A Jaime Ramos le ha afectado más el incendio una vez apagado que cuando las llamas rozaban la fachada de su restaurante, el asador Zubi XXI. Suena paradójico, pero es así. El fuego llegó hasta el local calcinó por completo un camión y un coche aparcados en el exterior. Pero las llamas no se colaron en el restaurante, aunque del calor del incendio reventaron varios cristales de las ventanas, se deshicieron las persianas y se calcinaron las canaletas. “Daños menores”, reconoce Jaime, que señala que el incendio, pese a no afectar al local, ha perjudicado su negocio: “Después del incendio muchos clientes nos han cancelado comidas y cenas. La verdad es que llevamos un mes malo”.

El dueño del asador Zubi señala que los vecinos del pueblo siguen yendo, pero que donde ha notado que ha bajado la clientela es entre la gente de fuera y los peregrinos. “El albergue de Puente la Reina también ha bajado mucho. Al final los del pueblo que vienen siempre, siguen viniendo, las cancelaciones son de la gente de fuera”, comenta Jaime, que espera que las fiestas de la localidad, que empiezan ahora, supongan un punto de inflexión.

El asador, que se encuentra a las afueras de Puente la Reina, no ardió gracias a la intervención de un agricultor de la zona, que desbrozó la pieza contigua al restaurante. “Si no llega a pasar el tractor, el fuego habría cogido más fuerza y seguramente habría entrado en el asador. Hemos tenido suerte”, relata.

Quien no tuvo tan buena fortuna fue el camionero que aparcó su vehículo en el parking del restaurante. “Es un chaval de Albacete que traía vino. El remolque era nuevo, era el primer viaje que hacía. Lo dejó ahí porque tenía una boda y cuando volvió estaba completamente quemado”, señala Jaime, que se alegra de que en la cisterna llevase vino y no algún producto inflamable, “sino no sé que habría sido de nosotros”.