Cada día una media de dos personas sufren un infarto al corazón en la Comunidad Foral. Así se desprende del último Boletín de Salud Pública de Navarra, que recoge los datos del Registro de Infarto de Miocardio de la Comunidad Foral. El informe, elaborado por el Instituto de Salud Pública y por el servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Navarra (HUN) que analiza la incidencia, la mortalidad y el manejo de esta patología entre los años 2017 y 2020, constata que en ese periodo de tiempo se identificaron 2.989 episodios de infarto en personas ingresadas en los hospitales de la Comunidad Foral; dos episodios por día.

APUNTES

  • Qué es un infarto. Un infarto es la necrosis de un órgano o parte de él por falta de riego sanguíneo debida a obstrucción de la arteria correspondiente. 
  • Equidad en el tratamiento. El informe del Registro Poblacional del Infarto de Miocardio concluye que “la red de atención al infarto de miocardio, establecida en Navarra desde 2002, ha alcanzado los objetivos de equidad en el tratamiento, de resultados para los pacientes, independientemente del área de residencia y de incremento de la reperfusión primaria –cateterismo– en los pacientes con infarto con elevación del ST”.
  • Áreas de mejora. No obstante, también concluye que quedan áreas de mejora en la atención del síndrome coronario agudo, especialmente en lo relacionado con estrategias de educación poblacional para una detección precoz de los síntomas y una adecuada ruta de alerta al sistema sanitario, con el fin de disminuir la cifra de muertes súbitas que ocurren en el entorno extrahospitalario.

Asimismo, señala que el 95% de los casos (2.846) eran personas residentes en Navarra y el 5% restante (143) vivía fuera. En cuanto a la distribución por ejercicios de esos 2.846 infartos, 683 fueron en el año 2017; 714, en 2018; 743, en 2019; y 706, en 2020. Además, según dicho trabajo, se registraron 73 infartos no fatales, 24 infartos fatales en personas ingresadas por otras causas y 9 infartos tras intervencionismo coronario.

Un 25% menos de ingresos en el confinamiento

Por otro lado, el informe refleja que en 2020 se produjo “un descenso en el número de ingresos por infarto de miocardio, coincidiendo con el periodo de confinamiento” de la pandemia de la covid-19. De hecho, entre el 14 de marzo y el 21 de junio ingresaron un 25% menos de personas (159) en comparación a los 100 días anteriores (213); una bajada similar a la que se produjo en el conjunto del Estado.

De los casos diagnosticados en ciudadanos de Navarra, el 45% eran infartos con elevación del segmento ST –en el que la arteria se cierra del todo, se activa el código infarto y requiere de un cateterismo urgente– y el 55% eran sin elevación del ST. 

7 de cada 10 en varones

Asimismo, indica el informe, el 72% de estos episodios se producen en varones. Al respecto, expertos apuntan que se trata de una enfermedad más prevalente en el sexo masculino pero también está infradiagnosticada en las mujeres al presentar síntomas más atípicos. El 78% de los casos analizados eran primeros infartos. 

Factores de riesgo

En cuanto a los factores de riesgo más frecuentes entre los diagnósticos, está la hipertensión arterial (62%), la dislipemia –alteración de los niveles normales de lípidos en la sangre– (57%), el tabaquismo (32%), la diabetes (27%) y la obesidad (26%). Sin embargo, el 3% de los pacientes no presentaba ninguno de los cinco factores de riesgo cardiovascular evaluados.

El boletín destaca el “elevado” porcentaje de fumadores entre los pacientes menores de 65 años, que se sitúa en un 56% en los hombres y un 54%, en las mujeres. Asimismo, recoge que el porcentaje de casos de infarto con obesidad osciló entre el 22% y el 29% en los diferentes grupos de edad y sexo, mientras que la diabetes aumentó con la edad, desde menos del 20% en menores de 65 años hasta el 34% en los mayores de 75 años.

Mortalidad

El trabajo también indica que un total de 322 personas fallecieron por enfermedad isquémica del corazón –todas aquellas patologías que afectan a las arterias– en la Comunidad Foral en 2020 y, de ellas, 162 lo hicieron por infarto agudo de miocardio. De hecho, esta patología fue la segunda causa de muerte prematura en hombres menores de 75 años, con 51 decesos, según el citado registro. No obstante, señala que las tasas ajustadas de mortalidad por esta patología en el quinquenio 2016-2020 presentaron un descenso del 20% en comparación al periodo 2011-2015. 

LOS SÍNTOMAS

  • Llamar al 112 para activar el código infarto. ¿Cómo podemos identificar que estamos sufriendo un infarto? Los síntomas de alarma, explican los expertos, es un dolor torácico que generalmente es opresivo y que irradia a cuello o brazos; sensación que además va acompañada de un cuadro de malestar y sudoración. ¿Qué hay que hacer? Llamar rápidamente al 112 para activar el código infarto, de manera que el paciente pueda ser atendido y trasladado al hospital de referencia. Y es que no todo el mundo que sufre un infarto tiene una parada, pero el riesgo existe y eso hay que tenerlo controlado. Para ello, en el HUN hay siempre de guardia localizada un hemodinamista los 365 días del año las 24 horas del día para atender el código infarto y poder hacer cateterismos de urgencia.
  • 46% acude al hospital. Casi la mitad de los pacientes, el 46%, acude directamente a un hospital tras el inicio de los síntomas, el 32% llamó al 112 y el 18% fue o llamó al centro de salud. El porcentaje de pacientes que acudieron al hospital fue más alto en el área de Tudela (58%). En personas diagnosticadas con infarto con elevación del ST, el 41% llamó al 112 y el 37% fue a un hospital. Entre los que acudieron inicialmente a un hospital, 9 de cada 10 eligieron su centro de referencia. 

Asimismo, respecto a la mortalidad durante el ingreso en los pacientes diagnosticados de infarto con y sin elevación del ST fue de un 9,2% y 3,9% y en los primeros 30 días de un 9,9% y un 4,8%, respectivamente. En esta línea, el informe de Salud Pública destaca que la mortalidad fue “similar” en las distintas áreas de Salud. Así, en la de Pamplona se situó en el 7,2%; en la de Estella, en el 6,8%; y en la de Tudela, en el 6,4%, no siendo las diferencias “estadísticamente significativas”.