Un café 15 minutos; una cerveza 25; un cubata 35 y el pintxo estrella, un txaskito de solomillo para chuparse los dedos 40. Esos son los tiempos establecidos por el bar Pepi&To de Bilbao a sus clientes para consumir en la terraza de su local. El establecimiento hostelero está ubicado en la céntrica calle Berastegi y en la pandemia con motivo de las restricciones decidieron fijar unos tiempos para garantizar que los clintes pudiesen consumir sentados en la calle. "Solo teníamos un par de mesas fuera y dentro apenas tenemos sitio. Fue en el confinamiento cuando fijamos esa norma y la hemos ampliado", apunta Luna Berria, gerente del establecimiento hostelero.

Ahora un cliente que se va a tomar un café en la terraza de este local tiene 15 minutos para hacerlo. Según explica Berria en general la gente se lo toma "bastante bien", aunque sí hay quien se "ha medio enfadado por imponerles esa norma". Sin embargo, según asegura la gerente, los clientes siempre terminan regresando porque "tenemos las mejores cañas y el mejor pintxo de solomillo de Bilbao", lanza.

El tiempo de consumición en terraza crece si en vez de un café el cliente pide una cerveza. "La cerveza son 25 minutos y si de decantan por un cubata el tiempo aumenta a 35", explica.

Luna cree que es la medida perfecta para garantizar que la gente no se quede toda la mañana tomando un café, mientras que otros clientes no tienen un hueco para sentarse. "Nos ha pasado alguna vez que ha venido un cliente a leer un libro mientras se toma un café", dice. Eso sí, según explican los empleados del bar los camareros y camareras utilizan tácticas delicadas para no molestar a los clientes. "¿Tiene previsto consumir algo más? Es que hay gente esperando de pie", les plantean los camareros a los clientes. "Generalmente lo pillan rápido. A algunos no les hace mucha gracia, pero otros se levantan sin rechistar", concluye la gerente del bar.