El trabajo continuo por mantener la salud de la sociedad navarra fue reconocido ayer en un acto organizado por el Colegio de Médicos de Navarra. En él, la entidad homenajeó a los 64 profesionales jubilados durante el presente 2017, así como a los 30 médicos que en este año cumplieron los 70 años o causaron baja por invalidez, a los que se les concedió el diploma de colegiados honoríficos.

Fue común el pensamiento de que a lo largo de su carrera han observado un detrimento se la consideración social que tiene la figura del médico. Miguel Ángel Martínez Bermejo, que durante toda su carrera trabajó como cirujano pediátrico en la sanidad pública, se unió a esta consideración apuntando que también se ha deteriorado el trato entre los propios compañeros de profesión.

La pérdida de respeto hacia los médicos es un aspecto es especialmente visible en los centros de salud, donde el contacto del día a día con el paciente es aún mayor. Mª Dolores García De La Noceda Montoya, que trabajaba en Atención Primaria en el centro de salud de la Chantrea en Pamplona, advirtió que se han perdido formalismos como el “usted”, algo que, comentó, hace que haya más cercanía. “Hay médicos a los que les incomoda y otros a los que no,”, añadió.

García apreció también que en los últimos años se ha producido un importante incremento de los pacientes de origen extranjeros que atienden, un factor que, aunque reconoció que complica su tarea, no consideró negativo. “Supone una carga al inicio, hasta que se hacen con el manejo de los procedimientos, pero esta variedad también enriquece”, consideró.

La cercanía con los pacientes alcanza su culmen en el caso de los médicos rurales. Así lo asegura Juan Antonio Salcedo Ruiz, que trabajó 39 años como médico en Los Arcos. Sales del trabajo y te encuentras a los pacientes por la calle o tomando un vino, la consulta muchas veces la tienes en la calle o en la barra del bar”, ilustró el doctor. Tal es la cercanía con sus pacientes que el pueblo le condecoró con una placa en honor a su labor. A lo largo de estos años, una de las mejoras más importantes que observó es la disposición de turnos. “Antes tenías que estar disponible 24 horas diarias durante los 365 días del año, pero cuando se implantaron los centros de salud y se pusieron las guardias puedes despreocuparte cuando no es tu turno”, explicó.

A lo largo de sus años de trabajo, Miguel Ángel Martínez comentó que es difícil dejar el trabajo a un lado cuando termina la jornada. ”Hay que esforzarse para dejar las preocupaciones en el vestuario del hospital y no llevárselo a casa, hay casos que se llevan como una mochila durante mucho tiempo”, reconoció

Hay quienes no abandonarán del todo su profesión y dedicarán parte de su tiempo al voluntariado. Este es el caso de profesionales como Walid Zayat Habach, que ya antes de jubilarse trabajaba como voluntario en Cruz Roja Navarra. Este cardiólogo estudió, comenzó y finalizó su carrera en España, aunque durante varios años ejerció en Siria, su país natal. Esto le ofrece una visión más global de la calidad de la sanidad Navarra, donde existe una brecha muy pequeña entre la calidad de lo público y lo privado.

Otros actos Durante la jornada de ayer hubo lugar también para el recuerdo de quienes ya no están con una misa en la Capilla del Seminario Diocesano en la que actuó el coro del Colegio de Médicos. Los actos continúan hoy con la presentación del último libro de Javier Álvarez Caperochipi: Jimeno Egúrvide: médico prestigioso de la vieja Pamplona.

Colegiados honoríficos. Khalil Abu-Shams, José Félix Bonaut Mendía, Francisco Joaquín del Amo del Villar, Santiago Díez Miguélez, Francisco Javier Domínguez del Valle, José Miguel Estéban García, José Francisco Favier Ezcurdia Fagoaga, José Alfonso Gil López, Francisco Javier Gost Garde, Javier Heras Izaguirre, Mª Luisa Hoyos Guerrero, Raquel Ibáñez Navarro, Mª Isabel Idoate Santesteban, Fernando Jaurrieta Ansa, Mª Carmen Laparte Escorza, Mª Socorro Larrañaga Donezar, Idoya Larrañaga Pérez, Mª Aranzazu Lasa Alfaro, Imelda Lecumberri Úriz, Francisco Javier López-Remiro Platero, José Mª Martínez-Peñuela Virseda, Francisco Javier Pardo Mindan, Mª Carmen Peña Cortel, Enrique Javier Porres Azcona, José Miguel Redín Larraz, Blanca Salvador Ballaz, Regino Sola Rubio, Pedro Uhalte Sevilla, Ignacio Manuel Urizar Calvo y Félix Zubiri Sáenz.

Jubilados en el 2017. Mª Villar Agudo Beira, Mª Mercedes Alcocer Gracía, Mª Pilar Altarriba Freire, Juan Luis Aranguren Álvarez, Mª Fe Ardanaz Aicua, José Antonio Arrieta Ormazabal, Mª Concepción Arroyo Azpa, Mª Dolores Artajo Sánchez, Manuel Pedro Ayechu Redín, Luis Miguel Barberena Ayesa, Francisco Javier Barrios Sagardoy, Mª Dolores Bulnes Plano, Fernando Antonio Calavia Calavia, Francisco Javier Cano Tamayo, Francisco De Paula Carrascosa Moreno, José Javier Catalán Andueza, Mª Luisa Chocarro San Martín, Patrocinio Chueca Rodríguez, Mª Concepción De Miguel Medina, Francisco Joaquín Del Amo Del Villar, Luis Miguel Doiz Ruiz, Mª Rosario Echavarri Videgáin, Alfonso Vicente Fernández Álvarez, Mª Ángeles Fernández Azcona, José Ignacio Forcada Huguet, Fernando Ganchegui Guisasola, Mª Dolores García De La Noceda Montoya, Domingo González De Echávarri Díaz, Carlos Gurpide Ayarra, Mª Milagros Hernández González, Antonio Hualde Alfaro, Sergio Victor Leandro Liberato, Mª Carmen Litago Gil, Marina López Aldaz, Enrique Martín De Marcos, Miguel Ángel Martínez Bermejo, Mª Pilar Martínez Jiménez, Mª Aranzazu Martínez Urionabarrenechea, Francisco Monreal Enamorado, Juan Antonio Montesinos Vales, Alberto Murillo Espinal, Miguel Ángel Notivoli Jiménez, Mª Milagros Oreja Arrayago, Francisco Javier Orozko Gorritxo, Ana Mª Osácar Olaiz, Miguel Ángel Pastor Arriazu, Raimon Pelach Paniker, Mª Sofía Pérez Ibiricu, Gemma Poignon Zugasti, Mariano Ponz González, Eduardo Portillo Bringas, Emilio Francisco Rebollo Álvarez, Cayo Reinares Díez, Juan Antonio Salcedo Ruiz, Narciso Santana Martínez, Fernando Urzainqui Martínez, José María Vázquez Torres, Ignacio Ventura Pérez, Mª Dolores Villar Casado, César Viteri Torres y Walid Zayat Habach.