Expertos en medicina del sueño, una actividad a la que dedicamos una tercera parte de nuestra vida pero que apenas cuidamos, se están congregando en Pamplona del 20 al 22 de octubre para discutir las problemáticas más comunes en este ámbito desde varios puntos de vista, pues la ciencia del sueño tiene un enfoque multidisciplinar.

Por un lado, la doctora Elena Urrestarazu Bolomburu, especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica, afirmó que la falta crónica del sueño y la apnea son los trastornos del sueño más habituales, causando “una pérdida de más del 1% del PIB español, por todo el problema en accidentes laborales, bajo rendimiento y luego perdida de ocio. Si estás muy cansado, luego no sales por ahí a tomar algo o a cenar. Entonces, el gasto indirecto, coste indirecto, es de más del 1%”. 

Pilar Cebollero Rivas, jefa del servicio de Neumología del Hospital universitario Navarra, comentó que estas enfermedades son diagnosticadas “por la continuidad en la falta de sueño. Cuando vienen a las consultas de sueño es porque, sencillamente, no pueden dormir bien y llevan ya un tiempo así. No hay una prueba que hacer para ver si tienen un problema o no. No es necesario hacer pruebas especiales, es el propio paciente quien te cuenta sus problemas para dormir”.

“Durante el proceso diagnóstico, lo primero es preguntar y explorar bien para discriminar a quien tienes que hacer una prueba más y lo habitual es que aquel subgrupo de pacientes que requiere una prueba, pues una vez definas el diagnóstico y empieces el tratamiento, como en el caso de la apnea, lo que se hace es ponerle a la mayoría una cPAP, un aparato. A estos pacientes que inician el tratamiento hay que hacerles un seguimiento para ver que el tratamiento es correcto, están estables, desaparece la sintomatología y el riesgo de otras enfermedades que se asocian a la apnea”. 

Ahora bien, una mala higiene del sueño no tiene por qué implicar un trastorno del sueño como tal. El doctor Iñaki García de Gurtubay Gálligo, especialista en Neurofisiología Clínica y experto en Medicina del sueño, declaró que “pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y hay que cuidar ese sueño. Es un momento de recuperación del mecanismo. Mucha gente se preocupa de la salud del día, hacen deporte, procuran comer bien, campañas preventivas de enfermedades, pero no cuidan lo que pasa de noche. Dieta, prevención y deporte son tres patas de una mesa, la cuarta pata es dormir bien. A los niños se les enseña a comer bien, a hacer deporte, pero no se les enseña a dormir bien”. 

Una de las normas para dormir bien es saber gestionar las dos horas anteriores a la hora en la que nos acostamos, pues “el organismo tarda dos horas en prepararse para dormir. Dos horas antes empieza a segregar melatonina porque, por rutina, sabe que te vas a ir a dormir. Si usamos una pantalla iluminada, ya sea con un móvil, una televisión o un ordenador, le estamos dando tanto una luz como una actividad en exceso a nuestro organismo cuando este debería estar preparándose para dormir”.

Hay que saber gestionar las dos horas anteriores

Iñaki García - Especialista en Neurofisiología Clínica

Por otro lado, siguió afirmando el doctor que “también es importante hablar de cosas como la cama o la postura. Hay que establecer unas ciertas reglas en el entorno de cara a irse a dormir; como por ejemplo, que la temperatura sea correcta, la luz esté apagada, que el sitio donde vayas a dormir sea cómodo, tranquilo y en silencio. Y la postura puede afectar según ciertas patologías, ahí sí que influye. Si en la apnea, por ejemplo, duermes boca arriba, la sufres mucho más y tienes más episodios”. 

Ahora bien, estas reglas no solo están destinadas a favorecer el sueño, sino también a que este sea lo suficientemente profundo como para descansar al sujeto. Pues sueño y descanso son términos que van de la mano pero no son lo mismo. Como afirmó la doctora Urrestarazu, “si tú duermes ocho horas y estás cansado, tienes que ir al médico porque seguramente tendrás un problema de sueño. Si duermes aparentemente suficientes horas, pero sigues con sueño, significa que tienes un problema. Si el sueño no es sinónimo de descanso a la mañana cuando te levantas, entonces tienes un problema. Tienen que ser sinónimos”.

“Cuando se hacen pruebas se graba lo profundo que es un sueño, y ahí se puede distinguir un sueño que favorece el descanso de uno que no. Y luego vemos cómo una persona que duerme muchas horas no descansa porque no llega al sueño profundo reparador y entonces ahí ves cómo alguien estando diez horas en la cama, no descansa.”

Sueño y descanso tienen que ser sinónimos

Elena Urrestarazu - Especialista en Neurología y Neurofisiología Clínica

Por último, es necesario hablar de un término relacionado con el sueño y que pertenece a la cultura española, la siesta. A este respecto, afirmó la doctora Cebollero que “si llevas una vida sedentaria, la siesta siempre es mala. Si llevas una vida activa, una corta siesta te puede ayudar a mantener el rendimiento a la tarde. Si es una siesta larga, te puede mejorar y ayudar, ahora bien, lo restas de la noche. Las largas restan. El sueño mejor es concentrarlo a la noche. Una larga te puede mejorar el rendimiento, pero se recorta de la noche y el grueso del sueño es mejor que sea a la noche”. 

Además, “la falta de sueño entre semana no se recupera el fin de semana. Esas horas que no duermes entre semana, no las vas a recuperar por mucho que duermas el sábado y domingo. Si uno no tiene otro remedio real de dormir más los días laborables, y el fin de semana puede dormir más, bueno, es paliar un poco todo el daño que le haces a tu cuerpo entre semana. Con lo cual, tampoco es recomendable".