- ¿Cómo afronta estas fechas que suponen para usted revivir aquella tragedia?

-Normalmente en estas fechas siempre tengo un pequeño recuerdo y no son fechas muy agradables. Al ser un aniversario redondo, desde la prensa me estáis llamando bastante y está siendo un poco más duro.

Biescas marcó su vida. ¿Se la condiciona hoy de algún modo?

-Tenía 16 años, es decir, estaba iniciando mi vida. La pude rehacer partiendo de cero. Tengo mujer, tres hijos y trabajo. Pero hay dos aspectos en los que sí me condiciona. Por un lado, cada vez que catástrofes parecidas, me siento compungido. Y otra que me gusta comentar, es que por mi profesión como arquitecto estoy especialmente sensibilizado con la seguridad. Podrás hacer un edificio feo, pero la seguridad está por delante.

Para muchas personas es un ejemplo de superación.

-Yo no tengo ninguna receta, ni ningún truco. Sé charlar del tema, pero no me veo con autoridad para aconsejar a nadie, porque no les tiene que valer mi experiencia. En la vida tristemente todos tenemos desgracias. La mía fue muy notable y ha tenido mucho respaldo público. Pero hay miles de desgracias cotidianas y diarias. Ahora estamos en un periodo en el que la atención psicológica debe reforzarse. Cualquier muerte de un familiar se puede tornar en un drama. Para la persona que lo vive es su drama y su problema.

¿Cuál fue su receta?

-Tuve un gran apoyo en mi entorno familiar y mis amistades. Yo me fui a vivir con mi tía, que tenía 5 hijos y pasaron a ser mis hermanos. Tener una gran familia ayuda mucho, al igual que tener una buena cuadrilla. También tener un objetivo en la vida, que para mí en su momento era estudiar una carrera y luchar contra el Estado en el juicio. Eso te da ciertas alas. Siempre que tengas un objetivo en la vida, sacas fuerzas de flaqueza.

La injusticia judicial a la que tuvo que enfrentarse, ¿le ayudó en ese sentido?

-Cuando ves una injusticia y tiene víctimas que resarcir y darles justicia, lo sientes como un deber moral. Y cuando tienes una sentencia o un auto en contra, te llenas de rabia y de ira. Yo quería llegar al final, aunque fuera para perder.

Hubo una sentencia favorable, pero no hubo culpables.

-Siempre digo que aunque se condenó al Gobierno y a la CHE, los artífices nunca fueron culpados ni juzgados. La naturaleza tiene sus leyes y no te las puedes saltar por un afán lucrativo. Quiero creer que una tragedia como la de Biescas será más difícil que se repita.