"88 años han pasado desde que fuisteis detenidos en la Rochapea por la Guardia Civil por el simple hecho de estar vinculados a asociaciones, sindicatos o partidos políticos de izquierdas", se ha dirigido a los fallecidos Iñigo Leyún, organizador del acto y miembro de la Asociación de las Fosas de la Sierra del Perdón. 

En 2019 se hizo la primera búsqueda sin éxito, pero gracias al testimonio de Antonio Oroz y otros vecinos que contaron lo que alguna vez habían oído y habían callado "por la ley del silencio que impuso el franquismo", se encontraron dos años más tardes las tres fosas. En ese lugar se encontraron los restos de Gregorio Albo Urcelay, Julio Butrón García, Antolín Eguíluz Moraza, Julio Peña Díez, Juan Bautista Sansarno Labernia, Manuel Serón Marco, Francisco Velaza Fernández y otras tres personas que no se han podido identificar.

Peio Iraizoz y Iñigo Subiza, autores del monolito y la escultura respectivamente, han presentado sus obras de las que ambos han destacado que "representan la libertad de los ferroviarios asesinados" y que gracias a este acto y el parque creado donde estuvieron las fosas, "van a ser recordados para siempre". 

Manu Ibero Albo, nieto del ferroviario asesinado, Gregorio Albo Urcelay, ha recordado "la mezcla de emociones cuando fueron encontradas la fosas" y ha señalado que "igual que hicimos con mi abuelo, queda mucho trabajo por hacer, todavía hay cientos de represaliados en las cunetas". En esta línea ha exigido el derrumbamiento del Monumento a los Caídos, "el mayor edificio de exaltación del franquismo y enaltece la memoria de los asesinos". 

El homenaje ha contado con los bertsos de Iñaki, vecino de la localidad, el aurresku bailado por Ilazki Bidador acompañada a la voz por Ohiane Suescún y la representación de la canción escrita para la ocasión por Bingen Amadoz. Además, se ha contado con los bailes del gigante Ferroviario de la Cendea de Zizur.