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El 70% de las 3.300 personas que padecen Alzheimer en Navarra son mujeres

La asociación Afan advierte de que el 40% de los casos en la Comunidad Foral están sin diagnosticar | El Hospital Universitario empezará a administrar un nuevo fármaco para tratar el Alzheimer a partir del año que viene

El 70% de las 3.300 personas que padecen Alzheimer en Navarra son mujeresUnai Beroiz

Aunque en los últimos años los expertos alertan de que los diagnósticos de Alzheimer, cuyo Día Mundial se conmemora este domingo, se dan cada vez en edades más tempranas, la realidad es que sigue siendo una enfermedad relacionada con la vejez y con un marcado acento femenino. Según los últimos datos de Salud, actualmente Osasunbidea atiende a 3.301 personas con Alzheimer, de las que siete de cada diez (72%) son mujeres y más de la mitad tienen más de 85 años. En total, hay 2.376 mujeres navarras diagnosticadas de Alzheimer, frente a 925 varones.

Los casos de Alzheimer se disparan a partir de los 65 años, donde se aglutinan el 98% de los diagnósticos (3.253), especialmente en la franja de 85 en adelante. De hecho, una de cada cuatro personas con Alzheimer es una mujer mayor de 85 años. Por debajo de los 65, el número de pacientes es muy reducido, con tan solo 48 casos. Al ser una enfermedad ligada a la edad, el envejecimiento de la población, sumado a una mejor detección, está provocando que aumenten los casos de Alzheimer en Navarra y con ellos, las muertes. Según un estudio de Salud Pública, en dos décadas las muertes por Alzheimer se han triplicado, pasando de 58 (2000-2004) a 188 (2018-2022), de los que dos de cada tres fueron mujeres.

Pero el incremento de casos no refleja toda la realidad de esta enfermedad. Según Afan (Asociación de Familiares de Personas con Alzheimer y otras demencias de Navarra), entre un 30% y un 40% de los casos de Alzheimer en Navarra están sin diagnosticar y cifran en 7.000 las personas afectadas. Por ello, la asociación subraya la importancia del diagnóstico precoz y de acercar los avances en terapias a quienes conviven con la enfermedad.

Nuevo fármaco en 2026

El pasado martes, Rosa Larumbe, coordinadora de la Unidad de Crónico-Demencia del Hospital Universitario de Navarra (HUN), impartió una ponencia sobre el futuro del Alzheimer, en la que avanzó que en 2026 se empezará a administrar en el HUN el Lecanemab, un nuevo fármaco antiamiloide destinado a tratar el Alzheimer en fases tempranas.

“Es un medicamento que se administra por vía intravenosa y que lo que hace es eliminar la proteína amiloide, causante del Alzheimer, en el torrente sanguíneo”, detalló Larumbe. No obstante, la neuróloga advirtió que estos tratamientos antiamiloides no son para todos los pacientes: “Se aplican en fases tempranas y conllevan riesgos como hemorragias cerebrales y efectos secundarios. Por ello hay que valorar bien a quién se lo podemos ofrecer”.

Socializar como medida de prevención

El diagnóstico de Alzheimer siempre es un golpe duro para el paciente y la familia. Por lo general, todo empieza con los primeros síntomas –olvidos, despistes, desorientación– y tras acudir al especialista se realizan pruebas para confirmar o descartar la enfermedad. Después llega la consulta de resultados, siempre presencial y en compañía de la familia.

“Cada vez se da más importancia al cuidador, porque esta enfermedad es del paciente y de la familia. Es una consulta muy dura, en la que también es importante dar buenos consejos”, relató Larumbe.

Entre las recomendaciones destaca la importancia de la salud cerebral: estimular el cerebro “es una de las mejores medidas preventivas contra el Alzheimer y una forma de frenar el deterioro cognitivo”.

Socializar es fundamental para prevenir la demencia: jugar a cartas, tomar un café con amigos, hacer la lista de la compra… También hay asociaciones y centros con actividades de estimulación cognitiva muy beneficiosas”, explicó Larumbe.

El Alzheimer es una enfermedad sin cura, pero sí existen tratamientos farmacológicos que frenan los síntomas en fases tempranas. El problema, apuntó la neuróloga, es que “no se pueden aplicar a todo el mundo por sus efectos secundarios. Por ello, son fundamentales los tratamientos no farmacológicos, como el cuidado al paciente y al cuidador y la estimulación cognitiva. La eficacia de los fármacos es limitada y no evita el avance de la enfermedad”.