El 38% de las personas con un electrodoméstico averiado han tenido problemas para arreglarlo, según una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache. Los problemas más habituales son las reparaciones en garantía, el precio de los arreglos o la dificultad para encontrar un servicio técnico adecuado o piezas de recambio, especialmente entre los aparatos que tienen más años.

Varias personas han acudido a Irache porque su lavadora o lavavajillas de más de diez años se ha estropeado y no encuentran dónde arreglarlo "ya que los técnicos a los que han consultado les han dicho que lo mejor es comprar uno nuevo". Otras veces, el servicio técnico les indica que la pieza que está defectuosa "ya no se hace y que no la pueden encontrar", por lo que la única alternativa, de nuevo, es comprar un electrodoméstico nuevo, explica Irache en una nota de prensa.

Ha habido otros casos en los que los consumidores se sienten molestos porque entienden que la reparación ha resultado "excesivamente cara". Otras quejas se originan por "reparaciones deficientes". El consumidor encarga la reparación, la paga y días o semanas después se reproduce el problema. Llama a la empresa reparadora, acude y le dice que "se trata de otra avería diferente y le cobra el servicio nuevamente".

También se producen problemas con las reparaciones en garantía. El más habitual es que, dentro del tiempo de garantía (actualmente el mínimo es de tres años desde la compra), "el vendedor no repare de forma gratuita, al alegar que es responsabilidad del consumidor por algún golpe o mal uso o sin dar ninguna explicación". En otros casos "el vendedor tarda en acudir varias semanas y ya fuera del tiempo de garantía, por lo que dice que debe pagar la reparación el consumidor" o se facturan el desplazamiento u otros conceptos.   

ANUNCIOS QUE HACEN CREER QUE ES EL SERVICIO TÉCNICO OFICIAL.

Irache ha advertido ante anuncios en internet de empresas que, "intencionadamente, se publicitan asociadas a algunas marcas conocidas", lo que "hace que el consumidor crea que es el servicio oficial del fabricante". "Sin embargo, cuando la reparación resulta deficiente o la factura desproporcionada, es cuando el consumidor descubre que la empresa no tiene ninguna vinculación con el productor", explica.

Por ello, ha llamado a "ser precavido: factura sin IVA, la falta de presupuesto previo o su renuncia a él o la solicitud del pago por adelantado de recambios son algunos de los indicios que deben hacer sospechar de la empresa".

En otro sentido, Irache ha observado en los últimos años "una involución en la vida útil de muchos productos, especialmente electrodomésticos o productos electrónicos" que "cada vez duran menos y tardan menos tiempo en presentar problemas". A ello se suma que "cada vez es más difícil reparar un electrodoméstico averiado, bien por el precio de la reparación o por la dificultad de encontrar piezas de repuesto para algunos modelos".

La asociación ha explicado que, desde 2022, la ley de consumidores en España "obliga al productor a garantizar un adecuado servicio técnico y repuestos durante diez años desde que el aparato en cuestión deje de fabricarse". Además, "prohíbe incrementar los precios de los repuestos usados en las reparaciones".   

GARANTIZAR UNA MAYOR DURABILIDAD Y REPARABILIDAD.

Así las cosas, Irache ha considerado que "se debe hacer un esfuerzo para garantizar una mayor durabilidad y reparabilidad de los electrodomésticos y aparatos electrónicos, en beneficio del medio ambiente y de la economía del consumidor".

En este sentido, propone "controlar que en los procesos de elaboración y comercialización no se implementan deliberadamente medidas para acortar la vida útil de los productos o para imposibilitar su reparación". También que el fabricante tenga que informar en el etiquetado del tiempo de duración del producto, sus posibilidades de reparación y las excepciones.

Asimismo, plantea ampliar el plazo de garantía de los productos y que sea la empresa "quien tenga que demostrar que ha habido mal uso del aparato"; y controlar que los servicios técnicos "cobran el coste real de la reparación" y, a la vez, que los servicios técnicos oficiales "no dificultan el trabajo de empresas de reparación independientes".