“Cuando sea más mayor vendré a vivir aquí, a El Vergel”, le dijo Amparo Hernández a su hija mientras paseaba por las afueras de la residencia hace más de una década. Amparo se preguntaba qué habría más allá de esos extensos jardines y le daba curiosidad conocer qué se cocía detrás de aquellas paredes. Su interés fue en aumento hasta que tomó la decisión de echar la solicitud y, por supuesto, fue aceptada al poco tiempo. “Ya llevo 10 años en El Vergel, que es mi hogar y lo será mientras siga viva”, ha reconocido Amparo emocionada durante el acto que la residencia de mayores ha organizado este miércoles con motivo de su 50º aniversario.

Medio siglo en los que el personal del centro se ha afanado por brindar una atención excepcional a los mayores y por dar vida a un centro que es hogar para sus 153 usuarios. Este miércoles los residentes han recibido la visita de representantes institucionales –encabezados por la presidenta del Gobierno foral, María Chivite– y han disfrutado de la actuación de Chuchín Ibáñez, con quien bailaron al ritmo de sus rancheras.

Quien también ha coincidido con Amparo en que El Vergel es un hogar es Pacho Guerrero, usuario de la residencia que tuvo el honor de ser el primer vacunado de Navarra contra la covid-19 en enero de 2021, un momento en el que las residencias sufrieron con especial crueldad la pandemia. “A mí El Vergel me hace sentir vivo. Llevo 11 años y tengo muchas vivencias aquí dentro. Tengo buena salud y ejerzo como voluntario para acompañar a otros usuarios al médico, también soy el sacristán de la iglesia, ayudo a reparar cualquier cosa... Estoy muy feliz”, ha expresado Pacho.

163 plazas y 223 profesionales

50 años de El Vergel, 50 años llenos de vida – El Vergelen 50. Urteurrena, 50 urte bizitzaz beterik es lo primero que lee estos días cualquier persona al acceder a la residencia. El mensaje aparece en un amplio cartel, en el que se ven las caras de mujeres y hombres que son y han sido residentes, de sus familias y de trabajadores y trabajadoras que han caminado por los pasillos de este centro.

Actualmente, son 153 las personas que conviven en la residencia, que cuenta con un total de 163 plazas de las que 58 (el 37,9%) están reservadas para personas mayores no dependientes y el resto, para dependientes de distinto grado. La plantilla de la residencia está constituida por 223 profesionales, con los que se ofrecen los siguientes servicios: terapia ocupacional, fisioterapia, psicólogo, trabajadora social, sala de reminiscencia y sala de estimulación sensorial, equipo de enfermería propio y médico 24 horas, cocina y servicio de lavandería propios, servicio de mantenimiento y un consejo de participación.

Además, El Vergel dispone de un centro de día, creado en 1995, para personas mayores de 65 años con distintos grados de dependencia. En él se ofrece atención diurna a necesidades básicas terapéuticas de rehabilitación y socioculturales.

Una residencia que se adapta

En la clausura este miércoles del 50 aniversario del centro, la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, ha resaltado que, con el Vergel a la cabeza, las residencias de Navarra colocan a la persona en el centro. “El nuevo modelo residencial, que sirve de hoja de ruta para la evolución de los centros residenciales de toda España, se adapta a sus necesidades y tiene en cuenta sus capacidades y planes de vida”, ha indicado.

Además, ha destacado que esta y otras residencias están empezando ya a poner en marcha iniciativas de innovación social como el programa “Vivir mejor en casa”, que presta apoyo a las personas y sus cuidadoras para darles mejor atención en su propio domicilio y mejorar su calidad de vida”, y ha añadido “esta Navarra es una comunidad cada vez más envejecida. En medio siglo se ha duplicado la población mayor de 65 años respecto al total de navarras y navarros. Este reto demográfico no está exento de dificultades, pero también conlleva oportunidades que debemos aprovechar”.

Por su parte, la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu, ha señalado que “ser mayor es sinónimo de vida, de experiencia y también de oportunidad. Porque el hecho de llegar hasta aquí ya es un logro por sí solo, y hacerlo con la oportunidad de seguir desarrollándoos como personas y de explorar nuevos ámbitos, una suerte que muchos desearíamos tener”. En este sentido, ha mostrado su agradecimiento “a todas las personas, las que están aquí y las que ya no, que han hecho posible que El Vergel cumpla 50 años y lo haga de esta forma tan bonita”.

En el acto, también han participado el presidente del Parlamento, Unai Hualde; la consejera de Salud, Santos Induráin; el Defensor del Pueblo, Patxi Vera; la teniente de alcalde de Pamplona, María Echávarri; la directora gerente de la Agencia Navarra de Desarrollo y Autonomía de las Personas, Inés Francés; y parlamentarios y parlamentarias forales que integran la Comisión de Derechos Sociales de la Cámara. Además de las intervenciones institucionales, se han dirigido a las personas presentes Alberto Sola, médico de El Vergel.

Tras los discursos, los representantes institucionales han realizado una visita al centro mientras Chuchín Ibáñez ha amenizado la tarde a los usuarios. Raquel Arteta y Josi Munuce bailaban al son de Sigo siendo el rey mientras Camino Suescun les aplaudía sentada en una silla.Este año ha cumplido la mayoría de edad en la residencia, aunque está a punto de soplar las 91 velas. “ Entré hace 18 años con mi marido, que falleció el año pasado. Estoy encantada porque esto es como una familia, tenemos unas cuidadoras, enfermeras, médicos... que no hay en otro sitio. Nos dan un trato magnífico”, ha reconocido Camino, que se alegra de que El Vergel haya organizado actividades especiales por el 50º aniversario: "Está siendo todo muy bonito".