La vicepresidenta y consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera, Ana Ollo, ha recibido a María Fernanda García Iribarren, directora del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos de Chile. En su encuentro han acordado profundizar en el intercambio de conocimiento y experiencias, así como la colaboración con el Instituto Navarro de la Memoria en diferentes ámbitos en torno a los desaparecidos y compartir proyectos educativos como 'Escuelas con Memoria' en los que Navarra es referente.

Asimismo, la vicepresidenta, junto con la directora ejecutiva del Museo de la Memoria, van a inaugurar el próximo viernes la exposición itinerante 'Relatos de dictadura. 24 arpilleras (Obras Téxtiles)', una exposición sobre arpilleras chilenas, un arte textil muy relevante para retratar lo que acontecía en la época de la dictadura chilena.

La vicepresidenta Ollo, que ha estado acompañada por el director general de Memoria y Convivencia, Martín Zabalza, y el director del Instituto Navarro de la Memoria, Josemi Gastón, ha querido destacar la labor de instituciones como el Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos como espacio para reflexionar sobre los hechos del pasado y sus repercusiones en el presente, generar narrativas para nuevas audiencias y contrarrestar los actuales discursos negacionistas. “Los lazos que nos unen con Chile son muy intensos, nutridos, en ocasiones, por procesos históricos similares en los que la violencia generó represión, vulneración de derechos humanos y exilio”.

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos es un museo público dedicado a reconocer a las víctimas de violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar chilena. Dispone del archivo más grande del país en materia de derechos humanos, así como una vocación de centro cultural que sirva para compartir diferentes experiencias en torno a los derechos humanos: teatro, conciertos, conferencias, etc.

María Fernanda García es actriz y licenciada en Artes por la Universidad Católica de Chile y cuenta con un máster en Gestión Cultural en la Universidad Complutense de Madrid. Además, tiene una experiencia de más de 20 años en el sector artístico y cultural como directora de fundaciones, centros culturales, salas de teatro y museos, así como productora ejecutiva de proyectos audiovisuales y en creación de artística de obras de teatro y danza ligada a los DDHH y contra la violencia de género.

María Fernanda García Iribarren y la vicepresidenta Ana Ollo, en uno de los balcones del Palacio de Navarra. CEDIDA

Desde enero de 2023 es la directora ejecutiva del Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos. Con su llegada a la Dirección del Museo se abre una nueva etapa que ha estado marcada por la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado y la celebración de una serie de actos orientados a destacar la dignidad y la resistencia en contra de la dictadura.

Exposición de arpilleras chilenas

Este viernes 26 de septiembre a las 18:00 horas, la vicepresidenta Ollo, acompañada por María Fernanda García, inaugurará la exposición Relatos de dictadura. 24 arpilleras (Obras Téxtiles), en la Sala Pinaquy de Salesas.

Se trata de una exposición itinerante perteneciente al Museo de la Memoria y de los Derechos Humanos, de la que María Fernanda García es la directora ejecutiva, sobre este arte textil en el que se realiza un bordado sobre una tela y que fue muy relevante para retratar lo que acontecía durante la dictadura militar, además de constituir una manera de empoderamiento, de denuncia, de testigo y de preservación de la memoria. A través de ellas las mujeres relataban sus experiencias en un contexto de conflictos y de violación de derechos humanos, usando materiales cotidianos como agujas, hilo y trozos de tela.

Estos tapices bordados, que surgen poco después del golpe de estado de 1973, nacen con un profundo carácter comunitario, a partir de las vivencias y relatos que las mujeres familiares de detenidos y de desaparecidos, comparten en la búsqueda de verdad y justicia. Más tarde se incorporan las mujeres que han perdido el trabajo, y se crean talleres de arpilleras en varias poblaciones de Santiago y, posteriormente, en otras regiones de Chile. La dispersión de la población rural y la lejanía con los centros de denuncia de la capital hacían que las personas perseguidas estuvieran mucho más desprotegidas y que las familias reprimidas contaran con menos recursos jurídicos o instituciones solidarias que las apoyaran enfrentándose a estos problemas con mayor desamparo. El taller de arpilleras de Linares (ciudad al sur de la capital) fue el primero de todos. Luego se sumarían las ciudades de Talca, Chillán, Temuco y Valdivia.

Las arpilleras de esta colección responden a un orden cronológico y temático; recorren los principales temas e hitos que pueden vislumbrarse en el período de 1973 a 1990 de la dictadura militar.