“Llevo año y medio con mucho dolor de cabeza todos los días, además de un cansancio extremo y otros síntomas como dolor articular y muscular, erupciones en la piel o taquicardias y siempre tengo malestar general. Anímicamente me está afectando, porque no puedo llevar una vida normal: ir al colegio, quedar con mis amigas... Tras año y medio con covid persistente me han diagnosticado lupus y aunque ha sido un palo, ahora por lo menos ya sé lo que tengo y tengo esperanza porque hay tratamientos para combatirlo”.

En septiembre de 2021, DIARIO DE NOTICIAS publicó un reportaje sobre el caso de Inés Battauz, que con tan solo 13 años sufría un fuerte covid persistente que le provocaba una multitud de síntomas que le impedían llevar una vida normal y que le ha acabado generando un lupus.

A Inés Battauz le diagnosticaron el pasado 17 de junio lupus, una enfermedad autoinmune crónica, es decir, para toda la vida. Vive en Pamplona y tiene 14 años, aunque desde septiembre de 2021 no lleva la vida propia de una adolescente de su edad. No ha ido al colegio en todo el curso y ve a sus amigas a cuentagotas. Su madre, María Zucco, reconoce que se pasa el día leyendo e informándose sobre una patología que hasta ahora tan solo le sonaba de haberla escuchado en la serie House. “Es duro verla así y desespera el no poder ayudarla, pero al menos ahora sabemos lo que tiene y hay tratamientos que pueden mejorar su calidad de vida”, detalla María, que al igual que Inés, tiene la esperanza de que la situación que atraviesa la menor va a mejorar tras el diagnóstico, “aunque es un palo grande saber que sufre una enfermedad crónica”.

Contagio en marzo de 2021

La historia de Inés ha sido un calvario este último año y medio, más si cabe tratándose de una adolescente de 14 años. En este tiempo, casi ha estado más en el hospital que en su casa, prueba tras prueba. Todo comenzó en marzo de 2021, cuando se contagió de covid-19. Tras superar la enfermedad con síntomas leves, hubo un momento en el que los síntomas no es que no desaparecieran, sino que se incrementaron y aparecieron otros nuevos. Desde entonces, sufre más de una docena de síntomas prácticamente a diario, entre las que destacan el fuerte dolor de cabeza, el agotamiento extremo, las taquicardias, el dolor muscular y articular, las erupciones en la piel, las nauseas y las nieblas mentales (pérdida de memoria).

Le diagnosticaron covid persistente y comenzaron a hacerle todo tipo de pruebas. “Su especialista, Patricia Fanlo, a la que estamos muy agradecidas, ya le detectó desde el principio una desregulación autoinmune, pero podía ser debido a muchas cosas, aunque muchos síntomas del covid persistente son parecidos al lupus. Le hicieron muchas pruebas, entre ellas una biopsia de las erupciones de la piel y ahí ya vieron que era lupus”, recuerda María.

A la menor, el covid persistente le ha acabado provocando lupus, probablemente porque ya tendría alguna predisposición, tal y como explica su especialista la doctora Patricia Fanlo: “Inés ha sufrido un lupus inducido por el coronavirus, que es un virus que altera el sistema inmune y si hay una cierta predisposición pues puede provocar patologías autoinmunes como el lupus”.

El diagnóstico fue en junio, pero ya desde marzo el reumatólogo ya le había puesto un tratamiento de lupus, ante las sospechas de que pudiese tratarse de esta enfermedad. “Sigo teniendo dolor y me encuentro siempre muy cansada, pero la verdad es que el tratamiento me ha rebajado un poco el dolor y me noto con más energía”, señala Inés. Ahora ha empezado un tratamiento de metrotrexato específico para pacientes con lupus y viendo la mejoría que ha experimentado en los últimos meses, tanto Inés como su madre tratan de mirar al futuro con cierto optimismo: “Yo veo a Inés algo mejor. Además estamos contentos porque le han diagnosticado pronto. Con este nuevo tratamiento tenemos la esperanza de recuperar poco a poco la normalidad”.

Un curso ‘on line’

Inés ha cursado este año 3º de la ESO en el colegio Carmelitas de manera presencial y aunque le ha costado un gran esfuerzo ha conseguido pasar a 4º. “Estamos súper agradecidas al colegio porque se han portado de maravilla. Le han facilitado a Inés todo y le han adaptado las asignaturas a sus circunstancias para que pueda pasar de curso. Ha sido duro porque al principio no sumaba 2+2, pero lo ha conseguido”, relata María.

Si todo va bien, lo ideal sería que en septiembre la menor retomara las clases de manera presencial, algo por lo que se muere de ganas, al igual que por estar con sus amigas: “A veces quedo con ellas algún rato pero quiero ir recuperando la normalidad, aunque sé que voy a tener que tomar una serie de precauciones de por vida”.