El Servicio de Bomberos de Navarra / Nafarroako Suhiltzaileak ofrece a la ciudadanía indicaciones sobre cómo actuar en caso de incendio forestal. Estos consejos se centran, por un lado, en la prevención de incendios forestales; por otro, en las medidas de autoprotección en caso de incendio forestal en el medio natural, ya sea un conato de fuego o un incendio ya desarrollado.
En 2024 el Servicio de Bomberos realizó 669 intervenciones relacionadas con incendios de vegetación, un 28,22% menos que en el año anterior, en el que se registraron 932 siniestros de este tipo.
2022 fue, sin embargo, el año con peores registros, ya que la Comunidad Foral experimentó, a partir del 18 de junio de ese año, uno de los episodios de incendios forestales más devastadores de su historia. En solo unos días, se quemaron más de 15.000 hectáreas de terreno, un 80% de las cuales eran forestales y el 20% restantes agrícolas, se produjeron afecciones a viviendas e infraestructuras y alrededor de 9.000 personas tuvieron que ser evacuadas debido al rápido avance de las llamas, que en algunos casos llegaron a penetrar en núcleos urbanos.
Evitar algunas actividades
Jon Diez de Ure, sargento de Bomberos y los suboficiales Luis Santafé y Luis Migueliz, todos ellos del Área Forestal del Servicio de Bomberos, recuerdan que “lo primero es evitar convertirnos en la causa de un incendio forestal. Hay una serie de actividades con las que hay que tener especial cuidado. A todos nos gusta disfrutar de una barbacoa, pero debemos hacerla únicamente en áreas habilitadas para ello, con barbacoas bien construidas y únicamente en zonas donde esté permitido”. El reglamento del uso del fuego delimita claramente las zonas en las que se puede hacer barbacoas (así como cualquier otra actividad susceptible de producir un incendio). En cualquier caso, explican, hay que “mantenerlas siempre vigiladas, porque basta con que salte una chispa en una zona seca para empezar un incendio en cuestión de segundos”.
Asimismo, continúan, “hay que tener mucho cuidado al usar herramientas como desbrozadoras o motosierras: el roce con una piedra puede generar una chispa que, cuando el entorno está muy seco, se convierta en un foco de incendio”.
También hay que mantener la precaución al desplazarse con vehículos a motor por caminos rurales o pistas forestales con hierba seca. Si el tubo de escape está caliente y entra en contacto con material combustible, pueden producirse un incendio.
“Es muy peligroso tirar una colilla encendida desde un vehículo o dejarla mal apagada en el suelo. Es algo que ha provocado numerosos incendios”, recuerdan.
Por último, actividades como encender fuego o cocinar alimentos al aire libre (asar pimientos, por ejemplo), solo deben hacerse en lugares autorizados y teniendo cerca los elementos necesarios —como agua o tierra— para extinguir el fuego totalmente. Y, por supuesto, “al terminar, tenemos que asegurarnos de que no queden brasas activas ya que, con el viento, puede producirse un rebrote. Estas precauciones, aunque básicas, son fundamentales para evitar que una acción cotidiana se transforme en una catástrofe”, concluyen.
Conatos de incendio forestal
Además de evitar ser la causa de un incendio, hay unas medidas básicas de autoprotección que se deben seguir si te encuentras con un fuego que está a punto de iniciarse o ya se ha iniciado.
En este contexto, los bomberos distinguen entre dos situaciones posibles que requieren respuestas específicas: por un lado, un conato de incendio forestal; por otro, un incendio forestal ya en desarrollo.
“Si nos encontramos con un conato de incendio forestal, es decir, un fuego que está empezando justo en ese momento, con llamas pequeñas y poco humo, como por ejemplo un matorral que está ardiendo o un fuego que afecta una extensión pequeña de terreno, podemos intentar extinguirlo, siempre que podamos hacerlo con seguridad. Si tenemos agua, podemos echarla directamente sobre la base de la llama. Si no tenemos agua, podemos golpear las llamas con una rama verde (para que no coja fuego) y reducir así la intensidad. También podemos usar tierra, tapando con ella la base del fuego, para así cortar el suministro de oxígeno”, explican.
“Todo esto solo lo debemos hacer si tenemos claro que somos capaces de controlar el conato y, además, tenemos una ruta de escape despejada si el fuego se descontrola”, recalcan los expertos.
También, recuerdan, “es muy importante llamar al 112 lo antes posible, ya que un fuego que parece que está extinguido puede reactivarse con el viento si quedan brasas ocultas”.
Medidas de autoprotección
En segundo lugar, si nos encontramos en terreno abierto con un incendio que ya se ha iniciado, con llamas altas, humo denso y propagación rápida, la única opción es la evacuación inmediata. “Es importante escapar en dirección opuesta al viento, para evitar que el humo nos asfixie. Y también pendiente abajo, ya que el fuego sube con rapidez por las laderas. Lo ideal es bajar hacia zonas despejadas, como caminos y carreteras, o zonas ya quemadas. Además, hay que evitar áreas en las que haya vegetación densa que pueda arder”.
Si el humo es denso, aconsejan cubrirse la boca y la nariz con ropa húmeda, para filtrar las partículas tóxicas que genera la combustión y poder respirar mejor. Una vez más, hay que llamar al 112 lo antes posible e informar a los servicios de emergencia de la situación. Además, desde el teléfono de emergencias nos podrán dar orientaciones sobre cómo actuar.
Mantener la calma
Por último, el Servicio de Bomberos destaca “la importancia de mantener la calma. Aunque el miedo es una reacción natural ante un incendio forestal, conservar la calma nos ayuda a tomar decisiones más racionales y efectivas. Conocer estas medidas de autoprotección y seguir las indicaciones de los servicios de emergencia, como las proporcionadas por Protección Civil, puede ser decisivo para proteger vidas y minimizar los daños. La preparación previa, la responsabilidad individual y la cooperación con las autoridades son los pilares fundamentales para enfrentar esta amenaza”, concluyen.