La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha reforzado en los últimos años su labor de prevención de la salud mental del alumnado. El último hito es el programa piloto Educa Bienestar emocional, que ofrecerá este curso dos horas de en competencias de bienestar emocional a los y las estudiantes de todos los grados. Es una formación obligatoria que se suma a las múltiples actividades de promoción de la salud y fomento del buen trato que organiza cada curso y en las que participan unas 650 personas. Asimismo, el servicio de atención psicosocial, integrado por dos trabajadoras sociales y tres psicólogas (dos para alumnado y una para personal), atiende a una media de 60 estudiantes cada curso. La gran mayoría tiene dificultades para gestionar las emociones y la mitad alega también problemas de ansiedad.

La UPNA tiene una amplia experiencia en acciones de prevención y promoción de la salud mental. “El alumnado universitario afronta un momento vital muy intenso, de cambio, es el principio de la vida adulta y eso genera dificultades de gestión emocional, inseguridades o miedos”, asegura Lucía Martínez Virto, directora del área de Acción Social e Igualdad de la Universidad, que reconoce que no tienen la percepción de que los problemas de salud mental y emocional hayan aumentado tras la pandemia. “En los años de pandemia se identificaron algunos casos más o con más intensidad dado el contexto de incertidumbre pero lo cierto es que tanto antes de la pandemia como ahora estamos atendiendo unos 60 casos de media”, afirma Martínez, que sí cree que la pandemia “nos ha ayudado a hablar sin tapujos de la salud mental”.

Prevención

A partir de 2009 la UPNA sumó al equipo de atención social y sanitaria una figura de psicología. Su labor era triple: actividades de prevención generales en todos los grados; acciones de prevención dirigidas a grupos con más riesgo y/o que habían vivido algún conflicto; y atención personalizada. El desarrollo de la labor preventiva aumentó progresivamente las peticiones de citas. “El alumnado tomó conciencia de sus necesidades, conoció el recurso y vino a pedir apoyo”.

El aumento de las atenciones individuales dificultaba llevar a cabo en condiciones la misión principal del servicio: la de prevención a todo el alumnado. Por ello, la UPNA decidió reenfocar y reforzar la atención con una segunda profesional. Ahora, los estudiantes son atendidos primero por el equipo de trabajadoras sociales, que valoran su situación de riesgo y derivan a la atención psicológica los casos con más necesidad. El resultado es un modelo de atención psicolocial más integrado y coordinado, que prioriza la atención al alumnado con más necesidad. “Solemos dar 5-6 citas, pero puede extenderse”, explica Martínez, que añade que “el equipo no tienen capacidad para atender a todos los casos que llegan con igual intensidad, pero se garantiza siempre una primera atención de rescate. Si el caso no es prioritario o puede contar con apoyo de otros recursos le orientamos y trabajamos de forma grupal y preventiva”.

Y es que la prioridad de este servicio es alumnado más vulnerable, tanto a nivel psicólogico como social. “Como es un modelo de atención psicolocial, a veces sumamos a esta intervención otras becas o ayudas para alumnado que está pasando un duelo o un problema familiar que le puede hacer perder el curso y verse obligado a abandonar”, destaca. El objetivo es que nadie abandone la universidad por estos motivos.

La dificultad para gestionar las emociones, la ansiedad, duelos y problemas de pareja son las principales causas de acceso al servicio.

Diversas actividades

Este servicio de atención psicosocial es la punta del iceberg del trabajo que hace la UPNA en relación con la salud mental. Cada curso, realiza una veintena de actividades de promoción y sensibilización en las que participan unas 650 personas. Además se oferta una asignatura transversal de promoción de la salud.

Este curso, la UPNA, con apoyo del programa Innova Social de La Caixa y Fundación Caja Navarra, ofrecerá un programa piloto de formación en competencias de bienestar emocional dirigido a todo el alumnado. “Desde antes de la pandemia ya vimos la necesidad de trabajar la gestión de las emociones. En estos momentos, gracias al apoyo de financiación externa, vamos a poner en marcha este piloto. Si funciona trataremos de incluirlo en la actividad habitual del servicio”, afirma.

A estas acciones se le suman la propia labor docente e investigadora en este ámbito, gracias a la cual se forma a futuros profesionales de la psicología y se capacita en otros grados vinculados a la salud o las ciencias sociales y de la educación. Este curso se graduará la primera promoción de Psicología y el próximo curso estrenará el Máster en Psicología Sanitaria, necesario para ejercer en la sanidad pública. En investigación hay tres grupos en el ámbito de la psicología.