Paula Fernández Torres, María Herrero Arbizu y Amaia Vértiz Conde, estudiantes del Máster Universitario en Ingeniería de Telecomunicación de la Universidad Pública de Navarra (UPNA), han desarrollado Sonogarbi, un proyecto orientado a mejorar la calidad del agua potable mediante la eliminación de microplásticos.
Esta tecnología, diseñada para integrarse en jarras de agua y otros dispositivos domésticos, utiliza vibraciones sonoras controladas para concentrar los microplásticos y facilitar su retirada antes de llegar al filtro principal.La iniciativa ha sido elaborada como parte de la asignatura Dirección y Gestión de Proyectos TIC II, que dirige el catedrático e investigador del Instituto de Smart Cities (ISC) Ignacio R. Matías Maestro.
Sonogarbi propone un sistema de prefiltrado que puede incorporarse en jarras u otros dispositivos domésticos que requieran un filtrado eficiente del agua, sin modificar su funcionamiento habitual. La solución utiliza ondas acústicas estacionarias, vibraciones del sonido que, al mantenerse fijas en el espacio, permiten agrupar partículas como los microplásticos, explican desde la UPNA en una nota de prensa.
El proceso
En concreto, concentra estos residuos en el centro del canal de circulación del agua, lo que facilita derivar estas partículas hacia un compartimento desechable. El agua, ya separada de los contaminantes, continúa su trayecto hacia el sistema de filtrado habitual. El equipo ha realizado una validación conceptual y de diseño, con estimaciones de frecuencias de operación, dimensiones del canal y comportamiento de las partículas, aunque no ha llegado a desarrollar un prototipo físico.
"Queríamos plantear una solución que pudiera tener un impacto directo en la sociedad, aplicando nuestros conocimientos en algo útil y cercano a las personas", explica Paula Fernández, una de las tres autoras del proyecto, quienes también han trabajado en una posible línea de comercialización de la propuesta.
Encuesta sobre los microplásticos
Para desarrollar su iniciativa, las tres alumnas llevaron a cabo una encuesta que recogió 529 respuestas. Más del 70% de las personas consultadas afirmó conocer el problema de los microplásticos y un 35% señaló que adquiriría sin dudar una jarra equipada con esta tecnología. Además, el equipo mantuvo reuniones con empresas del sector, que valoraron positivamente la propuesta y ofrecieron aportaciones relevantes desde la perspectiva del mercado.
"Aunque concebido inicialmente como un plan de empresa, el proyecto incorpora elementos de investigación tecnológica aplicada y análisis de mercado. Presta atención a la sostenibilidad ambiental y sanitaria, y plantea una posible línea de desarrollo futuro para abordar un problema de creciente interés científico y social", describe Amaia Vértiz.