CPAEN/NNPEK lleva seis años trabajando en el canal de la restauración colectiva sostenible, una idea encaminada a ofrecer a las colectividades una alimentación saludable con alimentos ecológicos, locales y abastecidos por el sector primario que sirva además para estructurar la oferta del sector ecológico a través del centro logístico Ekoalde. Lo que entonces era un canal pionero es hoy una realidad que llega a los 12.000 menús diarios, una cifra nada desdeñable que supone, además de una oportunidad de negocio, la garantía de unas ventas estables y nuevas oportunidades para el sector.

La firma del nuevo convenio de 60.000 € con el Departamento de Desarrollo Rural y Medioambiente significa que se va a seguir apostando por el impulso de la introducción de alimentos ecológicos locales en este tipo de restauración, con nuevos proyectos que se están implementando y que amplían su actuación al sector sociosanitario.

El trabajo desarrollado hasta ahora se ha convertido en un referente nacional por el impacto que tiene tanto en la cuenta de resultados de las personas productoras como por el hecho de estructurarse a través de una herramienta fundamental: Ekoalde, el centro logístico de la producción agraria ecológica, que permite a las colectividades abastecerse en un solo lugar a precios justos tanto para la producción como para las personas consumidoras.

Y es que cada vez más agentes apuestan por comenzar esta transición, trabajando para que la compra pública alimentaria de Navarra se decida con criterios saludables y sostenibles y la demanda de estos alimentos impulse a su vez la estructuración y profesionalización del sector primario ecológico.

Un cambio profundo y una apuesta por la relocalización

Es necesario iniciar una transición hacia la relocalización de la alimentación, para que la agricultura ecológica pueda alimentar a la sociedad navarra con principios de justicia social, desarrollo rural y sostenibilidad. En este sentido, la agricultura y la ganadería ecológica son una pieza clave en el avance hacia la sostenibilidad ambiental, fomentando la relocalización alimentaria. Para ello es fundamental que los alimentos sean ecológicos, locales, frescos y de temporada. Las personas productoras dentro de estos sistemas alimentarios deben adquirir protagonismo para que los beneficios de dicho sistema repercutan en el territorio a través de la fijación de población, de la facilitación del relevo generacional, del impulso a la economía local y la mejora ambiental.

Un impulso que está avalado por la propia Unión Europea, que con la estrategia "De la Granja a la Mesa", enmarcada dentro del Pacto Verde Europeo, quiere hacer evolucionar al sistema alimentario actual de la Unión Europea hacia un modelo sostenible; estableciendo como objetivo que el 25% de las tierras agrarias europeas sea ecológicas en 2030 e identificando medidas para impulsar la demanda de productos ecológicos a través de esquemas de promoción y compras públicas verdes. Y es que la compra pública alimentaria se demuestra como una fuerza tractora para relocalizar tanto la producción como el consumo impulsando sistemas alimentarios sostenibles, un trabajo que en Navarra se lleva impulsando desde 2016.

CPAEN/NNPEK acompaña, ayuda y facilita el cambio

En este contexto, el área de proyectos del Consejo de la Producción Agraria Ecológica de Navarra (CPAEN/NNPEK) lleva 6 años trabajando, los últimos tres con el Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente en la introducción de alimentos ecológicos y locales en la restauración colectiva. CPAEN/NNPEK lleva a cabo acompañamientos a diferentes entidades, tales como ayuntamientos, centros escolares, centros socio-sanitarios, etc. Al mismo tiempo ha trabajado con el sector primario ecológico en la estructuración colectiva para dar respuesta a este tipo de demanda.

Dentro del sector primario ecológico, CPAEN/NNPEK ha impulsado la creación de herramientas para la logística, la distribución y la comercialización, donde destaca el proyecto del centro de acopio, que dio lugar a la Asociación Ekoalde.

Otra herramienta que se ha construido recientemente desde el sector productor ecológico es Hazialdeko, una asociación de personas productoras de cultivos extensivos que está recuperando y estructurando entre otros el sector de la legumbre ecológica para consumo humano, animando a su producción en el territorio.

Herramientas como Ekoalde y Hazialdeko aseguran el abastecimiento de alimentos ecológicos y locales en canales como la restauración colectiva, facilitando el trabajo a las administraciones locales que quieran iniciar su andadura es este camino.

Un cambio de largo alcance

En el sector primario ecológico los resultados no se han hecho esperar. En estos años se ha conseguido la profesionalización tanto de las personas productoras participantes en el canal como de EKOALDE, así como la conformación de una oferta agrupada, ambas claves para dar respuesta a las exigencias propias de la restauración colectiva.

La toma de conciencia y de acción por parte de todas las administraciones implicadas es el revulsivo que el conjunto de la sociedad necesita para avanzar en la relocalización de la alimentación. Pero el camino a recorrer es largo y el tiempo para hacerlo corto, por lo que las apuestas desde la administración deben ser audaces para estar a la altura de los retos que como sociedad local en un mundo globalizado se plantean.

La falta de relevo generacional en la actividad agraria es uno de los principales retos a superar para promover un sistema alimentario sostenible y relocalizado. Tanto a nivel estatal como navarro, el sector agrario está cada vez más envejecido. En Navarra, según el último censo agrario, las explotaciones han descendido un 62% en los últimos 30 años.

A esto se suma que el contexto actual (pandemia covid-19, conflicto Rusia-Ucrania, etc.) está agudizando la crisis sistémica de nuestro modelo global de consumo y muestra los límites de dicho sistema, con efectos como el desabastecimiento de materias primas, el aumento del precio de la energía, etc. La crisis climática se impone como un obstáculo imposible de obviar en esta situación.

Es el momento de reinventarse y avanzar hacia nuevos horizontes. La crisis se revela como una oportunidad para repensar nuestro modelo productivo y de consumo. La búsqueda de la sostenibilidad social, económica y ambiental de nuestros sistemas alimentarios es un objetivo inaplazable en las agendas públicas.