente. Después, como es lógico, mejoramos y en la década de los 80 aprendimos que si se dan antiácidos con los inhibidores de la bomba de protones, como el omeprazol, que fue el primero, se conseguía que un antibiótico normal como la amoxicilina fuera muchísimo más efectivo a la hora de curar el Helicobacter pylori. Otro antibiótico que se utilizó fue la claritromicina, que también era muy activa para el estómago. Con estas mejorías conseguimos llegar a una tasa de curación del 90%. No obstante, en estos últimos años, el Helicobacter pylori se ha hecho, hasta cierto punto, resistente a la claritromicina. Por eso, la tasa de cura en la actualidad es algo inferior, del 70% o 80%, que es algo que preocupa a la comunidad científica.
Entonces, ¿qué se debe hacer para recuperar esa tasa de curación del 90%?
-Ahora estamos estudiando bloquear mejor los ácidos con nuevos inhibidores de la bomba de protones, lo que va a ayudar a que otros cinco antibióticos que podemos utilizar se puedan ir probando en casos resistentes. Y una de las soluciones que han ayudado mucho es el citrato, un componente que ha estado en las farmacias desde antes de los antibióticos. El citrato es tóxico para las bacterias y combinándolo con los antibióticos podemos llegar a una tasa de curación de más del 80%. Cuando se trata a un paciente, se espera que la tasa de resolución sea del 80% o 90%. No obstante, más o menos un 2% de pacientes son más resistentes, pero siempre les digo que no se preocupen, que vuelvan el año que viene porque seguramente tengamos tratamiento para ellos. Si fracasamos en el tratamiento con estos pacientes un par de veces les digo que vayan a un microbiólogo o un gastroenterólogo que sea especialista en el Helicobacter pylori. Ahí, seguro que se curarán. Por ello, yo les digo: “No os preocupéis”. - A.R.O.
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