Las enfermedades transmitidas por garrapatas presentan una tendencia ascendente en la Comunidad Foral, según el último Boletín de Salud Pública de Navarra, que recoge que en el año 2021 se diagnosticaron 20 casos de fiebre exantemática mediterránea y 32 de enfermedad de Lyme, cuando en 2015 las infecciones confirmadas fueron 2 y 3, respectivamente. El aumento, señala, puede deberse en parte a la mejora en el diagnóstico y en la notificación de las dos patologías que se vigilan actualmente.

Como explica Jesús Castilla, epidemiólogo de la sección de Enfermedades Transmisibles y Vacunaciones del Instituto de Salud Pública y Laboral, “ambas son endémicas en Navarra”, si bien “rara vez requieren ingreso”. De hecho, dice que detectadas “de forma precoz” tienen “tratamiento antibiótico que acelera la curación y evita las complicaciones”. No obstante, tras advertir que sus síntomas “pueden confundirse con otras enfermedades”, consideró “útil” para su diagnóstico “conocer el antecedente de la picadura de garrapata”.

"Los métodos diagnósticos van mejorando; son enfermedades que no son fáciles de filiar"

Jesús Castilla - Médico especializado en Medicina Preventiva del ISPLN

En este sentido, el especialista apunta que “los métodos diagnósticos van mejorando. Son enfermedades que no son fáciles de filiar, porque a veces dan cuadros de dolores articulares, de erupciones en la piel, en algunas ocasiones no hay el recuerdo de la mordedura o no han sido conscientes... Entonces, el diagnóstico hay que hacerlo a veces un poco a ciegas, descartando otras cosas”. Un diagnóstico que, después, se confirma con la “detección de anticuerpos en sangre”. 

Con los 20 casos de fiebre exantemática mediterránea confirmados el año pasado, el doble que los registrados en 2020, se recuperan los niveles de incidencia previos a la pandemia. En cuanto a los síntomas de esta patología, cuya tasa se sitúa en 3,04 casos por 100.000 habitantes, señala que “en la zona de la picadura se puede producir una lesión ulcerosa con centro negro y aureola enrojecida. Produce fiebre, cuadro gripal, exantema en la piel e inflamación de los ganglios”. Estos procesos, prosigue Castilla, en general “son leves y pueden remitir espontáneamente, aunque también puede haber formas graves”. 

"Nos estamos aproximando a la situación real"

La incidencia de la enfermedad de Lyme ha aumentado considerablemente en los últimos cinco años, alcanzando los 32 diagnósticos (4,87 casos por 100.000 habitantes). El doctor Castilla expone, al respecto, que “los métodos diagnósticos se han ido mejorando e implantando en estos años y probablemente en el último ejercicio nos hemos aproximado más a la situación real que otros años”.

Informe salud pública

Enfermedad de Lyme 

  • Año 2016 3
  • Año 2017 6
  • Año 2018 8
  • Año 2019 5
  • Año 2020 4
  • Año 2021 32


Fiebre exantemática mediterránea

  • Año 2016 2
  • Año 2017 18
  • Año 2018 25
  • Año 2019 17
  • Año 2020 10
  • Año 2021 20

En cuanto a los síntomas más frecuentes, explica que “días o pocas semanas después de la picadura se produce una lesión cutánea rojiza que crece durante varios días y puede sentirse caliente al tacto. Por lo general, no es dolorosa, ni pica y, posteriormente, va desapareciendo. También suele haber fiebre, síntomas gripales (escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares) y los ganglios linfáticos se inflaman”. Se trata de procesos “generalmente leves y pueden remitir espontáneamente, pero si la infección no se trata puede extenderse a las articulaciones, al corazón y al sistema nervioso”.

Por ello, de cara al verano, desde Salud inciden en una serie de medidas para prevenir las mordeduras de estos artrópodos, como evitar las zonas de hierba alta y maleza densa, caminando por el centro de los senderos; no llevar zonas del cuerpo descubiertas; usar repelente adecuado; revisar la piel tras realizar actividades al aire libre para detectar y eliminar precozmente la garrapata si la hubiera; y tratar a los perros y mascotas para evitar que las tengan. En el caso de que se haya producido la picadura, “lo más habitual es que no cause problemas”, pero recomienda “consultar al médico y referir dicho antecedente si en los días siguientes aparece la fiebre, síntomas gripales o erupciones en la piel”.

Cómo evitar picaduras

  • Tapados. Utilice manga larga y pantalón largo. Evite las sandalias y procure usar botas cerradas con calcetines de modo que cubran la parte inferior de los pantalones. 
  • Use ropa de color clara. De esta forma, será más fácil comprobar si hay alguna garrapata.
  • Vegetación. Camine por la zona central del sendero y evite el contacto con la vegetación circundante, así como sentarse en el suelo.
  • Use repelentes autorizados y siga las indicaciones de uso.
  • Mascotas. Si sale con su animal de compañía, conviene aplicarle un antiparasitario externo autorizado. 

Revisión de la piel 

  • También de los niños y mascotas. Al finalizar la jornada, examine cuidadosamente todo el cuerpo para detectar si ha sufrido alguna picadura. Lave siempre la ropa con agua caliente. No olvide revisar a los niños y a las mascotas.
  • Qué lugares prefieren. Revise sobre todo axilas, ingles, cabello, detrás de las rodillas, por dentro y fuera de las orejas, en el ombligo y alrededor de la cintura. Las garrapatas prefieren los lugares calientes y húmedos del cuerpo.

Cómo extraerla

  • Quitarla lo antes posible. La mayoría de las patologías transmitidas por garrapatas requieren que el parásito se adhiera e ingiera sangre durante algunas horas antes de que la persona se infecte. Por eso es importante quitarla lo antes posible, preferiblemente por sanitarios. Evite remedios tradicionales como aceite, petróleo o calor.
  • Cómo hacerlo. Use pinzas de borde romo y punta fina. Sujétela firmemente lo más cerca posible de la piel y traccione de ella suavemente hacia arriba. Procure evitar su aplastamiento. Si no tiene unas pinzas, puede desprenderla con los dedos utilizando guantes finos. Después, limpie la herida con agua y jabón o aplique un antiséptico.