La hepatitis C llegó a afectar al 1% de la población en la década de los 90 y no tuvo cura hasta 2014, cuando la Agencia Europea del Medicamento dio luz verde al primer antiviral de acción directa que lograba curar esta enfermedad para la que no existe vacuna.

Un año después, en 2015, se puso en marcha el Plan Estratégico Nacional frente a la Hepatitis C, que incorporó el fármaco a la financiación pública y que en Navarra ha permitido tratar a unas 1.900 personas en estos 10 años, reduciendo las infecciones un 89%.

A la vista de los buenos resultados de estos tratamientos, desde el Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) ven posible la eliminación de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en la Comunidad Foral para 2030, un objetivo que ha propuesto la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Y es que tanto los tratamientos como la vigilancia y el diagnóstico de esta enfermedad han dado un giro de 180º en la última década. En Navarra hay actualmente 168 personas con carga viral positiva y en 2014 eran 1.528 (un 89% más), según reflejan los datos del Programa de eliminación de la hepatitis C en Navarra de Salud Pública. De esas 168 personas, el 72% eran hombres y el 61% tenía menos de 60 años y el año pasado se iniciaron 45 tratamientos antivirales contra esta enfermedad, frente a los 70 de 2022.

En cuanto a los nuevos diagnósticos, los expertos de Salud Pública explican que las personas que han entrado en contacto con el VHC presentan anticuerpos anti-VHC positivos, pero solo algunas, las que tienen carga viral detectable, son las que mantienen la infección activa.

“Estas personas pueden transmitir la infección, y en ellas puede producir daño hepático con el tiempo, por lo que son las candidatas al tratamiento. Las personas que nunca han tenido carga viral detectable, las que la han negativizado espontáneamente o tras el tratamiento no son contagiosas y se considera que se han curado”, matizan.

20 nuevos casos

En 2023, Salud Pública detectó 20 nuevos casos de infección activa por VHC –dos de ellos de contagio reciente y otros dos de hepatitis C aguda–, la mitad de los que se registraban cuatro años antes (46). De las 16 infecciones activas diagnosticadas, 11 se detectaron en hombres y 5 mujeres, y sus edades se distribuyeron entre los 27 y los 88 años. En tres casos, señala Salud Pública, constaba antecedente de inyección de drogas, y en otros dos, de tatuajes realizados sin las suficientes condiciones de higiene. 

Cabe recordar que la hepatitis C se transmite principalmente por vía parenteral –atravesando una o más capas de la piel mediante una inyección– o por la exposición percutánea o de mucosas a sangre infectada con el virus y, según estiman los epidemiólogos de Salud Pública, en Navarra habría unas 100 personas con infección activa por VHC sin diagnosticar.

Dar con ellas es primordial para alcanzar el objetivo de erradicar esta enfermedad para 2030 y en Navarra existe una estrategia para ello que requiere la colaboración de toda la red asistencial, especialmente de Atención Primaria, y que se basa en: diagnóstico precoz de la infección mediante la determinación de anticuerpos del VHC ante cualquier sospecha, además de ser recomendable para todos los nacidos antes de 1980; determinación de la carga viral en todas las personas con anti-VHC positivo, en las que no se haya realizado esta prueba previamente; y derivación para tratamiento de los pacientes que tengan una última determinación positiva.

Recomendación de prueba

Esa prueba de determinación de anticuerpos es una estrategia recomendada en situaciones de alta sospecha de infección activa o en poblaciones con dificultad de seguimiento. Salud Pública recomienda realizar esta prueba a:

  • Personas con hipertransaminasemia o con enfermedad hepática
  • Personas que se han inyectado o inhalado drogas, incluyendo las que lo hicieron una sola vez
  • Las que se hayan realizado una transfusión de sangre o hemoderivados anterior a 1992
  • Quienes se sometieron a procedimientos invasivos e intervenciones odontológicas antes de 1980
  • Pacientes en hemodiálisis crónica; los nacidos de madre infectada por VHC
  • Personas con infección por VIH o virus de la hepatitis B, conviviente o pareja sexual de persona infectada por VHC
  • Hombres que tienen sexo con hombres; trabajadores sexuales
  • Trabajadores sanitarios tras una exposición percutánea accidental con material biológico posiblemente infectado
  • Quienes tengan antecedentes de tatuajes o piercings sin las debidas medidas de higiene