El cura Francisco J. C. fue detenido el pasado mes de septiembre en la localidad malagueña de Vélez-Málaga por, presuntamente, agredir sexualmente a varias mujeres a las que sedaba y grababa. Agentes de la Policía Nacional procedieron a su arresto tras una exhaustiva investigación que arrancó en agosto.

La investigación se inició el pasado mes de agosto. Una mujer denunció en la Unidad de Familia y Atención a la Mujer (UFAM) de Melilla que había localizado en el domicilio que compartía con su pareja sentimental un disco duro que contenía fotografías y vídeos donde aparecían varias mujeres semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante y a las que un hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.

Las mujeres, pertenecientes a su círculo de amistades, fueron supuestamente agredidas en diferentes años y localidades y no eran conscientes de haber sufrido ningún delito sexual. Al detenido, que ha ingresado en prisión, se le atribuye cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.

Ante la posibilidad de que tales actos sexuales no fueran consentidos, la denunciante realizó una copia del disco y acudió a comisaría para ponerlo en conocimiento de los agentes, señalaron desde la Policía Nacional. A partir de aquí se inició una investigación en colaboración con investigadores de la UFAM central.

Tras el análisis exhaustivo del material gráfico, los investigadores observaron que en algunos de los vídeos aparecía el detenido, de 34 años, realizando prácticas sexuales sobre diferentes mujeres en estado de inconsciencia, prácticas que además grababa. Los agentes lograron identificar a cinco víctimas que manifestaron desconocer la existencia de las grabaciones y que no eran conscientes de haber sido víctimas de ningún delito de naturaleza sexual.

En diferentes años y localidades

Los agentes averiguaron que las agresiones sexuales se habían llevado a cabo de forma continuada entre 2017 y 2019 en una casa parroquial y en su propia casa, y en diferentes localidades, con ocasión de viajes de grupos de amigos, entre los que se encontraba el arrestado. Francisco J. C. habría suministrado a las víctimas algún tipo de sustancia que anulaba su estado de consciencia para poder llevar a cabo las agresiones sexuales.

Con toda la información recabada los agentes establecieron un dispositivo en torno a su domicilio que culminó con su detención. Seguidamente, se practicó una entrada y registro donde se intervino diverso material tecnológico pendiente de análisis. Tras ser puesto a disposición judicial, se decretó su ingreso en prisión preventiva.

Hijo de una monja

Francisco J. C., que no ha querido colaborar con la Policía, es hijo de una monja clarisa y en la actualidad no contaba con una parroquia propia, informa La Opinión de Málaga. Su madre trabajó como catequista hasta que nació el detenido, momento en el que empezó a ejercer como educadora en una guardería, según el citado diario.

El acusado mantenía una relación sentimental con una mujer, por lo que el Obispado de Málaga le ofreció un período de reflexión para que tomara una decisión sobre el rumbo que quería tomar, por lo que no se le asignó ninguna parroquia aunque realizaba eucaristías en las localidades de Yunquera y El Burgo.

La investigación continúa abierta ya que los investigadores consideran que podría haber nuevas víctimas en Melilla, Málaga o Córdoba, lugares en los que el arrestado ha residido.