El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha confirmado una condena de 11 años de prisión impuesta en noviembre de 2023 a un hombre de 45 años que obligó en repetidas ocasiones a realizar actos sexuales a una sobrina cuando ésta tenía entre 7 y 9 años.

En la sentencia, que puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo, la Sala de lo Civil y Penal del TSJN ratifica la condena dictada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial por un delito continuado de agresión sexual con acceso carnal sobre menor de 16 años.

El procesado, según el fallo, no podrá acercarse ni comunicarse durante 13 años con la víctima, a la que deberá indemnizar con 25.000 euros por el daño moral. Y, además, tendrá que cumplir una medida de libertad vigilada, a ejecutar con posterioridad a la pena privativa de libertad, de 8 años.

Según informó el TSJN en un comunicado de prensa, cuando la menor tenía 3 años, falleció su madre. Ante “las deficiencias detectadas en su atención” cuando estaba a cargo de su abuelo en Pamplona, la Subdirección de Familia y Menores del Gobierno de Navarra decidió que cesara el acogimiento a cargo del citado pariente.

Entre septiembre de 2016 y febrero de 2019, la niña residió con dos familias de acogida. Durante ese tiempo, mantenía visitas a su familia biológica. Así, acudía a casa de su abuelo los fines de semana. Su tío, el inculpado, era quien habitualmente la recogía y la llevaba de vuelta.

La sentencia de la Audiencia ahora confirmada consideró probado que, cuando la menor tenía entre 6 y 7 años, y cuando aún convivía con su abuelo, el encausado “la obligó a realizar actos sexuales”. Asimismo, cuando ya estaba acogida por las dos familias, el condenado “también la agredió sexualmente”.

“El procesado, después de realizar los indicados hechos, advertía a la niña que no debía decir nada, ya que a su abuelo le podía dar un infarto y se moriría”, estimó acreditado la Audiencia. En mayo de 2018, cuando estaba cerca de cumplir los 9 años, la víctima contó a su familia de acogida parte de los abusos sufridos.

Como consecuencia de los hechos, “se detectaron en la menor diversos índices de malestar emocional como pensamientos e imágenes intrusivas que le generan intenso malestar, sentimientos de tristeza, estado de nerviosismo, conductas y actitudes evitativas, problemas para dormir y pesadillas y sensación de rabia interna”. La condena impuesta por la Audiencia Provincial fue recurrida ante el TSJN por la defensa, que reclamó la absolución. La fiscalía y la acusación particular se opusieron.

La Sala de lo Civil y Penal del TSJN, que confirma la sentencia de instancia en todos sus términos, resalta, entre otros argumentos, que la Audiencia destacó “la convicción” que transmitió el relato de la niña, que fue “corroborado con pruebas objetivas” y con el informe pericial psicológico. Para el Tribunal, “no es razonable exigir a la víctima que realice un relato pormenorizado y detallado de la situación que desvela, y menos cuando, dada su edad, no es consciente de tales hechos”.