La pandemia de covid-19 ha hecho que no queramos saber nada relacionado con los virus. Pero en el mundo de la medicina, estas infecciones pueden convertirse en aliadas para luchar contra un enemigo más grande y peligroso como es el cáncer. En este caso, la Clínica Universitaria de Navarra (CUN) y el Cima han llevado a cabo un ensayo por el que se inocula un adenovirus a niños con glioma intrínseco difuso de tronco –el tumor cerebral más letal en niños y que es incurable– que mata a las células tumorales.

“Se trata de un tumor que no se puede operar, porque está incrustado en el cerebro, se mezcla con el tejido sano”, señala Jaime Gállego, coordinador del Área de Tumores Cerebrales de la CUN, que explica el procedimiento que han seguido en el ensayo para inocular el virus: “Lo que se hace es una biopsia con un catéter. Se toma una pequeña muestra para saber que es un tumor y después se introduce un poco más ese mismo catéter y se inocula el virus.

Se trata de un adenovirus 5, un tipo de virus que causa mayoritariamente cuadros catarrales y que lo ha pasado la mayoría de la población. “El virus ha sido modificado genéticamente para que solo pueda infectar, replicarse y matar células tumorales. No puede replicarse en las células sanas, por lo que es imposible que el paciente se contagie”, detalla Marc García, investigador posdoctoral del Cima. De momento, en esta primera fase del ensayo se ha conseguido que el virus ataque a las células tumorales y, aunque no vence al tumor, sí que ha aumentado la supervivencia de los pacientes, lo que abre una puerta a la esperanza.

Pero además de ser un aliado para luchar contra el tumor, el virus también sirve como despertador del propio sistema inmune, ya que la infección provocada por el virus hace que el sistema actúe porque se trata de un tipo de tumor que suele ser invisible para el organismo.

Modelos animales

Para llegar hasta el ensayo clínico, los investigadores de la CUN y elCIMA han estado años probando el virus en animales. Primero, desarrollaban modelos animales de ese tipo de tumor (conseguir introducir este tumor en animales, en concreto, ratones) y después probando que un virus podría ser eficaz. “La experimentación nos permitió desarrollar modelos animales de este tipo de tumor, demostrando posteriormente que este virus es eficaz contra este tipo de tumor y que el efecto con la radioterapia puede ser sinérgico. Esta investigación traslacional nos ha llevado a aplicar este tratamiento en niños con esta enfermedad”, expone García.