Todo lo que nos rodea es ciencia. La ropa que vestimos, la cerveza y el agua que bebemos, el reloj de nuestra muñeca o la placa con la que cocinamos”. Sin embargo, a pesar del protagonismo de la ciencia en nuestra vida cotidiana “no le damos el valor que merece porque lo damos por hecho”. A raíz de esta premisa el profesor de la Universidad de Navarra y periodista científico, Enrique Cobos, presenta su nueva publicación La ciencia en noticia, un libro “con el que te topas con la ciencia de frente”.

Con este libro Cobos persigue un triple objetivo. Por un lado, “contar a la sociedad el verdadero impacto de la ciencia” a través de la divulgación de investigaciones relevantes y entrevistas a profesionales para “poner en valor la profesión científica y quitar la idea de que son gente alejada en sus laboratorios”. Por último, se dirige a los más jóvenes con la intención de despertar vocaciones científicas entre ellos y que los temas contados les resulten atractivos.

Esta falta de atracción, traducida en falta de interés por parte de la población, es uno de los motivos que Cobos detecta como causante del desconocimiento científico de la sociedad. La última encuesta de la Fundación Española de la Ciencia y la Tecnología (Fecyt) concluyó que los españoles tenemos prioridades como el ocio, la cultura o el deporte por delante de la ciencia, es decir, “pasárnoslo bien va por encima”.

Si le añades la excesiva información científica, que “cada vez hay más científicos, periodistas científicos y plataformas de divulgación” y la complejidad del lenguaje técnico y riguroso hace que sea más difícil que aumente el interés. Entre esta amplia oferta también aparecen “determinadas personas que aprovechan los medios de difusión masivos como redes sociales, que a veces se cuelan en los medios de comunicación, para divulgar sus creencias sin ningún rigor científico”. De este modo se expanden ideas como el terraplanismo, los antivacunas o la curación de enfermedades con imanes, “pseudociencias que solo aumentan el desconocimiento”.

SABER TOMAR DECISIONES

Esta ignorancia en cuanto a formación científica tiene una grave consecuencia que es “la facilidad de ser manipulados” ya que si no tenemos opiniones propias basadas en datos científicos favorece que adoptemos “las creencias de otros”. Ante esto, Cobos reclama la necesidad de información precisa y coherente, que no quiere decir más información sino de mayor calidad, para poder tomar las mejores decisiones.

Esta forma de actuar forma parte de los cambios que propone Cobos para solucionar el desconocimiento científico al que nos enfrentamos y en los que apela de manera directa a cuatro grandes agentes de la sociedad.

Los primeros señalados son los distintos poderes políticos que “deberían reconocer que la ciencia en lo que nos hace avanzar como sociedad y apostar por ella”. Exige a la administración pública que “incluya a los científicos en la toma de decisiones porque ellos son los que tienen la información precisa. En la pandemia se llevó a cabo y debería mantenerse para abordar la gestión de crisis”. Por otro lado, demanda destinar recursos económicos para dar estabilidad a la carrera profesional de los científicos así como aumentar el dinero que se destina a los proyectos científicos porque “repercuten en la propia sociedad”.

Los centros educativos también tienen que cambiar de métodos porque “algunos son demasiados anacrónicos y otros vanguardistas” y apostar por una enseñanza práctica. “Deben poner a los alumnos al frente de problemas científicos para que planteen soluciones y así despertar vocación”, asegura el autor.

También las instituciones científicas como museos, universidades y los propios científicos tienen su papel y “deben formarse en comunicación y contar bien la investigaciones para desarrollar más labor de divulgación”. Una labor en la que también tienen que participar los medios de comunicación cuyo trabajo, según Cobos, debería pasar por “salirse de la agenda política y tratar temas científicos más anónimos que también tienen impacto, no solo cuando despegue el último cohete de la NASA”. Solo si se aborda de manera conjunta y se apuesta por la ciencia desde todas sus facetas se podrá acabar con el desconocimiento científico de nuestra sociedad.