La Comunidad Valenciana es un río de barro. Los voluntarios y bomberos limpian la superficie de las calles, pero ¿qué pasa con las arquetas, las tuberías y alcantarillas? "Hay que quitar todo el escombro que queda debajo. Es la única manera de poder recuperar la red de saneamiento principal", responde Krasi Koynarev, uno de los voluntarios de Desciegues San Fermín que lleva desde el domingo en Algemesí. Para ello, es preciso abrir las arquetas y aspirar el barro para llegar a la salida de los desagües y limpiar con las mangueras y con toberas, ya que "la presión hace que el barro se desatasque de las tuberías", explica.

Después de un pueblo que se ha volcado con el pueblo, ha llegado el turno para los expertos en inundaciones y desatascos. Cuando Desciegues San Fermín llegó a Algemesí con dos camiones y cuatro voluntarios, "todo estaba peor de lo que nos lo imaginábamos. Las imágenes no reflejan ni un cuarto de la catástrofe", cuenta. A pesar de la sorpresa, se pusieron manos a la obra. Realizan su labor junto con el grupo de Bomberos de Barcelona, así que "mientras ellos realizan la labor de limpieza, nosotros aspiramos las arquetas y los colectores. El problema es que muchos de ellas están destrozados. No solo están obstruidos de barro, también están a rebosar de basura, ramas y objetos de todo tipo", enumera.

Uno de los camiones de la empresa Desciegues San Fermín

Con todo, la ardua labor de los voluntarios ha permitido que se haya limpiado por completo una de las calles de Algemesí: "Hemos tardado cuatro días para dejar impoluta una calle de tan solo 200 metros. Sacamos 40 toneladas de barro al día y, ni con esas, hemos podido lograr algo más", comenta con pena. Sin embargo, los vecinos del pueblo miran esa calle de forma distinta y cambian la tristeza por la esperanza. "Estamos consiguiendo cosas muy pequeñas. Para cuando empezamos a ver que corre el agua, nos hemos pegado horas y horas tratando de desatascar las tuberías", señala. Son momentos en los que parece que no hay salida porque todavía queda mucho por hacer, pero "los vecinos, que se habían quedado sin nada, ven que van a poder recuperar sus vidas", concluye.

Una carrera a contrarreloj contra la DANA

Uno de los trabajadores de Desciegues Navarra, tratando de desatascar la alcantarilla.

En Paiporta, los nueve voluntarios de Desciegues Navarra juegan a contrarreloj debido a que la DANA está azotando otra vez Valencia. "Y esta vez será peor porque el agua no va a poder salir por ningún lado; los desagües no lo pueden absorber", advierte Paula Martínez, directora de Desciegues Navara. Por esta razón, la empresa, que ha llevado hasta allá tres camiones cisterna, colabora con UME y con varios equipos de bomberos para limpiar los colectores principales y "tratar de afrontar algo mejor la tragedia", menciona.

Los voluntarios llegaron el martes pasado a la localidad con el objetivo de batir todos los lodos de las alcantarillas para que pueda fluir el agua. Ahora, el gerente de la empresa y sus hombres están coordinando todos los vehículos de alcantarillado públicos y privados desplegados en la localidad. De hecho, ya habían logrado encauzar la tragedia hasta que han vuelto a producirse las lluvias. "Trabajan durante 12 horas diarias para avanzar lo máximo posible. Incluso, han llegado a estar hasta las 2.00 de la mañana en búsqueda de arquetas entre el lodo", cuenta Martínez.

De hecho, esta labor ha permitido que las calles hayan quedado limpias y que, de nuevo, haya reaparecido la esperanza entre los vecinos. Sin embargo, "hay tanta circulación que todo se vuelve a manchar al día siguiente. En cualquier caso, seguiremos en Valencia hasta que se deje de requerir nuestra ayuda".