Como si de unas elecciones autonómicas se tratara, las familias de 35.500 escolares de 159 colegios públicos afrontan a partir de hoy unas votaciones de calado en las que se decidirá qué jornada tendrán sus hijos e hijas durante los próximos cuatro cursos. Y como ocurre en cualquier plebiscito, los partidarios de las dos modelos de jornada con más opciones, continua y partida, se han agrupado en sendas plataformas para informar a las familias más indecisas de los beneficios y las desventajas que, a su juicio, tienen una y otra modalidad. También, como pasa en toda campaña electoral, se han denunciado irregularidades en el proceso y el ambiente en los corrillos del patio y grupos de Whatsapp está cada vez más encendido.

El objetivo de este reportaje es mostrar, de la mano de ambas plataformas, las dos opciones de jornada para que las familias puedan conocer sus argumentos antes de votar.

¿Por qué votar a favor o en contra de la continua?

Para la Plataforma de familias a favor de la jornada partida existen tres grandes razones para votar en contra de implantar el horario continuo. La primera pone el foco en los biorritmos de los menores. “La evidencia científica dice que el horario idóneo es aquel que empieza entre las 8.30 y 9 horas, hace una pausa entre las 13 y 14 horas y finaliza a las 16.30 horas. El horario de la jornada continua es menos respetuoso con sus biorritmos”, asevera una de las portavoces de este colectivo Goizeder Lamariano.

"Existe el riesgo de privatizar la escuela pública y también un tiempo, el de primera hora de la tarde, que fue público y de calidad para todos"

Goizeder Lamariano - Portavoz de la Plataforma de familias a favor de la jornada partida

El segundo motivo que les lleva a votar en contra es que se reduce el tiempo de estancia en la escuela que, a su juicio, “favorece la salud socioemocional de los menores ya que compartir tiempo libre en el patio permite entablar relaciones y amistades”. Y es que al desaparecer el rato de patio de las tardes “se dinamita la socialización entre las familias y, con ello, entre la comunidad que se crea en torno a la escuela y al barrio”. Las escuelas, dicen, dejan de ser lugares de socialización y pasan ser sitios vacíos.

La tercera gran razón que alegan es que la escuela pública “debe garantizar la igualdad entre todo el alumnado y, al reducir las sesiones (de 50 a 45 minutos), se pierden minutos de docencia y no se alcanza el contenido curricular. Esos minutos se recuperan en septiembre y junio, meses menos productivos, por lo que no se logra alcanzar el contenido. Eso conlleva a necesidad de apoyos externos, no siempre al alcance de las familias”.

“La continua respeta mejor los biorritmos, previene el estrés infantil y favorece la conciliación”

Marco Rivera - Portavoz Plataforma Jornada Continua

La visión de la Plataforma por la jornada continua es completamente opuesta. Estas familias citan como principal argumento para votar a favor de este horario que favorece la conciliación social. “Nuestros hijos e hijas nos necesitan ahora. Cuanto más tiempo estemos con ellos más se reforzará nuestro vínculo y, por tanto, su autoestima”, afirma Marco Rivera, en nombre de la Plataforma y recuerda que la jornada continua “permite todas las posibilidades de conciliación: recoger a las 14 horas, a las 15 horas (ya comidos) y a las 16.30 horas después de extraescolares gratuitas, como con la partida”.

A su juicio, la jornada intensiva “respeta mejor los biorritmos, permite el acceso a extraescolares al alumnado desfavorecido y, sobre todo, previene el estrés infantil, la principal lacra de este tipo de jornadas extenuantes. Está demostrado que el estrés infantil se redujo en pandemia por el mayor contacto de los niños y niñas con sus familias. Tienen más tiempo para hacer tareas, socializar y aburrirse, algo fundamental para promover su desarrollo personal”. La jornada partida, remarcan, no te permite conciliar

“La partida atiende mejor la diversidad, garantiza la socialización y la igualdad de oportunidades”

Goizeder Lamariano - Portavoz Plataforma de Familias por la Jornada Partida

Los defensores de este horario niega la mayor. “Solo favorece la conciliación en familias en las que uno de los progenitores no trabaja. En las monoparentales, separadas o en las que ambos trabajan, la jornada continua complica la conciliación ya que hacen malabares para recogerles pronto y que no sean niños de segunda, con extraescolares cuya calidad no está 100% garantizada”, defienden.

Los contrarios responden. “Tal vez deberíamos pelear por la conciliación de las familias que no pueden recoger antes a sus hijos en lugar de imponer los malos horarios a todos los demás”, afirma Marco.

