Los mecanismos de protección social de Navarra han conseguido que los índices de pobreza hayan aguantado durante la pandemia y han minimizado el impacto de la crisis sanitaria en las familias más vulnerables. Así lo ha indicado este martes por la mañana la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, que ha apuntado que el sistema de protección social y mecanismos como los ERTE "han evitado un verdadero drama social a muchas familias".

Precisamente, la consejera ha detallado el impacto que tuvo los ERTE en la población navarra: "En febrero de 2020 había en la Comunidad Foral 30.000 personas paradas, de las que la mitad recibían prestación por desempleo contributiva o no contributiva. Tras el confinamiento el número de personas en paro se elevó a 60.000, de los que 50.000 recibían alguna prestación".

Esta línea de ayudas se complementó con otras como la Renta Garantizada (RG), a nivel navarro, y el Impuesto Mínimo Vital (IMV), a nivel estatal. En el caso de la RG, como consecuencia de la pandemia el número de personas perceptoras aumentó en 2.000 familias, cifra que "al acabar 2021 se ha conseguido reducir a la mitad".

Todo este sistema de protección social, ha proseguido Maeztu, ha contribuido a que los indicadores de pobreza aguanten. Según el índice de GINI, las tasas de riesgo de pobreza y de riesgo de pobreza severa se han mantenido más o menos estables, lo que evidencia que "el sistema de protección socail ha respondido y ha evitado un agravamiento de la exclusión social tras la covid-19".