Cuarenta años después de la aparición de una enfermedad que sacudió también el mundo, el Sida ya no es mortal, sino crónico, pero los seropositivos todavía siguen estigmatizados y discriminados y por eso, muchas veces, ocultan su dolencia. Concha Amador es médico y preside Seisida, una sociedad científica que se afana en mejorar la calidad de vida de estos pacientes. Con motivo del XX Congreso Nacional sobre SIDA e ITS (infecciones de transmisión sexual), que se celebra en Bilbao, destaca que "tenemos tratamientos que son muy eficaces, pero el reto es ahora la pluripatología y el envejecimiento”.

¿Discriminados 40 años después?

Es verdad que la sociedad es más abierta, y la evolución de la enfermedad es distinta, pero aún así hay ocasiones en que las experiencias son muy negativas. Por ejemplo, esa gente que quiere alquilar o compartir un piso y cuando se entera que el candidato es VIH ya pone excusas para no hacerlo, y por eso la gente lo oculta porque sigue existiendo rechazo. Esto no es ni más ni menos que ignorancia y desinformación. Existe un miedo bastante absurdo a que transmitan la enfermedad. O a pensar que viene de un colectivo con unas conductas “sospechosas”. 

Corríjame si me equivoco, pero toda persona seropositiva que siga un tratamiento antirretroviral tendrá con el tiempo un carga de VIH no detectable y no puede, por tanto, infectar a nadie. 

Ese es exactamente el mensaje. Un VIH indetectable es igual a un VIH intransmisible. Cuando, con los tratamientos, se tiene una carga viral indetectable, no se transmite, ni en las relaciones sociales, ni laborales ni sexuales. Hace años que hay estudios muy potentes y ensayos clínicos que demuestran este concepto. Y eso es importantísimo porque libera a las personas seropositivas de la carga de poder infectar. Y también es importante para la población general para que sea consciente de que esto no se pega como un catarro. Ya sabemos que es una enfermedad que no se cura pero tampoco se cura la diabetes. 

¿No se transmite ni manteniendo relaciones sexuales de riesgo?

Efectivamente se puede tener sexo con un VIH indetectable sin que la pareja se infecte. Incluso en relaciones de hombres que tienen sexo con hombres sin preservativo, relaciones heterosexuales, etc... Y se ha demostrado que la mujer con VIH que sigue un tratamiento antirretroviral adecuado puede tener un hijo absolutamente sano, y no le trasmite la enfermedad. Eso, hace unos años, era un drama horroroso para la mujer seropositiva que se quedaba embarazada ya que, en algunos casos, se veía obligada a abortar.

Pero usted entiende que el temor siga ahí latente.

Ciertamente. Y soy médico y lo veo en la consulta habitualmente. Tienes a gente que, de pronto, cambia de pareja por este motivo, y muchas veces debo transmitir un mensaje de tranquilidad para normalizar la enfermedad. Parece que el VIH ha perdido el foco después de cuatro décadas porque la gente, afortunadamente. sobrevive pero todavía hay mucha inseguridad.

Sin embargo, este mensaje de indetectable solo hace referencia al VIH, no al resto de infecciones de transmisión sexual (ITS). 

Evidentemente. Pero no hay que olvidar que otras infecciones de transmisión sexual como la sifilis, la clamidia o la gonorrea son infecciones que se tratan y que se curan. Es obvio que no hace ninguna gracia tener alguna de ellas, pero no son comparables al VIH. 

Si no da miedo ya ni el Sida, ¿puede considerarse lógica cierta despreocupación hacia las ITS?

Es cierto que están aumentando especialmente entre los más jóvenes porque se diagnostican más y porque las conductas son distintas. Pero no sé si practican estas conductas porque no tienen miedo o porque no tienen información. Cuando hablas con ellos y ellas, creo que les falta información de los riesgos a los que están expuestos. Por ejemplo el sexo oral tiene riesgos. Pueden ser pequeños, pero no son cero.

¿Qué impacto ha tenido la pandemia de covid en el VIH. ¿Ha relegado tratamientos o terapias?

La repercusión ha sido importante porque el covid ha arrasado con todo, y todo el sistema sanitario se ha volcado con el coronavirus, y el resto de enfermedades han pasado a un segundo plano. Aunque no se ha notado en los tratamientos o en la llegada de fármacos. El problema es que se han anulado consultas y el que se va haciendo mayor no solo tiene VIH, tiene diabetes, hipertensión, osteoporosis... y esto no se ha atendido correctamente porque no había manera de hacerlo.