Han pasado más de 80 años desde que una joven mujer belga de 24 años, Andrée De Jongh «Dédée», creara junto con su compatriota Arnold Deppé, una de las más importantes cadenas de evacuación de los movimientos de resistencia frente al ocupante alemán: la Red Comète. Esta red perfectamente organizada permitía, sobre todo, a los aviadores aliados, derribados en Holanda, Bélgica y Francia llegar hasta Gran Bretaña atravesando el estado francés, pasando por Euskal Herria y tras recorrer el estado español hasta Gibraltar, regresar al Reino Unido. Durante los años que la red estuvo activa, se calcula que 878 aviadores del bando aliado consiguieron escapar de los nazis. Gracias al compromiso de decenas de personas que se jugaron la vida por la libertad, centenares de personas salvaron su vida, algo que tanto los aviadores como sus descendientes, siempre han valorado y hoy por hoy, 8 décadas más tarde, no dejan de agradecer, “de corazón”. Estas muestras de agradecimiento eterno se hacen públicas cada año gracias a los actos de conmemoración de la gran red de evasión, que organiza la Asociación Amigos de la Red Cométe.

Tras dos años sin poder celebrar actos conmemorativos por la pandemia, este fin de semana han organizado varias actividades en Anglet, Larresoro y Ezpeleta. El viernes, Anglet fue testigo de la ceremonia oficial, presidida por Claude Olive, alcalde de la localidad, un acto de homenaje a los miembros de la red, en la que participó, entre otros, una delegación de la Royal Air Force, la rama aérea de las Fuerzas Armadas británicas.

El sábado, la cita era en el Puente del Diablo de Larresoro, un acto presidido por la alcaldesa de la localidad, Laurence Samanos, en la que la Asociación de Amigos de la Red Comète realizó un homenaje a las personas que participaron en la red de evasión, delante de la placa conmemorativa instalad hace 6 años. Además, los asistentes pudieron disfrutar del típico zikiro jate.

Por último, este domingo, decenas de personas participarán en la marcha desde Ezpeleta a Ihi Lepo, haciendo parte del recorrido que debían realizar los contrabandistas locales para pasar a los aviadores aliados hasta la muga entre el estado francés y el español. En Ihi Lepo, cerca del mugarri 76, los Amigos de la Red Comète instalaron una placa en recuerdo a los miembros de la Red Comète, a los mugalaris que hacían de guías para los aviadores.

Varios alcaldes y alcaldesas de los municipios colindantes, entre ellos los que hacen muga en ese mismo lugar, el de Baztan, Joseba Otondo y el de Ezpeleta Jean-Marie Itpucha, participaron en el acto, junto a la Consejera de Relaciones Ciudadanas e Institucionales del Gobierno de Navarra, Ana Ollo.

Familiares de Xan Mihura junto a miembros de Comète Baztan-Bidasoa y autoridades. Ondikol

La placa conmemorativa recuerda a cuatro mugalaris de Ezpeleta, los hermanos Aguerre, Jean-Baptiste y Pierre, Jean Elizondo y Pierre Etxhegoyen, y especialmente a Xan Mihura, del caserío situado a 500 metros de la placa, Jauregiko Borda. Un caserío situado en la misma muga, perteneciente a Baztan. Junto a los nombres y fotos de los miembros de la Red Comète, la placa muestra una foto del caserío Jauregiko Borda, y explica que gracias a estos mugalaris, 126 aviadores pudieron pasar la muga y regresar, vía Gibraltar, a Londres.

Además de inaugurar la placa, cantaron el agur jaunak y los gaiteros Celtic Spirit, originarios de Escocia también participaron con sus melodías.

Los gaiteros de Celtic Spirit, originarios de Escocia, participaron en el homenaje. Ondikol

RED COMÉTE La Red Comète trabajó entre 1941 y 1944, y aunque al principio los pilotos eran conducidos a través de la muga de Gipuzkoa, tuvo que reinventarse en 1943 a causa de la ejecución, deportación a campos de concentración o detención de la mayoría de los colaboradores de la red de escapada. Esto obligó a desviar la ruta hacia Navarra por cuatro nuevos caminos que cruzaban la frontera por Dantxarinea, Bidarrai, Sara y Larresoro-Ezpeleta. A pesar de las detenciones, la red pudo continuar con su labor gracias a que ninguno de sus miembros, detenido, torturado, o a punto de ser ejecutado contó nada, respetando la célebre frase “Hitza Hitz”, te doy mi palabra, que imperaba entre sus miembros.

878 aviadores aliados fueron salvados por la red, en la que trabajaron muchas personas, alrededor de 1.700, de las cuales 286 murieron deportados, fusilados o a consecuencia del trato recibido, incluyendo 5 de Euskal Herria, entre ellos, el elizondarra Alejandro Elizalde.

“Mucha gente ha luchado, ha sacrificado sus vidas al servicio de un ideal democrático”

Dominique Aguerre

Presidente de la Asociación Amigos de la Red Comète