Una navarra denuncia la negligencia de Iberia al dejarla en Buenos Aires sin su silla de ruedas eléctrica
Air Nostrum impidió a la pamplonesa María Asun Fernández, con movilidad reducida, que facturara una silla especialmente diseñada para viajar después de tener todos los permisos en regla
María Asun Fernández, presidenta de la Asociación Navarra de Amianto Nuevo Amanecer Respirando, denuncia desde Buenos Aires el trato recibo por la compañía aérea con la que ha viajado, ya que no ha podido llevar su silla de ruedas eléctrica, que solicitó incluir en el equipaje. La navarra dispone de una silla de ruedas especialmente diseñada para viajar y sufre una discapacidad del 49% lo que provoca que tenga una movilidad reducida.
María Asun, vecina de Pamplona de 63 años, se ha desplazado hasta Argentina durante cinco semanas para visitar a su familia. Sin embargo, lleva 24 horas en aquel país y no puede salir de la vivienda. ¿El motivo? Porque su silla de ruedas eléctrica se ha quedado en Pamplona, a pesar de que contaba con los permisos pertinentes, gestionados con la agencia de viajes. “Ahora mismo solo puede ver la calle desde una ventana con rejas, que es lo que se lleva en Buenos Aires para protegerse de la delincuencia”, cuenta. Hasta que alguno de sus familiares no regrese del trabajo, ella no puede salir de casa “a dar una vuelta” como le gusta.
Todo ocurrió este lunes cuando María Asun se desplazó al aeropuerto de Noáin para coger el vuelo hasta Madrid, y de ahí embarcar destino Buenos Aires. “La persona que me atendió enPamplona me dijo que no podía facturar la silla de ruedas, a pesar de contar con la documentación. Me impidieron viajar desde Noáin por las batería de litio de la silla. En cambio, en el aeropuerto de Madrid me dijeron que no había ningún problema, pero claro no había podido venir a Barajas con la silla”, señala.
Rellenó una hoja de reclamaciones, pero la silla de quedó en la sede de la asociación Ananar, donde se la llevaron los amigos que la llevaron hasta el aeropuerto. “Siento una impotencia grande”, remarca María Asun, que no solo no tiene la silla sino que tampoco ha recibido el equipaje. 24 horas después de esta pesadilla, la compañía aérea se ha puesto en contacto con ella, se ha disculpado por lo ocurrido, le ha pedido una serie de datos, pero “la silla de ruedas no va a poder viajar hasta Argentina, porque ese trayecto debe realizarlo con un propietario”, le han explicado.
“Escogí Iberia porque consideré que es la compañía que mejor me podía atender, pero no ha sido así”, dice. Insiste en que la compañía aérea le ha hecho ser “más discapacitada”. María Asun cuenta que en Pamplona es “una persona independiente”. Por eso repite: “Me jode mucho estar esperando a que mi familia regresa del trabajo para poder desplazarme por Buenos Aires”.
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