Desde la Plataforma favorable a la partida abogan porque la jornada “ponga en el centro los intereses de la infancia y no las mejoras laborales del profesorado o el interés particular de cada familia” e insiste en que hay que adecuarse a los ritmos de aprendizaje de los menores. “La compactación horaria imposibilita los momentos de distensión, tan necesarios como los de concentración, para que el aprendizaje pueda ser sostenido y pausado. Con ese ritmo más acelerado hay alumnado que se queda atrás ya que es más difícil atender la diversidad”.

"Nuestros hijos e hijas nos necesitan ahora. Cuanto más tiempo estemos con ellos más se reforzará nuestro vínculo y, por tanto, su autoestima"

Marco Rivera - Portavoz de la Plataforma por la jornada continua

¿Cuál es mejor para el alumnado desfavorecido?

Tampoco existe quórum sobre qué jornada es mejor para el alumnado desfavorecido, a quien la escuela pública debería priorizar. Los defensores de la partida lo tienen claro y afirman basarse en estudios: “El tiempo en la escuela es, para muchos, el único tiempo seguro. Y son las familias con menos posibilidad de espacios de socialización y aprendizaje fuera de la escuela a las que más les afecta reducir el tiempo escolar”. A su juicio, esta jornada “tiene una mirada social que nadie puede negar pues pone el foco en todos los niños, no solo en los que pueden salir pronto” e insiste en que “no queremos que salgan antes para dedicar más tiempo a extraescolares privadas porque amplifica la desigualdad de forma alarmante”.

Los defensores de la continua aseguran que los estudios que dicen que esta jornada perjudica al alumnado más desfavorecido “esconden otras intenciones” y defienden que ese horario “previene el absentismo, no obliga a usar el comedor y se evita el pago y permite hacer extraescolares gratuitas”. Sin embargo, la portavoz de la Plataforma en favor de la partida pone en valor la labor de las educadoras del comedor y su papel educativo.

En cuanto a la expansión de la jornada continua en la escuela pública y su escasa presencia en la concertada, los defensores de la primera lo tienen claro. “La concertada es un negocio. Debe financiarse para subsistir por eso les interesa que las clases empiecen más tarde para obligar a usar el servicio de madrugadores, que haya clase por la tarde para que se use más el comedor y se queden a extraescolares...”, afirma Marco. No creen que pueda haber una huida hacia la concertada porque “se puede seguir recogiendo a los niños a las 16.30 horas”.

"Deberíamos pelear por la conciliación de las familias que no pueden recoger antes a sus hijos en lugar de imponer malos horarios a todos los demás"

Marco Rivera - Portavoz de la Plataforma en favor de la jornada continua

Un trasvase que sí teme la otra Plataforma, que plantea la siguiente reflexión sobre la escasa presencia de la jornada continua en la concertada. “Una institución cuya supervivencia depende de su rendimiento no se arriesga a hacer cambios que no han demostrado beneficios y que los expertos no recomiendan”, aseguran y van más allá. “Si tras años de fase experimental, Educación ha tomado la decisión, contraria a su plantilla, de optar por la jornada partida resulta evidente que, pese a no haber hecho públicos los resultados, responde a una convicción de que es mejor”, afirma. “Existe el riesgo de privatizar la escuela pública y también un tiempo, el de primera hora de la tarde, que fue público y de calidad para todos”.

¿Hay información suficiente y objetiva?

Para la Plataforma que defiende el horario partido, los colegios “no están informando bien, las direcciones sólo envían el proyecto de jornada continua y muchas familias no se plantean que puede haber una alternativa mejor a la que plantea el profesorado”. Rivera, sin embargo, considera que hay información “de sobra” y no cree que los intereses que puedan influenciar a las familias “vengan del profesorado” sino de otros sectores. También critica la existencia de bulos sobre la desaparición del comedor o las becas.

"Muchas familias no se plantean que pueda haber una alternativa mejor a la propuesta que defienden los profesores"

Goizeder Lamariano - Portavoz de la Plataforma de familias a favor de la jornada partida

En cuanto a la pregunta de sí la jornada influye en el rendimiento académico, desde los defensores de la continua reconocen que, aunque PISA muestra que las CCAA con continua logran mejores resultados, “no hay estudios que determinen hasta qué punto influye la jornada”. Ahora bien “está claro que conforme el alumnado se va cansando el nivel de atención baja y, por tanto, el rendimiento”.

Los defensores de la partida piensan lo contrario. Creen que con esa distribución horaria “se aprovechan más los picos de atención y tiene consecuencias positivas en su rendimiento académico y el bienestar personal”.