La donación de sangre goza de buena salud en Navarra gracias a las nuevas generaciones. El año pasado, más de la mitad de los navarros que donaron sangre por primera vez tenían menos de 30 años, una buena cifra de cara a garantizar el relevo generacional entre los donantes de sangre.
Según los datos facilitados por Adona –con motivo del Día Mundial del Donante de Sangre, que se celebró este sábado–, el año pasado se registraron 24.568 donaciones, la segunda cifra más alta de los últimos seis años, que sitúan a Navarra a la cabeza de la donación a nivel estatal.
Esas más de 24.500 donaciones fueron posibles gracias al altruismo de 13.111 personas que donaron sangre, de los cuales 1.727 eran donantes nuevos, un dato que supera con creces el objetivo de 1.500 nuevos donantes al año que se marcó el Departamento de Salud. De ellos, el 52,03% tenían entre 18 y 29 años y el 20,15% entre 30 y 39 años, es decir, casi tres de cada cuatro personas que donan por primera vez tienen menos de 40 años. Asimismo, el 15,29% tenían entre 40 y 49 años; el 10,8% entre 50 y 59; el 1,59% entre 60 y 65 años; y el 0,14% tenían más de 66 años.
A todos ellos quiso agradecer ayer Adona su compromiso y solidaridad al donar sangre. En un comunicado con motivo del Día Mundial del Donante, la asociación puso en valor “la fuerza que podemos llegar a tener las personas cuando conseguimos hacer causa común para lograr un fin y, en este caso, hacer posible que otros semejantes puedan vivir”.
“La salud es un derecho de los seres humanos y la donación de sangre es imprescindible para afrontar con éxito incontables actos médicos que mejoran la calidad de vida de muchas personas y salvan la vida a otras,” sostuvo Adona. Sin embargo, prosiguió, “no todos los países disponen de la sangre necesaria para esas personas que la precisan, existiendo una gran brecha entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo, en donde además de no disponer de las unidades de sangre necesarias, mantener la seguridad transfusional es un auténtico reto.”
“Un acto social”
“En Adona entendemos la donación de sangre como un acto social porque nos afecta de una manera u otra a toda la sociedad, en primer lugar como donantes, pero además desde nuestros distintos ámbitos laborales, profesionales, culturales, etc.”, sostuvo.
En este sentido, cabe destacar el incremento de donaciones por aféresis, una modalidad en la que se extraen selectivamente uno o varios componentes sanguíneos (como plaquetas o plasma) y el resto de la sangre se devuelve al donante, lo que permite una mayor frecuencia y flexibilidad en la donación. En el año 2017, se realizaron en Navarra 816 donaciones por aféresis y este pasado 2024 la cifra ascendió a 3.998, casi cinco veces más en siete años.
“Cada Día Mundial del Donante de Sangre, es un día especial, porque de manera extraordinaria la sociedad entera agradece la imprescindible labor que cada día, año tras año, hacen todas las personas que donan sangre y además tiene una conexión especial con otras personas que desde sus diferentes realidades aportan, como nosotros, lo mejor de sí mismas”, apuntó Adona, que quiso agradecer a los y las donantes de sangre por su inestimable labor.